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El lago de Canadá que hace peligrosa revelación para la humanidad; allí se denota el inicio del Antropoceno, una época oscura para el planeta
El impacto de los humanos en la tierra ha sido devastador en varios aspectos.
Un equipo internacional de investigadores eligió el lago Crawford en Canadá como el lugar que mejor representa los inicios de una nueva época geológica marcada por la actividad humana, conocida como el Antropoceno.
El Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno propuso a este lago como Sección y Punto Estratotipo de Frontera Global (GSSP, por sus siglas en inglés) para el Antropoceno. Un GSSP es un punto de referencia acordado internacionalmente para mostrar el comienzo de un nuevo periodo geológico o época en capas de roca que se han ido acumulando a lo largo de los siglos.
Algunos geólogos propusieron que vivimos en el Antropoceno, una nueva época geológica en la que la actividad humana se ha convertido en la influencia dominante sobre el clima y el medio ambiente del planeta.
El concepto tiene importantes implicaciones para la forma en que consideramos nuestro impacto en el planeta, pero existe desacuerdo en la comunidad científica sobre cuándo comenzó el Antropoceno, cómo se evidencia y si la influencia humana ha sido lo suficientemente sustancial como para constituir una nueva era geológica, que suele abarcar millones de años.
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Para ayudar a responder a estas preguntas, la Comisión Internacional de Estratigrafía (ICS) creó el Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno.
“Los sedimentos hallados en el fondo del lago Crawford proporcionan un registro exquisito del cambio medioambiental reciente en los últimos milenios”, afirma el doctor Simon Turner, Secretario del Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno de la University College de Londres (UCL), en Reino Unido.
“Los cambios estacionales en la química y la ecología del agua han generado capas anuales de las que se pueden tomar muestras en busca de múltiples marcadores de la actividad humana histórica (…). Es esta capacidad de registrar y almacenar con precisión esta información como archivo geológico que puede compararse con los cambios medioambientales globales históricos, lo que hace que lugares como el lago Crawford sean tan importantes”.
Añade que “un GSSP se utiliza para correlacionar cambios medioambientales similares observados en otros yacimientos de todo el mundo, por lo que es fundamental disponer de un registro sólido y reproducible en este tipo de localidad”.
El equipo ha reunido secciones de muestras de núcleos de diversos entornos de todo el mundo, desde arrecifes de coral hasta capas de hielo. Las muestras procedentes de estos sitios se enviaron para su análisis a los laboratorios GAU-Radioanalytical de la Universidad de Southampton, en el Centro Nacional de Oceanografía de Southampton (Reino Unido). Allí, los investigadores procesaron las muestras para detectar un marcador clave de la influencia humana en el medio ambiente: la presencia de plutonio.
El Antropoceno, una época donde la desmedida fuerza humana cambió el planeta
El profesor Andrew Cundy, catedrático de Radioquímica Ambiental de la Universidad de Southampton y miembro del Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno, afirma que “la presencia de plutonio nos da un claro indicador de cuándo la humanidad se convirtió en una fuerza tan dominante que pudo dejar una ‘huella dactilar’ global única en nuestro planeta”.
Explica que “en la naturaleza, el plutonio solo está presente en cantidades traza, pero a principios de la década de 1950, cuando se realizaron las primeras pruebas con bombas de hidrógeno, se produjo un aumento sin precedentes de los niveles de plutonio en muestras de todo el mundo. A partir de mediados de los años 60, cuando entró en vigor el Tratado de Prohibición de los Ensayos Nucleares, se observa un descenso del plutonio”, añade.
Otros indicadores geológicos de la actividad humana son los altos niveles de cenizas procedentes de centrales eléctricas de carbón, las altas concentraciones de metales pesados, como el plomo, y la presencia de fibras y fragmentos de plástico. Todo ello coincide con ‘La Gran Aceleración’, un espectacular aumento de las actividades humanas, desde el transporte hasta el uso de la energía, que comenzó a mediados del siglo XX y continúa en la actualidad.
Con información de Europa Press.