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Elecciones presidenciales en Perú 2021: conozca los candidatos, propuestas y lo que se juega el país
Inestabilidad, informalidad y corrupción son algunos de los retos del próximo presidente de Perú.
El presidente que los peruanos elijan el domingo no solo deberá tomar medidas urgentes para superar la pandemia y la recesión, sino encarar la inestabilidad política, un congreso fragmentado, la informalidad laboral, la deficiente gestión pública y la corrupción, dicen expertos.
La economía peruana, que se hundió 11,12% en 2020 por la pandemia, sigue dependiendo de la minería para crecer, mientras acumula distorsiones por la informalidad laboral, la corrupción y las instituciones débiles.
Y el país tiene en los altos precios del cobre, su principal exportación, una nueva oportunidad para catalizar el crecimiento económico.
“El marco legal actual es bueno y eso ha permitido un despegue de la inversión privada nacional y extranjera en 25 años”, dice a la AFP Diego Macera, gerente general del Instituto Peruano de Economía y graduado en Políticas Públicas por la Universidad de Chicago.
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“El problema es el cumplimiento de las leyes. La baja institucionalidad general tiene como consecuencias conflictos sociales alrededor de proyectos mineros significativos”, agrega.
Los conflictos por la minería representan 41% del total de conflictos sociales del país, según la Defensoría del Pueblo (ombudsman). Es una situación que Perú no puede permitirse si quiere que su economía vuelva a crecer, según el economista.
Quién es Keiko Fujimori
Keiko Fujimori puede convertirse el domingo en la primera presidenta de Perú, una meta para la que trabajó 15 años desde que asumió la tarea de reconstruir casi desde las cenizas el movimiento político derechista fundado por su padre en 1990.
La otrora belicosa líder de derecha populista enfrenta un balotaje, por tercera vez en una década, con un inédito tono moderado y conciliador, tras permanecer 16 meses en prisión preventiva, hasta mayo de 2020.
La primogénita del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), de 46 años, casada y con dos hijas adolescentes, tiene una piedra en el zapato: una acusación de la fiscalía por recibir presuntamente dinero ilegal de la constructora brasileña Odebrecht para sus campañas de 2011 y 2016, cargos que ella niega.
La cárcel y la crisis que golpeó a su monolítico partido Fuerza Popular por el escándalo Odebrecht la habían debilitado. Pero logró recuperarse para este balotaje ante el izquierdista Pedro Castillo.
En el tramo final de la campaña y a instancias del patriarca del clan, se reconcilió con su hermano menor Kenji Fujimori, de quien se había distanciado por diferencias políticas hace cuatro años.
La fiscalía, que se prepara para llevarla a juicio, anunció el 11 de marzo que pediría condena de 30 años de prisión por los presuntos delitos de lavado de dinero y obstrucción a la justicia, entre otros.
De ganar la presidencia, tendrá inmunidad y solo podría ser juzgada una vez que termine su mandato de cinco años.
Sus propuestas para reactivar la economía, muy golpeada por la pandemia, implican elevar el gasto público y han sido tildadas de “populistas” por economistas independientes.
La candidata se formó en Estado Unidos, donde obtuvo un Máster en Administración de Empresas en la Universidad de Columbia luego de licenciarse en la Universidad de Boston.
Quién es Pedro Castillo
El candidato izquierdista a la presidencia de Perú, Pedro Castillo, cerró el pasado jueves su campaña al balotaje del domingo con un llamado a sus seguidores a defender el voto durante el conteo de sufragios.
“El día domingo todos y cada uno tenemos que asumir el papel de personeros [delegados de partidos en los centros de votación] y ser vigilantes en todo el Perú”, dijo Castillo al hablar desde el balcón de una centenaria casona ante una multitud congregada en la Plaza 2 de Mayo, en el centro de Lima.
La multitud ovacionaba cada frase que pronunciaba el candidato, quien sostenía en una mano el micrófono y en la otra un enorme lápiz de color amarillo, símbolo de su campaña.
Castillo, un maestro de escuela rural que enfrenta en el balotaje a la derechista Keiko Fujimori, vestía una casaca roja con la palabra Perú y lucía su sombrero blanco de copa alta, típico de los campesinos de su natal Cajamarca (norte).
El aspirante de izquierda enumeró algunas de sus propuestas en materia de salud y educación, así como la de convocar a una asamblea constituyente que redacte una nueva Carta Magna.
La actual Constitución, promulgada en 1993 por el presidente Alberto Fujimori, padre de Keiko, garantiza el libre mercado.
“Hay muchas demandas en el país, hay muchas demandas de los compañeros que piden justicia y reivindicaciones. Hagámoslo efectivo en la convocatoria de esta Asamblea Constituyente”, dijo el candidato.
Castillo negó pretender confiscar los fondos de pensiones, pero reiteró que procura reformar el sistema, que ahora manejan empresas privadas.
“Haremos una convocatoria a todos los trabajadores para gestar un nuevo sistema nacional de pensiones”, expresó.
“Hago un llamado a los micro y pequeños empresarios, vamos a comprar sus deudas a través del Banco de la Nación”, dijo, y llamó a las autoridades a cobrar las deudas tributarias morosas de grandes empresas.
Castillo había dicho anteriormente que de ser elegido renunciará al sueldo de presidente para continuar cobrando el salario de maestro de escuela rural. Ahora afirmó que renunciará también a la pensión que perciben los exgobernantes peruanos.
“Haremos un gesto: vamos a renunciar al sueldo vitalicio presidencialista”, expresó, prometiendo además que rebajará los sueldos de los altos funcionarios.
“No más pobres en un país rico”, dijo al cerrar su discurso y abrazar a su esposa, Liliana Paredes, quien apareció por primera vez en un acto de campaña.
Con información de AFP.