CULTURA
El pan francés está caro, pero a punto de ser declarado como patrimonio de la humanidad, ¿para qué sirve?
En el listado que la Unesco examinará este 28 de noviembre están algunos latinoamericanos. Por Colombia fue propuesto el conocimiento de pueblos indígenas de la Sierra Nevada.
Un pan francés, que parece algo tan común, está en la lista de la Unesco para entrar a ser patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, lo que ayuda a protegerlo en su fórmula original.
En Colombia, el pan en general, incluido el francés (baguette) que también se metió en la gastronomía nacional, está caro, y los hacedores de este producto señalan que el precio se ha incrementado, porque los insumos para elaborarlo han subido en un 60 %, en parte, por el trigo importado, entre otras razones.
La carestía de los insumos puede conducir a que en la receta utilizada para la preparación del pan francés, se utilicen otros ingredientes, que desdibujan su originalidad. Esa es una de las razones por las cuales, los franceses lo llevan a la lista de la Unesco, en busca de blindar su esencia.
Es así como, se intenta proteger “la artesanía de la baguette o pan francés, decisión que se tomará en una reunión del comité del Patrimonio Cultural Inmaterial, que tendrá lugar del 28 de noviembre al 4 de diciembre en examinará en Rabat, capital de Marruecos.
56 candidaturas
La competencia para ser parte de la lista del patrimonio de la humanidad es fuerte. En esta oportunidad, hay 56 candidaturas que ya incluyen el ‘pasillo ecuatoriano’, el tango, los mariachis mexicanos o la parranda de San Juan de Venezuela.
De igual manera, están los saberes de los maestros del ron ligero de Cuba, y el toque manual de campanas en España.
¿Qué es eso de patrimonio inmaterial?
El patrimonio cultural inmaterial, o ‘patrimonio vivo’, es una herencia “de nuestros antepasados y transmitida a nuestros descendientes”, señala la Unesco. Esta comprende tradiciones orales, rituales, prácticas sociales, entre otros.
La gastronomía protagoniza la presente edición con las propuestas más internacionales: además de la artesanía de la “baguette” y del ron ligero, el menú se completa con las técnicas tradicionales de la elaboración del té en China y los saberes sobre la “harissa” de Túnez.
Los argumentos con el ron cubano
Surgido en Santiago de Cuba en 1862 y disperso desde entonces por toda la isla, el maestro del ron ligero es un guardián de los saberes transmitidos entre generaciones, que van desde un código moral a conocer el historial de cada barril, según la candidatura.
“Un maestro del ron cubano es portador de una tradición que no le pertenece y es depositario de una cultura y una forma de hacer desarrollada desde los antecesores”, afirma en el dossier de candidatura el primer maestro Juan Carlos González Delgado.
La candidatura francesa también apela al saber hacer, a la tradición y a una “cultura” que se generalizó después de la Segunda Guerra Mundial. ¿Cuál es su secreto? La “baguette” tiene cuatro ingredientes: harina, agua, sal y levadura o masa madre.
Y, a partir de estos ingredientes, “cada panadero, jugando con su región, la dosificación, el amasado, el ‘pointage’ (tiempo de fermentación), el moldeado y la cocción, obtendrá una ‘baguette’ única”, consumida a diario en Francia, subraya el dossier francés.
¿Y con qué compite Colombia?
Cuba opta así a incluir su quinto elemento en la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, que cuenta con 530 en total, entre ellos casi un centenar inscrito en otras clasificaciones antes del lanzamiento de la actual en 2008.
En la presente edición, Guatemala busca consagrar su Semana Santa, que “se experimenta a través de los cinco sentidos”, y Colombia el sistema de conocimiento ancestral de los pueblos indígenas arhuaco, kankuamo, kogui y wiwa de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Además del toque manual de campana --un secular “lenguaje sonoro” al “borde de la extinción”--, España propone junto a Alemania, Austria, República Checa, Letonia y Polonia la inclusión de la “maderada”, es decir la cultura del transporte fluvial de la madera.
La artesanía copa por su parte las cuatro propuestas para la lista de salvaguardia urgente (72 elementos inscritos en la actualidad). Chile propone incluir la alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca, y Vietnam el arte de la alfarería del pueblo cham.
Más allá del mar
España y Portugal también presentaron para el registro de buenas prácticas de salvaguardia la iniciativa “Ponte...nas Ondas!”, sobre el patrimonio inmaterial galaico-portugués. Además, el comité debe examinar un pedido de Malawi de ayuda financiera internacional.
La Unesco recibe anualmente cientos de pedidos de los 180 Estados que ratificaron la convención, pero acepta considerar poco menos de 50. Sus expertos presentan recomendaciones favorables o desfavorables a un comité integrado por 24 países, que toma la decisión final.
Con información de AFP