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El papa Francisco canceló su viaje a la conferencia climática, en Dubái
La decisión fue tomada por recomendaciones médicas.
Luego de enfrentar problemas respiratorios, el papa Francisco canceló el viaje que tenía previsto para participar en la conferencia climática COP28, que se realizará del 30 de noviembre al 12 de diciembre, en Dubái. La decisión fue tomada por el sumo pontífice por recomendación médica, según confirmó el Vaticano.
A comienzos del mes de noviembre, el papa anunció que participaría en la cumbre climática, luego de advertir, unas semanas antes, que el tiempo se está agotando para tomar acciones en contra del calentamiento global.
Este martes 28 de noviembre, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, explicó en un comunicado que aunque el cuadro clínico general del pontífice evoluciona, los médicos le recomendaron no efectuar el viaje, que estaba previsto del primero al tres de diciembre.
Pero aunque no viaje y no haga presencia física en el lugar, Bruni dio a conocer que el papa y la Santa Sede siguen con la idea de participar en los debates de los próximos días en Dubái, por lo que se definirá lo antes posible el modo en que se podrá realizar una eventual intervención.
Desde su elección, en 2013, Francisco se ha convertido en uno de los grandes defensores mundiales del medio ambiente y, por ello, en 2015, dedicó a este tema su encíclica Laudato si (Alabado seas), un manifiesto de 200 páginas a favor de una “ecología integral”. Este documento no estaba dirigido solo a los 1,3 billones de católicos que hay en el mundo, sino a todo el planeta, pues siempre ha llamado la atención sobre la necesidad de proteger la “casa” de todos.
En el pasado mes de octubre publicó un balance de los avances que se han generado. En esta ocasión lo tituló Laudate Deum (Alabado sea Dios), en el que hace un llamado de urgencia a los dirigentes del planeta para que se tomen acciones tendientes a hacerle frente a los efectos climáticos. Los instó a firmar acuerdos “vinculantes” ante la urgencia climática, pues a su juicio, el mundo “se está derrumbando y puede estar cerca del punto de ruptura”.
No obstante, el sumo pontífice tiene la esperanza de que la COP28 represente “un cambio de rumbo” si los países se comprometen a cambiar el uso de combustibles fósiles por fuentes de energía limpia, por ejemplo.
“Decir que no hay nada que esperar sería un acto suicida, porque implicaría exponer a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático”, aseguró recientemente el máximo jerarca de la Iglesia católica.
¿Qué es la COP?
COP es la abreviatura de Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y “Partes” se refiere a los 198 países que han firmado la Convención. La importancia de estas conferencias, que se realizan cada año, radica en que son el principal espacio de reunión para alcanzar acuerdos mundiales en la lucha contra el cambio climático y para crear pactos jurídicos vinculantes que impulsen la acción climática.
Este año se celebra la edición 28 de la conferencia. Hasta la fecha, estas conferencias han logrado algunos objetivos claros, como el Protocolo de Kyoto, que introdujo por primera vez objetivos jurídicamente vinculantes de reducción de las emisiones para los países desarrollados, o el Fondo Verde para el Clima, un mecanismo de financiación crucial para proyectos de adaptación al clima y mitigación de sus efectos en las naciones en desarrollo.
Uno de los logros más importantes de estos encuentros se obtuvo en la COP21, cuando los países adoptaron Acuerdo de París, en el que se comprometieron a limitar el calentamiento global en menos de los 2 °C por encima de los niveles preindustriales y realizar esfuerzos para limitarlo a 1,5 °C. El acuerdo estableció contribuciones determinadas a nivel nacional, en los que cada parte debe articular cómo contribuirá a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a adaptarse a los impactos del cambio climático.
La COP28 marcará la conclusión del primer balance mundial, un proceso efectuado cada cinco años para evaluar los avances en cuanto a la acción climática.