Mundo
El telescopio Hubble reveló imagen de una galaxia “medusa”
Descubrieron que la formación de estrellas en los “tentáculos” de las galaxias medusas no era diferente de la formación de estrellas en el disco de la galaxia.
La galaxia medusa JW39, a más de 900 millones de años luz en la constelación de Coma Berenices, cuelga serenamente en esta imagen del Telescopio Espacial Hubble de la Nasa y la ESA.
Space jellyfish! 🪼
— Hubble (@NASAHubble) May 26, 2023
This "jellyfish galaxy" JW39 is about 900 million light-years away. It earned this nickname because of the galaxy's trailing tendrils of star formation that stretch away from JW39's central disk.
Explore more: https://t.co/BeJhPbPQ3v pic.twitter.com/qrCbLR5jDR
A pesar de su apariencia, esta galaxia está a la deriva en un entorno ferozmente hostil: un cúmulo de galaxias. En comparación con sus contrapartes más aisladas, las galaxias en los cúmulos de galaxias a menudo se distorsionan por la atracción gravitacional de los vecinos más grandes, que pueden torcer las galaxias en una variedad de formas.
Si eso no fuera suficiente, el espacio entre las galaxias en un cúmulo también está impregnado de un plasma extremadamente caliente conocido como medio intracúmulo. Si bien este plasma es extremadamente tenue, las galaxias que se mueven a través de él lo experimentan casi como nadadores que luchan contra una corriente, y esta interacción puede despojar a las galaxias de su gas formador de estrellas.
Esta interacción entre el medio del intracúmulo y las galaxias se llama desprendimiento de presión ram y es el proceso responsable de los zarcillos de arrastre de esta galaxia medusa. A medida que JW39 se movía a través del cúmulo, la presión del medio intracúmulo eliminó el gas y el polvo en largas cintas de formación estelar que ahora se extienden desde el disco de la galaxia, informa la NASA.
Lo más leído
Los astrónomos que utilizaron la Cámara de Campo Amplio 3 del Hubble estudiaron estos zarcillos de arrastre en detalle, ya que son un entorno particularmente extremo para la formación de estrellas. Sorprendentemente, descubrieron que la formación de estrellas en los “tentáculos” de las galaxias medusas no era notablemente diferente de la formación de estrellas en el disco de la galaxia.
Altas temperaturas en la corona solar
Ondas magnéticas descubiertas en las manchas solares muestran un flujo de energía tan elevado que podrían mantener la atmósfera del Sol a millones de grados.
El hallazgo de un equipo científico internacional, en el que participan investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y de la Universidad de La Laguna (ULL), añade una nueva pieza que faltaba en el rompecabezas de por qué las capas externas del Sol están más calientes que su superficie pese a estar más lejos de la fuente de calor. Los resultados se publican en la revista Nature Astronomy.
El Sol brilla gracias a la fusión nuclear del hidrógeno en su núcleo, donde la temperatura alcanza los 16.000.000 grados C. En la superficie visible (o fotosfera) del Sol, la temperatura desciende a unos 5.000 grados C. Es intuitivo que el gas de hidrógeno situado más lejos de su núcleo sea más frío. Sin embargo, la corona solar, que está más alejada del núcleo que la fotosfera, alcanza temperaturas de millones de grados. Ninguna teoría ha podido explicar esta paradoja, conocida como el problema del calentamiento coronal, que desafía a la comunidad científica desde hace un siglo.
Utilizando el telescopio solar Goode de 1,6 m del Observatorio Solar Big Bear, un equipo científico internacional detectó oscilaciones en elementos oscuros de una gran mancha solar, que constituye la estructura más fría del Sol. Estos oscurecimientos son fibrillas de plasma alineadas con un fuerte campo magnético de alta intensidad en la mancha solar.
“Estos filamentos oscilan transversalmente, lo que significa que se trata de una onda magnetohidrodinámica (MHD) transversal y que son capaces de arrastrar las líneas del campo magnético para moverse lateralmente”, explica en un comunicado Yuan Ding, investigador del Harbin Institute of Technology (China) que ha dirigido la investigación. “Esto implica que las oscilaciones de las fibrillas podrían proporcionar un flujo de energía muy elevado”, añade.
Wl equipo científico ha desarrollado un modelo matemático de las ondas transversales rápidas en las manchas solares y ha calculado que el flujo de energía es entre 1.000 y 10.000 veces mayor que la energía que se desprende en el plasma de la región activa, lo que sería suficiente para mantener la atmósfera del Sol a millones de grados de temperatura.
“En el estudio se estimaron los parámetros del plasma aplicando a las observaciones un código de inversión desarrollado en el IAC”, destaca Juan C. Trelles, coautor del artículo e investigador del IAC y de la ULL. De estas dos instituciones científicas, también han participado los investigadores Carlos Quintero y Basilio Ruiz.
*Con información de Europa Press.