Realeza
El rey Carlos cumple 75 años: estas son las grandes amarguras y los dolores más profundos de su vida. El desprecio de la reina Isabel y las infidelidades con Diana
Con 41 cañonazos que fueron disparados a mediodía desde el palacio de Buckingham, fue celebrado el cumpleaños del rey Carlos.
El rey Carlos nació el 14 de noviembre de 1948, siendo el hijo mayor de la fallecida reina Isabel II y el príncipe Felipe, Duque de Edimburgo. A lo largo de su vida, Carlos desempeñó un papel destacado como heredero aparente al trono británico que, finalmente, asumió en septiembre de 2022.
Su educación abarcó instituciones como la Universidad de Cambridge y la Universidad de Gales. A lo largo de los años, el príncipe demostró un profundo interés en cuestiones sociales y ambientales, destacándose como defensor de la sostenibilidad y la conservación del medioambiente. Además de sus responsabilidades como príncipe de Gales y ahora rey, Carlos ha estado involucrado en diversas organizaciones benéficas y proyectos culturales. Su Fundación Príncipe de Gales, establecida en 1979, aborda temas como la educación, la salud y la sostenibilidad.
El rey Carlos también ha sido reconocido por su labor filantrópica y su apoyo a las artes. A pesar de las controversias y desafíos en su vida personal, ha mantenido un perfil activo en la escena pública británica, preparándose para un eventual rol como monarca.
La vida privada de Carlos ha sido objeto de atención mediática, especialmente en relación con cuestiones de infidelidad que han afectado su relación con la reina Isabel II, su madre. Estos eventos han generado tensiones en la familia real y han sido tema de escrutinio público.
Tendencias
La infidelidad del rey Carlos, particularmente en su matrimonio con la difunta princesa Diana, ha sido un tema de gran interés público y ha dejado una marca duradera en la historia de la familia real británica. Durante su matrimonio con Diana Spencer, el príncipe Carlos mantuvo una relación extramatrimonial con Camila Parker Bowles, quien más tarde se convirtió en su esposa.
La relación extramatrimonial fue objeto de especulación y controversia, y cuando salió a la luz pública, provocó una considerable conmoción. La prensa y el público se sintieron divididos sobre el asunto, y la imagen de la familia real británica se vio afectada. La princesa Diana, conocida por su popularidad y caridad, se convirtió en el foco de la simpatía pública.
La infidelidad y las tensiones matrimoniales contribuyeron al deterioro del matrimonio de Carlos y Diana, que finalmente culminó en su divorcio en 1996. La tragedia alcanzó su punto álgido con el trágico fallecimiento de la princesa Diana en un accidente automovilístico en 1997, lo que provocó una ola de dolor y conmoción global.
La repercusión de la infidelidad del rey Carlos y su impacto en la imagen de la familia real han perdurado en la memoria colectiva. Este episodio ha influido en la percepción del papel de la familia real y ha dado forma a la narrativa pública sobre la relación entre los miembros de la realeza británica. Aunque el tiempo ha pasado y las circunstancias han cambiado, la infidelidad del rey Carlos sigue siendo un capítulo significativo en la historia moderna de la monarquía británica.
La celebración
Su heredero Guillermo, apreciado por el 69 % de los británicos, es el más popular en la familia real. Para celebrar su cumpleaños, The Royal Mint, la casa británica de la moneda, ha emitido una pieza de cinco libras, con un guiño en el reverso al amor del rey por la naturaleza.
Una semana antes de su cumpleaños, por primera vez como monarca, Carlos III pronunció su primer “Discurso del Rey”, un ritual de la vida política británica que marca el inicio de la sesión parlamentaria.
El discurso, preparado por el primer ministro Rishi Sunak, propuso una ley que otorgue anualmente nuevas licencias para proyectos de petróleo y gas en el mar del Norte. Carlos pronunció estas medidas sin expresión alguna en su rostro, de acuerdo con la convención de que el monarca está por encima de la política.
*Con información de la AFP.