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El papa Francisco muestra mejoría tras su cirugía intestinal; ya puede comer y caminar
Desde el Vaticano informaron que el sumo pontífice “reaccionó bien a la cirugía”.
Luego de que el papa Francisco, de 84 años de edad, fuera sometido el pasado domingo a una operación “programada” a causa de una inflamación de colon por la que fue necesario un procedimiento que se llevó a cabo en el Policlínico A. Gemelli, desde el Vaticano informaron que el sumo pontífice “reaccionó bien” a la intervención.
Este martes se conoció que el proceso de recuperación del papa avanza de manera satisfactoria, pues aunque la hospitalización tendrá una duración de cinco días, la máxima autoridad católica ya logró desayunar, leer la prensa y caminar poco a poco.
El Vaticano notificó que Francisco “descansó bien durante la noche y esta mañana (del martes) desayunó, leyó algunos diarios y se levantó para caminar”, según un comunicado emitido por el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, en que se añade que los exámenes que le han practicado “son buenos”.
La enfermedad por la cual fue operado se conoce como diverticular, diverticulitis o estenosis diverticular sintomática del colon. Se trata de una condición en la que el sistema digestivo genera protuberancias o bolsas que se albergan en la pared del intestino grueso y que deben ser extirpadas a través de un procedimiento conocido como “colectomía izquierda”.
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“Permanecerá hospitalizado [en el hospital Gemelli de Roma] una semana, salvo que haya complicaciones”, según informaron desde el Vaticano. Según la prensa italiana, los cirujanos que operaron al papa realizaron primero una laparoscopia, que permite trabajar en la zona del abdomen gracias a una pequeña incisión.
De acuerdo con el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, la operación al papa Francisco fue llevada a cabo por los médicos Antonio Tortorelli y Roberta Menghi, el profesor Sergio Alfieri y la asistencia del también profesor Luigi Sofo.
Sin embargo, la presencia de una cicatriz de una operación precedente en la misma zona obligó a los médicos a cambiar de técnica y a proceder a una operación quirúrgica tradicional, más invasiva y con una recuperación más larga.
A pesar de lo anterior, se conoció que no fue necesario recurrir a una colostomía, que consiste en abrir artificialmente el colon para que las heces se evacúen en una bolsa.
“No le tengo miedo a la muerte”
El sumo pontífice permanece en una habitación en el décimo piso del hospital, la misma usada por el fallecido Juan Pablo II en varias ocasiones, sobre todo cuando sufrió un intento de asesinato en 1981 y un tumor en el colon en 1992.
A la habitación se le conoce como Vaticano III, debido a las largas estancias de Juan Pablo II, obligado a abandonar sus dos residencias principales, en el Vaticano y en Castel Gandolfo, cerca de Roma.
“No le tengo miedo a la muerte”, aseguró el papa en un libro de entrevistas realizado por un periodista argentino en 2019, citado por AFP. Su cirugía fue decidida para reducir los problemas causados por los divertículos, que son pequeñas pero muy dolorosas hernias o bolsas que se forman en las paredes del intestino y cuya aparición aumenta con la edad.
Según el diario Il Corriere della Sera, el papa quiso someterse a esta operación a principios del verano, un momento en el que tenía menos obligaciones, para poder recuperarse con calma. El domingo pasado, Francisco celebró la tradicional oración dominical del Ángelus desde la ventana del Vaticano para los fieles que se encontraban en la plaza de San Pedro.
El papa parecía estar en buena forma física y anunció, emocionado, una visita a Eslovaquia entre el 12 y 15 de septiembre. No obstante, el pontífice suspendió las audiencias generales de los miércoles para todo el mes de julio y no tiene citas oficiales en su agenda hasta el próximo domingo, para la oración del Ángelus.
Si está hospitalizado ese día, podría pronunciar la oración desde la ventana del hospital, como ya hizo Juan Pablo II.
Con información de la AFP.