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El plan de Maduro para llenar de dólares los bancos de Venezuela
Con las nuevas medidas, Venezuela da un paso más hacia la dolarización ‘de facto’.
Después de años de estricto control de cambios y de sanciones a quienes cambiaran dólares en el mercado paralelo, el presidente Nicolás Maduro anunció que los bancos venezolanos podrán empezar a recibir depósitos en divisas y facilitar su uso para el pago de bienes y servicios.
“Se están autorizando las cuentas de ahorros, las cuentas corrientes en divisas y la gente podrá pagar al precio de la moneda en bolívares”, dijo Maduro en una entrevista difundida por la cadena Telesur el pasado 1.° de enero.
Según la agencia Reuters, algunos bancos ya han empezado a emitir tarjetas de débito para sus clientes que tienen cuentas en divisas.
Se estima que más de un 55 % de las transacciones en el país se realizan ya en dólares, una tendencia creciente tolerada por las autoridades que previsiblemente se acentuará con la autorización a los bancos.
La pérdida constante de valor del bolívar, la moneda nacional de Venezuela, ha llevado al país a la hiperinflación y ha agravado las dificultades derivadas de la crisis económica para la población, que busca cada vez más los dólares estadounidenses y otras divisas como alternativa.
¿En qué consiste el nuevo sistema?
Luis Vicente León, de la consultora Datanálisis, le dijo a BBC Mundo que “en realidad el Gobierno solo está reconociendo una práctica que ya existía para darle un marco jurídico más estable”.
Ante el flujo creciente de operaciones en dólares, muchos comercios se enfrentaban al problema de dónde depositarlos. Los bancos comenzaron en el último año a ofrecer las llamadas cuentas-custodia, con las que se ofrecía la posibilidad de custodiarlos en sus bóvedas, pero no operar con ellos.
Para negocios como los supermercados de las zonas acomodadas de Caracas, que facturan grandes cantidades de dólares en efectivo cada día, esto fue una solución parcial para poner en lugar seguro sus ganancias.
Y la banca venezolana se las ingenió para crear mecanismos que sortearan las restricciones legales y permitieran que esos dólares se utilizaran como garantía en las transacciones.
La novedad es que ahora empresas y particulares podrán empezar a usar esos dólares en compras de bienes y servicios utilizando medios de pago electrónicos habituales como las tarjetas de débito.
Henkel García, experto de la firma Econométrica, explica: “En realidad, lo que hay detrás es una operación cambiaria. El banco le descuenta al usuario los dólares en su cuenta y le entrega al comerciante la cantidad equivalente en bolívares según el tipo de cambio del día”.
De acuerdo con Luis Vicente León, “este sistema facilitará las transacciones, ya que hará más fáciles los pagos”.
Efectivamente, pagar por cualquier cosa es con frecuencia una tarea complicada en el país. El efectivo en bolívares escasea desde hace años, y los fallos en el suministro eléctrico y las comunicaciones inutilizan a menudo los terminales electrónicos de pago.
Además, pese a que cada vez hay más dólares, casi no hay billetes pequeños en esta moneda, lo que muchas veces dificulta que se pueda pagar con ella el importe exacto.
¿Soluciona esto los problemas?
“Al facilitar las transacciones, el Gobierno busca reactivar la economía”, afirma Henkel García.
León apunta otra clave: “Como muchas operaciones ahora se harán formales, el Gobierno aumentará sus ingresos fiscales”.
“El Gobierno no tenía elección, ya que al obligar a la gente a usar el bolívar lo único que estaba provocando era un mercado negro en dólares cada vez mayor”, añade el experto.
La autorización a los bancos para que operen con dólares y otras divisas supone un paso más en la línea aperturista que en los últimos meses parece seguir el gobierno socialista venezolano, que durante años se caracterizó por su política estatista y sus restricciones a la actividad privada.
Maduro impulsó recientemente la llamada “Ley Antibloqueo”, con la que se propone atraer inversores internacionales para dinamizar una economía que ha perdido más de la mitad de su valor desde que llegó al poder.
Y este 27 de enero, Jorge Rodríguez, considerado uno de los dirigentes más influyentes del chavismo, se reunió con la directiva de Fedecámaras, la mayor organización de empresarios del país, con la que el Gobierno tuvo tradicionalmente una relación conflictiva.
León indica que “la economía se está abriendo, no porque el Gobierno haya cambiado su filosofía, sino porque perdió su capacidad de control.
“Antes era el dueño de todos los dólares que entraban en el país y tenía recursos para competir con el sector privado si este no obedecía, pero las sanciones de Estados Unidos le dejaron sin acceso a la divisa y sin poder operar en los mercados internacionales, por lo que ahora el sector privado es lo único que le queda para asegurar el abastecimiento del país”.
Los analistas señalan que con el nuevo sistema el gobierno busca reducir los obstáculos a la circulación del dinero. Pero las trabas seguirán siendo muchas.
Seguirá siendo imposible algo tan habitual en países con economías normalizadas como transferir dólares de un banco a otro.
“Eso requeriría la participación de un banco central como garante de ese sistema y al Banco Central de Venezuela las sanciones internacionales le impiden desempeñar ese papel”, indica Henkel García.
Y la Superintendencia de Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) emitió una circular en la que se prohíbe a los bancos conceder créditos en moneda extranjera y recordó que las entidades requieren de una autorización previa en todas sus operaciones, lo que parece limitar el alcance de los anuncios de Maduro.
En cualquier caso, advierten los expertos, los que no se beneficiarán de las potenciales ventajas del nuevo sistema serán los muchos venezolanos que solo tienen ingresos en bolívares, un sector mayoritario y desfavorecido de la población.
Cambio de tono en el Gobierno
El gobierno de Nicolás Maduro proscribió durante años el uso del dólar, la que consideraba una moneda “criminal” que el “imperio” estadounidense utilizaba en su “guerra económica” contra Venezuela, pero Maduro se refiere ahora a ella como una “válvula de escape” para la economía.
El fin del control de cambios vigente en el país durante años ha hecho que el tipo de cambio en el mercado paralelo sea ahora muy similar al del mercado oficial.
Aun así, Henkel García cree que quien tenga acceso a dólares “tiene pocos alicientes para depositar sus ahorros en un sistema que controla un gobierno que no inspira confianza”.
“Los dólares que entren en el sistema serán el mínimo necesario para las transacciones, pero la gente que puede hacerlo seguirá ahorrando en cuentas en el exterior o guardará el dinero en su casa”.
La escasez en las arcas de un estado mermado por años de políticas ineficientes y por las sanciones de Estados Unidos aconsejan cautela.
“No parece probable en este momento, pero los gobiernos latinoamericanos siempre han tenido la tentación de recurrir a un corralito como el de Argentina en 2001”, advierte García.