Conflicto en Ucrania
El juego macabro de las negociaciones: ¿es posible negociar la paz en Ucrania?
Las negociaciones entre Rusia y Ucrania se han convertido en un tire y afloje en el que Rusia aprovecha la voluntad negociadora para reposicionar e iniciar nuevas ofensivas.
La guerra iniciada por la invasión rusa a Ucrania revivió el terror de la guerra en suelo europeo. Con fuertes bombardeos, miles de bajas y grandes problemas logísticos, la salida plenamente militar no parece la opción total para acabar el conflicto.
A un poco más de un mes de la invasión, Rusia y Ucrania han mostrado breves señales de voluntad negociadora. Esta parece una salida conveniente para ambos bandos. Ucrania quiere acabar con las hostilidades lo antes posible, es su territorio el que está siendo destruido y son sus ciudades las que viven bajo el terror total de la muerte.
Rusia, por su parte, ante un estancamiento de su ofensiva, no quiere cerrar la puerta a una negociación ventajosa que podría evitarle una vergüenza internacional. Hace unas semanas, señales de esperanza llegaron con la noticia de que los equipos negociadores iban a revisar un acuerdo preliminar de 15 puntos en los que se trataban de manera general las preocupaciones de ambos países. Luego, el pasado martes, Rusia y Ucrania anunciaron el inicio de una ronda de negociaciones en Turquía con la presencia de vigilantes internacionales y del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Este anuncio marcaba el inicio de una ronda de negociaciones distintas a las ya adelantadas, no solamente por la presencia de un presidente ajeno al conflicto, sino porque estas se realizarían por fuera del suelo europeo, un factor que podría ayudar a relajar las tensiones entre los equipos negociadores.
Sin embargo, esta esperanza duró poco. Las negociaciones se han convertido en un tire y afloje, en un juego macabro en el que Ucrania quiere el fin del conflicto sin perder su soberanía y Rusia no renuncia a sus pretensiones imperiales. Al final del primer día de negociaciones, ambos países cerraron la puerta a pensar en avances significativos y a observar las acciones del otro con confianza.
Por ejemplo, ante la propuesta ucraniana de declararse un país neutral en Europa, Rusia anunció un retiro parcial y una disminución de los ataques en Kiev y Chernígov. Esta decisión, sin embargo, está lejos de ser una muestra de buena voluntad de Rusia.
Como parte de su estrategia, los rusos están jugando todo el tiempo a dos bandas. El retiro de las tropas en un frente significa en realidad la intensificación de maniobras militares en otro: el frente este de Ucrania y la codiciada región del Donbás. Esta región, que se quedó por fuera de la agenda de negociación en Turquía, ha sido objeto de las ofensivas más fuertes desde el inicio de la invasión.
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, dijo que “se ha reducido notablemente el potencial militar de las Fuerzas Armadas de Ucrania, lo que nos permitirá centrar nuestra atención y nuestros mayores esfuerzos en lograr el principal objetivo, la liberación del Donbás”.
Asimismo, el portavoz del Pentágono, John Kirby, advirtió que “todos debemos estar preparados para que se produzca una gran ofensiva contra otras áreas de Ucrania”.Putin, desesperado por lograr una victoria en Ucrania, juega con la esperanza de las negociaciones. Llama la atención internacional sobre una posible salida negociada al conflicto, al mismo tiempo que no cambia sus pretensiones: la “liberación” del Donbás y la conquista de buena parte de Ucrania, sin importar los medios ni los costos.