Estados unidos
El juego de Henry Kissinger: la vida del controvertido líder que cambió la geopolítica para siempre y deja un polémico legado tras su muerte
Murió Henry Kissinger, exsecretario de Estado de los Estados Unidos. Muchas personas lo recordarán como alguien que evitó el avance del comunismo, mientras que, para otros, fue un villano.
El gran cerebro detrás de la Guerra Fría, luchador asiduo contra el comunismo, respaldador de dictaduras y gobiernos autoritarios, así como premio nobel de paz. Todas son formas para definir al fallecido exsecretario de Estado de los Estados Unidos Henry Kissinger, quien esta semana falleció a sus 100 años por causas naturales. Esta es la historia del hombre que hizo del mundo un tablero de Monopolio a su gusto.
En los pasillos de Washington existe la regla no escrita de que no se puede criticar a Kissinger, y no es para menos, desde la visión estadounidense fue un hombre que cambió para siempre la forma en que se hace la política exterior. A partir del momento en que se convirtió en asesor de seguridad nacional en el gobierno de Lyndon B. Johnson, desempeñó un papel crucial para las relaciones internacionales en un mundo que vivía en guerra fría. Creó una nueva forma de ejercer la diplomacia: con base en encuentros personales, donde él mismo recorría medio mundo para poder reunirse con funcionarios de gobiernos, muchas veces en reuniones abiertas y otras de manera secreta, lo cual le valió críticas por falta de transparencia.
Como funcionario, su visión partía de defender a como diera lugar los intereses de Estados Unidos, así a veces se saltaran los límites morales o diplomáticos. Entre sus logros estuvo el establecimiento de relaciones diplomáticas de su país con China, lo cual tenía como objetivo frenar la influencia de la Unión Soviética en Asia. De igual manera, puso las bases para el primer acuerdo de paz entre Israel y varios países árabes. También, fue parte activa de los acuerdos de París de 1973, que significaron la salida de Estados Unidos de la guerra de Vietnam.
El lado oscuro
En 1973, a Henry Kissinger se le otorgó el Premio Nobel de Paz más polémico de la historia por ayudar a la consecución de los acuerdos que llevaron a la salida de Estados Unidos de la guerra de Vietnam; su llamado fue tan impopular que el funcionario estadounidense no fue a recibir el galardón por las fuertes protestas. Le Duc Tho, un negociador vietnamita del Norte, rechazó también el premio.
Lo más leído
El galardón también culminó con la renuncia de dos miembros de la junta del Nobel. La guerra en Vietnam continuó por dos años más. De igual manera, en medio de la guerra, fue uno de los grandes responsables de la desestabilización del conflicto, dando su aval para operaciones secretas para atacar naciones que apoyaron logísticamente a Vietnam, como Laos y Camboya.
La desestabilización en este segundo país llegó al punto que contribuyó a la llegada de los Jemeres Rojos, liderados por Pol Pot, un sangriento régimen que les costó la vida a entre 1,5 y 2,2 millones de personas, entre la quinta y la tercera parte de la población de Camboya. Así mismo, fue figura importante del llamado Plan Cóndor cuando, en contexto de la Guerra Fría, Kissinger actuó de manera más que activa para la intervención en Latinoamérica en países como Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil, entre otros.
Especialmente, es recordada su participación y apoyo a la subida de las dictaduras militares de Augusto Pinochet en Chile y la junta militar en Argentina, las cuales fueron culpables de miles de asesinatos, desapariciones y demás violaciones a los derechos humanos. Muestra de esto es lo que dijo en Argentina: “Si hay cosas que tienen que hacerse, tienen que hacerlo rápido”, le dijo un día al almirante Guzzetti, primer canciller de la dictadura militar.
En Chile llegó más allá, siendo un gran aliado de Pinochet. “Queremos ayudarlo, no perjudicarlo”, le dijo Kissinger al dictador chileno en una reunión privada sostenida en Santiago, en 1976. Sin duda alguna, hay pocos hombres más influyentes en la historia contemporánea que Henry Kissinger. Marcó una época en un mundo convulso en el que intervino siempre a favor de Estados Unidos, así tuviera que pasar por encima de todos los demás. Pero su complicidad con los regímenes asesinos en el continente es algo que la historia jamás olvidará.