ESTADOS UNIDOS

Asediado, Trump la emprende ahora contra Carlos Slim

En medio del creciente escándalo sexual que lo rodea, el candidato republicano acusó al magnate mexicano de hacer parte del complot para descarrilar su candidatura.

14 de octubre de 2016
| Foto: Fotomontaje SEMANA / Fotos: AFP y Archivo

Donald Trump negó rotundamente este viernes cualquier conducta sexual inapropiada y culpó al mexicano Carlos Slim de un complot mediático para torpedear su campaña, al tiempo que se apilan acusaciones de mujeres contra el aspirante republicano.

El presidente Barack Obama advirtió por su parte que "la democracia misma está en juego" en las elecciones generales del 8 de noviembre, en señal de la preocupación creciente de la Casa Blanca por el pintoresco magnate de bienes raíces.

En un mitin en Carolina del Norte, Trump recordó que Slim es el primer accionista individual del grupo New York Times, cuyo diario insignia publicó el miércoles relatos de dos mujeres que acusaron a Trump de manosearlas y besarlas, años atrás.

"El principal accionista del (New York) Times es Carlos Slim, y como saben Carlos Slim viene de México. Él ha dado millones de dólares a los Clinton", dijo Trump en el mitin.

"Vamos a dejar que corporaciones extranjeras y sus presidentes decidan el resultado (de la elección). No puedes hacer eso. No podemos dejar que esto pase", señaló.

Desde la publicación en el New York Times, otras mujeres se han unido al pelotón de acusación, incluyendo dos este viernes.

Mientras Trump hablaba, Summer Zervos, una exparticipante de "The Aprenticce", el reality show que consolidó la fama del republicano, rompió el silencio para acusarlo de haberla besado a la fuerza en un hotel hace una década.

También el viernes, Kristin Anderson, una exaspirante a modelo, declaró al Washington Post que a inicios de los años 90, en un club de Nueva York, Trump había tocado su vagina, metiendo su mano debajo de su falda.

Los testimonios son los más recientes de un torrente de mujeres que acusan a Trump de conducta de predador sexual, y constituye uno de los más explosivos escándalos en la inusual campaña del magnate neoyorquino de 70 años.

Las acusaciones surgieron por efecto de un video de 2005 -divulgado hace una semana- en el que Trump se jactaba de tocar a mujeres en sus partes íntimas y salirse con la suya por su fama.

"Son todas falsas, totalmente inventadas", lanzó Trump en Carolina del Norte sobre las acusaciones.

"No tengo ni idea quienes son estas personas", señaló, tachando los testimonios recogidos por el New York Times y otras publicaciones como "mentiras presentadas por los medios y la campaña de Clinton".

Su entorno ha prometido contraatacar con evidencia "para desafiar" los testimonios comprometedores.

México en la campaña

Los señalamientos contra Slim introducen nuevamente a México en la campaña de Trump, que anunció su candidatura hace un año acusando de "violadores" a los millones de inmigrantes mexicanos indocumentados, a quienes prometió expulsar si llegaba a ser presidente.

El yerno y portavoz de Slim, Arturo Elías, dijo que el magnate mexicano nunca ha visto a Trump y que "no le interesa en lo más mínimo su vida personal".

En ese contexto de pugnacidad a pocas semanas de que los estadounidenses escojan su remplazo, el presidente Barack Obama, haciendo campaña para Clinton, dijo que mucho está en juego en la elección.

"La buena educación está en juego en las urnas. La tolerancia está en juego. La cortesía está en juego. La igualdad está en juego", dijo Obama  en un mitin en el estado clave de Ohio.

"Todo el avance que logramos en los últimos ocho años está en juego", dijo y agregó: "la democracia misma está en juego en las urnas".

El discurso del mandatario fue la segunda arremetida esta semana de la pareja presidencial contra Trump, luego que la primera dama Michelle Obama causara sensación el jueves con una explosiva reprimenda contra la "vergonzosa" conducta del republicano.

Mientras tanto, Clinton se mantiene discreta, sin eventos públicos programados para los próximos días, y deja a Trump solo en su mar de escándalos sexuales.

El candidato tiene dividido a su partido: varios legisladores republicanos, inquietos por sus chances de reelección el 8 de noviembre, tomaron distancia del magnate, pero otros dijeron que votarán por él a pesar de todo para evitar una victoria de Clinton.

*Con información de AFP