Marruecos
El rey de Marruecos sorprende al dejar su aislamiento y visitar un hospital que atiende a heridos por el sismo
El gesto sorprende porque el monarca limita sus apariciones en público a los actos oficiales o religiosos.
El rey de Marruecos Mohammed VI hizo el martes un despliegue de solidaridad con su país tras el fuerte terremoto y visitó a algunos de los heridos en un hospital no lejos del epicentro, donde también donó sangre.
El monarca inspeccionó el hospital que lleva su nombre en la ciudad de Marrakech, donde preguntó por los servicios de recuperación y la atención que se presta a los heridos en el temblor del viernes por la noche y las condiciones de los supervivientes, dijo la agencia oficial de noticias MAP.
Un video muestra al rey, cuyas apariciones públicas se limitan normalmente a ocasiones especiales, junto a la cama de varios pacientes, inclinándose sobre un niño para darle un beso en la cabeza y junto a un hombre mayor.
Cadena de solidaridad
En un gesto sorprendente, se vio al monarca de gafas sentado en una silla, sin abrigo, enseñando los tirantes, con la manga de la camisa arremangada y con el brazo preparado para donar sangre.
Lo más leído
Las donaciones de sangre se han convertido en un gesto nacional de solidaridad, y los marroquíes hacen fila en Marrakech y otras ciudades para donar sangre para los heridos.
El terremoto, con epicentro en la cordillera del Atlas, cobró la vida de más de 2.900 personas, la mayoría de ellas en ciudades y pueblos de montaña, y dejó heridas a por lo menos otras 2.000 personas.
Hasta el martes, más de 240 de los heridos estaban siendo atendidos en hospitales de la región de Marrakech.
Tragedia en los montes Atlas
El sismo también dañó parte de las murallas que rodean el casco antiguo de Marrakech, el cual fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y fue construido en el siglo XII.
Mientras tanto, decenas de aldeas remotas luchan por recuperarse del movimiento telúrico.
Los estragos se podían ver este martes en poblados remotos como Tafeghaghte, donde se cree que han muerto más de la mitad de sus 160 habitantes.
Con la mayor parte de la comunidad arrasada, los sobrevivientes retiran escombros, recuperan cadáveres y alejan a los vivos de estructuras que se tambaleaban al borde del colapso debido a las réplicas.
En tanto, una escena de horror: El aire se llenaba del hedor a ganado muerto. Otros animales quedaron atrapados entre los escombros.
Como un bombardeo de guerra
“Es una catástrofe”, dijo el sobreviviente Salah Ancheu, quien vive en la cercana Amizmiz. “No sabemos cuál es el futuro. La ayuda es insuficiente”, agregó.
Mientras tanto, los rescatistas en el extranjero esperaban que Marruecos les permitiera ayudar.
Hasta ahora, las autoridades marroquíes han aceptado ayuda gubernamental de solo cuatro países: España, Catar, Gran Bretaña y Emiratos Árabes Unidos.
El Ministerio del Interior de Marruecos indicó que las autoridades quieren evitar una falta de coordinación que “sería contraproducente”.
El fundador de Rescates Sin Fronteras, Arnaud Fraisse, le dijo a The Associated Press que retiró la oferta de la organización de enviar a nueve personas a Marruecos porque “nuestra función no es encontrar cadáveres”.
La Onu estima que 300.000 personas se vieron afectadas por el terremoto de magnitud 6,8, que se hizo más peligroso por su relativa poca profundidad.
La mayor parte de la destrucción y las muertes se produjeron en la provincia de Al Haouz, en la cordillera del Alto Atlas, donde las carreteras empinadas y sinuosas se atascaron con escombros, lo que dejó a los aldeanos a su suerte.
Khadija Babamou vino desde su casa en Amizmiz a Tafeghaghte para ver cómo estaban sus familiares. Se tapó la boca y comenzó a llorar mientras agarraba a su hermana. “Dios nos salve”, dijo.
Ibrahim Wahdouch perdió a dos hijas pequeñas y a otros dos familiares. Dijo que el pueblo parecía como si hubiera sido bombardeado en una guerra.
Esto llevó a Marruecos a cambiar las reglas de construcción, pero muchas estructuras, especialmente casas rurales, no están construidas para resistir tales sacudidas.
Con información de AP.