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"Le debemos a Donald Trump una mente abierta": Hillary Clinton
La excandidata a la Presidencia de Estados Unidos se pronunció tras la derrota en las elecciones. "Haber sido su candidata ha sido uno de los mayores honores", dijo.
Tras la derrota en las elecciones de Estados Unidos, la excandidata presidencial Hillary Clinton se pronunció en su sede de campaña este miércoles. "Haber sido su candidata ha sido uno de los mayores honores. (...) No es el resultado que queríamos, y lamento que no hayamos ganado para poder defender nuestros valores", dijo al inicio de su discurso.
Para Clinton, esta elección mostró que EE. UU. está más dividido de lo que se pensaba. Y aunque fue sincera en decir que la pérdida duele, se ofreció a trabajar con Donald Trump y le deseó éxito en su mandato.
"Anoche lo felicité y me ofrecí a trabajar con él por nuestro país. (...) Creo en Estados Unidos. Y si creemos en nuestro país debemos aceptar el resultado. Le debemos a Donald Trump una mente abierta y una oportunidad para liderar", aseguró.
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Y agregó: "Nuestra responsabilidad como ciudadanos es seguir cumpliendo con nuestra parte de la tarea para hacer que América sea mejor y más segura para todos".
Hillary Clinton también lamentó no haber hecho historia convirtiéndose en la primera mujer en lograr la presidencia en el país norteamericano, sin embargo, dijo, "el momento llegará pronto".
"Todavía no hemos roto el techo de cristal más alto y más duro. Pero algún día alguien lo hará. Con suerte antes de lo que creemos", expresó.
Clinton agradeció también el "liderazgo determinante" del presidente Barack Obama y pidió a sus seguidores que sigan buscando sus propios sueños para luchar por lo que es justo.
"Nuestro país tiene una enorme deuda con el presidente Obama, y con la primera dama, Michelle", afirmó. Y añadió que el liderazgo determinante de los Obama "ha significado mucho para muchos estadounidenses y gente alrededor del mundo".
¿Quién es Hillary?
“No me dedicaré a cocinar galletas y a servir el té”, dijo Hillary Clinton cuando su marido Bill iba a ser presidente de Estados Unidos. No era una simple frase bonita. En los 25 años que han pasado desde entonces, ella ha llegado más lejos que cualquier mujer en Washington. Además de primera dama, ha sido senadora, secretaria de Estado y candidata a la Casa Blanca.
Hablar de su preparación es abordar un lugar común. “Nunca ha habido un hombre o mujer –ni yo, ni Bill, ni nadie– más preparado que Hillary Clinton para ser presidente”, dijo Barack Obama en la Convención Demócrata.
El actual mandatario no sonó exagerado. La razón es que esta abogada de Yale, nacida hace 69 años en una familia conservadora de un suburbio de Chicago, es la política más exitosa y experimentada de su generación.
Hillary es la heredera natural de los dos últimos presidentes del Partido Demócrata. Pero no fue una buena candidata. El propio Barack Obama fue su verdugo en las primarias de 2008, cuando a punta de carisma y de oratoria una nominación llegó a la Casa Blanca. Hillary por el contrario se quedó vestida y arreglada con una campaña que lució demasiado clásica y acartonada.
“Sé lo que se siente cuando a uno lo noquean”, le dijo a la revista Time para el extenso perfil que le dedicó esa revista a principios de año.
En 2009, fue sin embargo su redentor al ponerla al frente de la Secretaría de Estado, que ocupó hasta 2013.
Su marido Bill Clinton es su su mayor aliado y se esperaba que jugara a su favor. Junto con Obama, este es una de las fichas clave de los Nuevos Demócratas y su implicación en la campaña parecía obvia.
Pero ha sido un lastre por cuenta de sus escándalos sexuales y de la Fundación que creó tras terminar su segundo mandato.
De hecho los Clinton se han convertido en los villanos favoritos de la derecha estadounidense, que pinta su matrimonio como los Underwood de ‘House of Cards’.
La candidatura de Hillary revivió los malos momentos del gobierno de Bill. Sin embargo, esa es solo parte de la explicación de su mala prensa.
De hecho, el principal enemigo de Hillary no era el Partido Republicano, ni la derecha reaccionaria, ni Donald Trump. Ha sido la nueva realidad electoral que afecta a todos los sectores, que consiste en una sospecha generalizada hacia los elites políticas.
Sus dificultades para derrotar a Bernie Sanders durante las elecciones primarias fueron la señal más clara de que los políticos veteranos tenían el viento en contra.
Y es que, paradójicamente, las décadas que ella ha estado ejerciendo la política se convirtieron en una debilidad.