Tras finalizar la guerra, en Núremberg se enjuiciaron a cientos de nazis. 76 años después, Friedrich Karl Berger podría ser la última persona en ser condenada por el Holocausto.
Tras finalizar la guerra, en Núremberg se enjuiciaron a cientos de nazis. 76 años después, Friedrich Karl Berger podría ser la última persona en ser condenada por el Holocausto. | Foto: AFP

HOLOCAUSTO

¿Qué pasará con el último nazi que queda tras 75 años del final de la Segunda Guerra Mundial?

En una carrera contra el tiempo la justicia alemana lucha por juzgar a todos los cómplices del Holocausto Nazi. Casi 76 años después, y con la mayoría de los involucrados ya fallecidos, esta persecución motivada por el reclamo de justicia está a punto de terminar.

27 de febrero de 2021

Con el pasar de los años, las atrocidades cometidas por los Nazis en la Segunda Guerra Mundial siguen tan vigentes como siempre. Pero con el recuerdo imborrable aún grabado, el tiempo se ha convertido en aliado de los cómplices del Holocausto. Hoy, muchos de los comandantes más importantes del régimen Nazi están muertos, mientras que los sobrevivientes son adultos mayores de 90 años. El capítulo para cerrar los castigos al nazismo está a punto de terminar.

Luego de perder la guerra, muchos de los participantes del Holocausto escaparon a otras latitudes, donde lograron vivir años sin ser descubiertos. Entre ellos estaban Adolf Eichmann, considerado el arquitecto del Holocausto y, luego, el único nazi juzgado y ajusticiado en Israel, y Josef Mengele, el amargamente recordado ángel de la muerte. También lo hizo Friedrich Karl Berger, quien llegó a Estados Unidos en 1959, refugiado entre los millones de inmigrantes europeos que llegaron al país. El exsoldado se estableció en Oak Ridge, una pequeña ciudad en Tennessee. Allí comenzó una nueva vida. Conformó una familia, trabajó, se jubiló y enviudó, lejos de cualquier tribunal que lo condenara por sus acciones en los campos de concentración. Sin embargo la justicia llamó a su puerta en 2020 para que respondiera por su pasado como guardia del campo de concentración de Neuengamme, en donde al menos 42.900 prisioneros rusos, holandeses y polacos perdieron la vida. Berger, que ahora tiene 95 años, fue deportado por Estados Unidos a Alemania, y será, probablemente, el último Nazi que se enfrentará a la justicia.

Campo de concentración de Neuengamme, en donde al menos 42.900 prisioneros rusos, holandeses y polacos perdieron la vida.
Campo de concentración de Neuengamme, en donde al menos 42.900 prisioneros rusos, holandeses y polacos perdieron la vida.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos logró desenterrar el oscuro pasado de Berger luego de investigar una serie de documentos que lo mencionan, encontrados en un barco alemán hundido por los aliados en 1950. El ex guardia fue deportado gracias a la Enmienda Holtzan, que prohíbe que cualquier cómplice de la persecución nazi entre o viva en el país.

El deseo de justicia ha perdurado más de 75 años. El 1 de octubre de 1945, tras finalizar la guerra, Núremberg se convirtió en el escenario del macrojuicio contra los dirigentes nazis por sus crímenes contra la humanidad. Las penas fueron desde la absolución total hasta la pena de muerte. En total se acusaron a 611 personas. Los más destacados fueron Hermann Goring, comandante de la Luftwaffe; Rudolf Hess, secretario de Hitler; y Joachim von Ribbentrop, ministro de Asuntos Exteriores.

Aniversario del juicio nazi en Alemania
En esta foto de archivo del 30 de septiembre de 1946, los acusados escuchan parte del veredicto en el Palacio de Justicia durante el Juicio por Cr�menes de Guerra de Nuremberg en Nuremberg, Alemania. Sentados en la primera fila del banquillo de los prisioneros est�n, de izquierda a derecha: Hermann Goering, con gafas oscuras; Rudolf Hess; Joachim von Ribbentrop; Wilhelm Keitel; Ernest Kaltenbrunner; Alfred Rosenberg; Erich Raeder, con gafas oscuras; Wilhelm Frick; Julius Streicher y Walter Funk. En la �ltima fila, frente a los guardias de polic�a, est�n, de izquierda a derecha: Karl Doenitz; Constantin von Neurath; Baldur von Schirach, con gafas oscuras; Fritz Sauckel; Alfred Jodl; Franz von Papen; Arthur Seyss-Inquart; y Albert Speer. Sentado en las mesas frente a los acusados est� su consejo. Foto: AP / Eddie Worth. | Foto: AP

Hay quienes se preguntan si hacer estos juicios vale la pena, sobre todo cuando ha pasado tanto tiempo y los acusados enfrentan el final de su vida. Pero, además de buscar justicia, los juicios tardíos son un llamado a la reflexión. Claudio Avruj, presidente honorario del Museo del Holocausto de Buenos Aires, le explicó a SEMANA la importancia de juzgar a los responsables. ”El delito que no es juzgado se sigue cometiendo en cada una de las víctimas. Los hechos perpetrados por el régimen genocida nazi son considerados de lesa humanidad, su agravio es a toda la sociedad y en todo país. A pesar del paso del tiempo, el castigo debe llegar a los responsables y sus cómplices por acción u omisión. Llevar ante la justicia a quienes en nombre del nazismo asesinaron es una acto de docencia y de educación cívica”.

Adolf Eichmann, 11 de abril de 1961 En esa fecha compareció ante un tribunal israelí el único nazi que pagó sus crímenes en Israel.

El paso del tiempo es irremediable. Cada vez son menos las personas que perpetraron o vivieron en carne propia los horrores del Holocausto y que pueden hablar desde la experiencia. Muy pronto solo quedarán los documentos que le recuerden al hombre una de sus etapas más oscuras. Como concluye Avruj: “El olvido y la indiferencia nos debilita como sociedad, nos expone a la reiteración de errores gravísimos del pasado. El camino siempre será la educación. Después de los sobrevivientes nos quedarán sus testimonios y su legado, quedarán museos y memoriales para continuar la tarea. Quedarán las reflexiones de la noche más oscura que representa el holocausto”.