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El número de periodistas asesinados en 2023 rompió récords, según informe
Según se reporta, el número de comunicadores muertos el año pasado representó un aumento del 44 % con respecto al 2022.
Según un informe lanzado por el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ). Un total de 99 periodistas murieron en el 2023, lo que supone un nuevo récord al respecto. De esta cifra, más de tres cuartas partes de los comunicadores y trabajadores de medios que perdieron la vida en 2023 murieron bajo las bombas israelíes en Gaza.
En total, 72 periodistas, la mayoría palestinos, murieron en la guerra que libra Israel en la Franja de Gaza desde los atentados perpetrados el 7 de octubre pasado por el movimiento islamista Hamás en territorio israelí. A ellos se suman tres periodistas libaneses y dos israelíes.
“El informe del CPJ documenta la mayor cantidad de muertes registrada por la organización desde 2015, un grave indicador de la cifra sin precedentes de periodistas y trabajadores de medios que han perecido en la guerra entre Israel y Hamás en Gaza”, relata el informe de la organización no gubernamental.
“Los periodistas de Gaza están dando testimonio en primera línea”, dice la directora ejecutiva del CPJ, Jodie Ginsberg, en un comunicado en el que advierte que la “inmensa pérdida sufrida por los periodistas palestinos en esta guerra tendrá repercusiones a largo plazo para el periodismo, no solo en los territorios palestinos, sino también en la región y fuera de ella”.
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“Cada periodista muerto es un golpe más a nuestra comprensión del mundo”, lamenta. El conflicto palestino-israelí se cobró en tres meses la vida de más periodistas de los que han muerto en un solo país en todo un año, alerta la organización con sede en Nueva York, que vela por la libertad de la prensa.
Por ejemplo, el 7 de febrero, la CPJ anunció que el número de comunicadores muertos en el conflicto en Gaza se elevaba a 85. En algunos casos, hasta las familias de los periodistas han sido blanco de las fuerzas israelíes, denuncia la organización.
La CPJ, que ya denunció en el pasado lo que parece una “persecución” de las fuerzas israelíes contra comunicadores, investiga si una docena de periodistas muertos en Gaza fueron atacados deliberadamente por soldados israelíes, lo que constituiría “un crimen de guerra”.
En un informe publicado en mayo de 2023, la organización acusó al ejército israelí de haber asesinado en 22 años al menos a 20 periodistas, “sin que nadie haya rendido cuentas por sus muertes”. En diciembre, la CPJ también anunció que Israel entró a formar parte por primera vez de la lista de países con mayor número de periodistas presos, con 17 casos al 1 de diciembre de 2023.
Profesión “mortífera” en México
A nivel mundial, el número de comunicadores muertos el año pasado es el más alto desde 2015 y supone un aumento de casi el 44 %, respecto a las cifras de 2022 (69 muertos). Desglosado, fueron 78 periodistas asesinados en el ejercicio de su profesión, lo que constituye un récord. Aún se están investigando las circunstancias de la muerte de otros ocho y trece son personal de apoyo de los medios.
Si se excluyen las muertes en Israel, Gaza y Líbano, en 2023 se contabilizaron 22 periodistas caídos en el ejercicio de su profesión en 18 países, lo que “no significa que el periodismo sea más seguro”, alerta la organización. La mayor reducción la registraron Ucrania y México, que pasaron de 13 asesinatos a 2, cada uno de ellos.
En el caso de México, la CPJ alerta que es, junto a Filipinas y Somalia, “uno de los países más mortíferos del mundo para los periodistas”. En un contexto de corrupción y crimen organizado, siguen siendo objeto de ataques, acoso, amenazas y secuestros.
A ello suma el “espionaje” por parte de las agencias gubernamentales, que ha hecho que “un número significativo de periodistas haya tenido que abandonar sus hogares y sus profesiones, debido a la violencia”, denuncia la organización.
Estos crímenes “indican claramente que debemos trabajar colectivamente para garantizar que los asesinos de periodistas sean llevados ante la justicia, que prevalezca una cultura de seguridad en las redacciones, y que el derecho del público a estar informado esté protegido de aquellos cuyo poder se ve amenazado por el escrutinio de la información”, recomienda Ginsberg.