Ciencia
El plan de China para defender la Tierra de asteroides potencialmente peligrosos
Al igual que la Nasa, el país asiático también trabaja en un proyecto de defensa planetaria.
Uno de los objetos de estudio más interesantes dentro de la astronomía tiene que ver aquellos cuerpos celestes que recorren el universo: los asteroides. Precisamente, el temor sobre un eventual impacto con la Tierra ha motivados planes de defensa planetaria desarrollados por la Nasa, como el proyecto DART (Double Asteroid Redirection Test).
Sin embargo, la agencia estadounidense no es la única que adelanta investigaciones en esta materia. Según explicó el subdirector de la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA), Wu Yanhua, el país asiático también avanza en el desarrollo de un proyecto para proteger al planeta Tierra asteroides considerados como “potencialmente peligrosos”.
En ese sentido, Yanhua detalló al medio chino CCTV que el primer paso consiste en mejorar el sistema de monitoreo de asteroides. “De esta forma, no solo hay que catalogar, sino que la clave está en analizar cuáles están en estado crítico y emitir avisos correspondientes”, indicó el subdirector de la CNSA.
“Mi país desarrollará un software de simulación de defensa contra asteroides cercanos a la Tierra y organizará la deducción del proceso básico”, agregó. Así mismo, anticipó que la primera misión de impacto podría ejecutarse entre 2025 y 2026.
El 24 de noviembre de 2021, la Nasa lanzó una misión para estrellar deliberadamente una nave espacial contra un asteroide, un ensayo en caso de que la humanidad necesite un día impedir que una roca espacial gigante acabe con la vida en la Tierra.
Aunque puede sonar a la trama de una película de ciencia ficción, el DART (Double Asteroid Redirection Test) es un experimento real. De hecho, en una conferencia de prensa, Lindley Johnson, del Departamento de Defensa Planetaria de la Nasa, dijo: “No queremos estar en una posición en la que un asteroide se dirija hacia la Tierra; debemos probar esta técnica”.
Su objetivo es Dimorphos, una “luna” de unos 160 metros (dos estatuas de la libertad) de ancho, que rodea a un asteroide mucho mayor llamado Didymos (780 metros de diámetro). Juntos forman un sistema que orbita en torno del Sol.
El impacto, según los planes de la Nasa, debería ocurrir en el otoño boreal de 2022, cuando el par de rocas se encuentren a once millones de kilómetros de la Tierra, el punto más cercano al que pueden llegar.
Misión china encontró “terreno pegajoso” en la cara oculta de la Luna
A principios de 2022, China informó que su vehículo de exploración Yutu-2 encontró “terreno pegajoso” en el paisaje inexplorado de la cara oculta de la Luna, según revela su diario de viaje desde que aterrizó en la superficie lunar.
Un estudio publicado en Science Robotics describe el suelo terroso, rocas gelatinosas y pequeños cráteres nuevos dentro del cráter Von Karman en la cuenca del Polo Sur-Aitken de la Luna. Investigadores del Instituto de Tecnología de Harbin y el Centro de Control Aeroespacial de Beijing se han encargado de analizar los datos e imágenes recopilados por Yutu-2.
El análisis de los datos ha permitido recopilar un conocimiento geológico detallado en el lugar de aterrizaje que puede ayudar a profundizar la comprensión de la formación y evolución de la Luna, informa la agencia china Xinhua.
La sonda Chang’e-4 y el róver Yutu-2 aterrizaron en el cráter Von Karman el 3 de enero de 2019. El vehículo ya ha funcionado durante tres años, sobreviviendo a su vida útil inicial diseñada de tres meses.
Durante su viaje, Yutu-2 resbaló y patinó, lo que indica que el terreno en el que aterrizó está salpicado de suaves pendientes locales, aunque relativamente plano a gran escala.
El róver chino, un robot todoterreno de seis ruedas equipado con cuatro motores de dirección en las ruedas de las esquinas con una superficie de malla, es capaz de subir pendientes de 20 grados y superar obstáculos de hasta 20 centímetros de altura.
El estudio también reveló que durante el viaje del róver a un punto de estudio compartido con la sonda Chang’e-4, sus ruedas reforzadas por orejetas a veces se hundían ligeramente en el terreno y experimentaban filtraciones moderadas en la pantalla de malla de alambre.
En ese sentido, descubrieron que la propiedad de soporte del regolito es similar a la de la arena seca y la marga arenosa en la Tierra, más fuerte que el suelo lunar típico de las misiones Apolo.
También estimaron que el suelo allí es más pegajoso que el lugar de aterrizaje de su predecesor Chang’e-3, que aterrizó suavemente en la Bahía de los Arcoíris del lado cercano de la luna en diciembre de 2013, según al estudio. Los investigadores atribuyeron el aumento de la cohesión del suelo al mayor porcentaje de aglutinados en el regolito, lo que hace que las partículas del suelo tengan más probabilidades de mantenerse unidas cuando se muelen con las ruedas.