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Francia y las elecciones más emocionantes de Occidente en los últimos años

Los franceses votarán en segunda vuelta por la ultraderechista Marine Le Pen o Emmanuel Macron, en una de las elecciones más convulsionadas de los últimos tiempos. Estas son las cinco razones por las que vale la pena seguirle la pista.

5 de mayo de 2017
| Foto: AFP

Las elecciones más emocionantes de Occidente en años tienen en vilo el futuro de Francia. Y también de Europa. El país de la libertad, la igualdad y la fraternidad irá dividido y desencantado a las urnas este 7 de mayo para darle la victoria a la ultraderechista Marine Le Pen o del centrista Emmanuel Macron. En definitiva la decisión será entre el partido Frente Nacional o En Marcha. Los dos lograron derrotar a los representantes de los partidos tradicionales en la primera vuelta, pero ahora cargan con la cruz de convencer a los incrédulos. “Ni Le Pen ni Macron; ni patria ni patrón", gritaron estudiantes universitarios por toda Francia. 

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Así las cosas, se espera que el abstencionismo crezca, pues incluso muchos de los que  apoyaban al iizquierdista Jean Luc Melenchon, quien perdió en primera vuelta y representó el 19% de los votos, han decidido no escoger entre “la peste” y la “cólera” -según sus consignas- y más bien votar en blanco o abstenerse.

Los votos determinarán el futuro de Francia así com el de Europa, pues como dijo el periodista español Miguel Ángel Bastenier poco antes de morir: “Si Francia cae, caemos todos”.

Y ante las divergentes propuestas de los dos candidatos se hace necesario establecer qué se pone en juego con la llegada a la presidencia de uno y de otro. Estos son los puntos más importantes.

1. Posible salida de Francia de la Unión Europea

Después del Brexit podría venir el Frexit. Le Pen ha sido enfática en su sentimiento anti-europeísta. Ha propuesto un referendo para decidir la salida de Francia de la Unión Europea siguiendo los pasos del Reino Unido. Si esta decisión resulta aprobada, también habrá un cambio en la moneda oficial, retornando al franco y dejando atrás el euro.

"El euro es la moneda de los banqueros, no es la moneda del pueblo, es la razón por la cual debemos salir de (ella)", afirmó Le Pen en el debate televisivo previo a las elecciones.

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En la otra orilla está Macron, defensor de que Francia continúe como miembro activo de la Unión Europea. Buscando además adoptar medidas como la creación de un presupuesto específico y un ministerio para la zona euro.

"Las grandes empresas no podrán pagar en euros de un lado y del otro en francos a sus empleados". "¡No tiene sentido!", sentenció Macron en el debate, en el que los televidentes lo calificaron como "el más convincente".

Pero Macron, aun con su pensamiento proeuropeísta aseguró que hay que escuchar lo que la gente quiere, lo cual deja abierta tenuemente las posibilidades. "Pero al mismo tiempo tenemos que enfrentar la situación, escuchar a nuestra gente y escuchar que hoy están muy enojados, impacientes y la disfunción de la UE no es más sostenible", dijo el candidato a BBC en medio de la campaña electoral.

Si un Frexit se diera habría grandes repercusiones para esta institución pues Francia es el segundo país que más aporta a su presupuesto, con la nada despreciable cifra de 19.000 millones de euros cada año. Fuentes anónimas le dijeron a AFP que los directivos de la Unión Europea apoyan a Macron y que han seguido muy de cerca los debates.

2. El debate por los inmigrantes

Uno de los temas más álgidos y de mayor controversia en la campaña presidencial francesa ha sido el tema relacionado con los inmigrantes. Las políticas de Macron favorecen una política abierta para recibir a los inmigrantes, donde se busca reducir el tiempo que se tarda en el estudio de una solicitud de asilo.

Por otra parte, la candidata Le Pen considera que la inmigración es la fuente principal del terrorismo, por lo cual, busca imponer una política migratoria más fuerte, donde se expulse a todos los inmigrantes en condiciones irregulares, a los criminales, se anule la concesión de nacionalidad por causa de matrimonio, y se llegue a un saldo migratorio de 10.000 personas.

Limitaría las condiciones de asilo, endurecería el reagrupamiento familiar y haría imposible la regularización de los indocumentados. Suprimiría el "ius soli" que otorga la nacionalidad a los nacidos en territorio francés, la ayuda médica estatal a los inmigrantes e impondrá un plazo de dos años de presencia regular antes de que un extranjero pueda hacerse reembolsar gastos de salud. En las palabras de Le Pen, las puertas se cerrarán "a la entrada de inmigrantes tanto legales como ilegales".

La elección de una u otra propuesta en materia de inmigración tiene grandes repercusiones a nivel global, porque hasta el momento Francia es uno de los 10 países en el mundo que más inmigrantes albergan, ocupando el octavo lugar, donde se deja en expectativa qué sucederá con los refugiados que se encuentran resguardados en dicho país.

3. Sobre el islamismo

Los dos candidatos de acuerdo a sus posturas acerca de la inmigración, sostienen puntos divergentes sobre el Islam. La candidata de ultraderecha, considera que el islamismo es la segunda fuente de los problemas por los que atraviesa Francia por considerarlo el responsable directo de los diversos ataques terroristas de los que ha sido víctima este país, pues desde el 2015 perdieron la vida por esta causa 239 personas. Esto tiene dos implicaciones, la primera, es imponer trabas al ingreso a personas que profesen está religión al país;  la segunda, su oposición al velo islámico por considerarlo como una forma de limitar la libertad de las mujeres.

Pero Le Pen, aunque es acusada de racista y xenófoba, asegura que se trata de "falsas acusaciones", lo dijo tras prometer que si gana las elecciones el 0,7% del PIB, es decir "unos 15.000 millones de euros" irán a la "cooperación con África".

Sin embargo, la brecha es tal que Le Pen acusó a Macron de ser "complaciente" con el fundamentalismo islamista. Esto se debe a que el candidato del partido En Marcha, si bien busca imponer el laicismo en los colegios franceses, considera que se debe respetar a aquellos que quieran usar el velo o hiyab en las universidades.

Como si fuera poco, propone crear una federación nacional del Islam de Francia, que les permita el reconocimiento a esta población residente en dicho país. Sin embargo, la fuerza de apoyo o el llamado “voto musulmán” no tiene una gran representación, es difícil saber cuántos hay porque está prohibida la medición de minorías. Pero como dato a tener en cuenta los musulmanes serían el grupo religioso que más crecería en las próximas décadas. Según el Centro de Investigaciones Pew, para el 2050 los musulmanes serían el 75%, seguidos de los cristianos con un 35%.

La promoción de estos derechos liberales y su tolerancia le han valido tanto apoyo como rechazo. Pero tal vez uno de los espaldarazos más importantes que recibió Macron fue el del expresidente de Estados Unidos Barack Obama. Por medio de un video resaltó la importancia de la decisión que tomará Francia y le dio su apoyo en nombre de los “valores liberales”.

4. Posible abandono de Francia del espacio Schengen

El espacio Schengen es aquel que permite a los viajeros movilizarse sin restricciones por el territorio de 26 países, entre ellos Francia. La candidata Le Pen, de acuerdo a sus políticas fuertes en contra de la inmigración, plantea que Francia debe retirarse del tratado Schengen.

La principal consecuencia para los colombianos es que no se podría hacer uso de la exención de la visa Schengen en Francia,  que fue otorgada a los colombianos de por la Unión Europea, por lo cual, requeriría el cumplimiento de requisitos de visado o los exigidos por las políticas migratorias que se deseen imponer, incluso para viajes de corta estadía. El impacto sería grande si se considera el número de colombianos que viajan a Europa desde que se firmó el convenio, pues solo en los primeros tres meses 40.000 viajaron.

5. Proteccionismo económico vs. libertad de intercambio

La visión sobre el comercio internacional ha sido otro punto controversial entre los dos candidatos. Donde el enfrentamiento entre una visión internacionalista y otra nacionalista es de gran relevancia. Por su parte, Macron es defensor del libre comercio, donde se le da un papel preponderante a Europa, buscando que se dé un mercado único y se fomente la libre circulación para favorecer el comercio comunitario.

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La candidata Le Pen considera que debe existir un comercio que favorezca principalmente la industria francesa, por lo cual, propone un alza en los aranceles, la ruptura de tratados de libre comercio tanto multilaterales como bilaterales e impuestos a los trabajadores extranjeros para aumentar las plazas de trabajo a los nacionales. La candidata ha rechazado tajantemente el tratado de libre comercio CETA entre la UE y Canadá.

Marine Le Pen impondría un arancel del 35% a los productos de las empresas que trasladen sus fábricas al exterior y penalizaría la contratación de extranjeros, en medio de su mensaje proteccionista y nacionalista.

El panorama es preocupante. “Si Le Pen gana, primero Francia tiene un gran problema; el país se vería aislado de inmediato, si en su rol de presidenta llega a cumplir aunque sea la mitad de sus promesas”, explicó Frank Baasner, director del Instituto franco-alemán (DFI) de Ludwigsburg a la DW.