MUNDO
Emmanuel y Brigitte Macron, diez años de un amor de película
Este fin de semana se cumple el décimo aniversario del romance del presidente de Francia y su esposa. Un amor que nació cuando ella era profesora de teatro y él su alumno estrella.
Han pasado ya tres meses desde que Emmanuel Macron se posesionara como el nuevo presidente francés. Macron logró vencer a la maquinaria francesa y convertirse en el mandatario más joven en la historia gala. Pero sin duda uno de los temas que dio de qué hablar durante su campaña fue la de su matrimonio con su esposa Brigitte, 24 años mayor que él.
Esta insólita relación de pareja cumplió este fin de semana diez años. Sin embargo, fue solo hasta el 20 de octubre del 2007 que Emmanuel y Brigitte oficializaron su compromiso, pues su historia de amor nace 13 años atrás, cuando ella era profesora de dramaturgia y él su alumno estrella.
Las relaciones de pareja de mujeres mayores con jóvenes ya no escandalizan a nadie, pero la historia de amor de Emmanuelle y Brigitte ha cautivado al mundo entero. Un 20 de octubre de 2007, el joven Emmanuel M Una relación que diez años después ha defendido y que -ante las dudas de los incrédulos- se ha mantenido más fuerte que nunca.
La historia de película comienza con la mayor de los dos: Brigitte Trogneux, heredera de una empresa de chocolates famosa por sus macarrones, y profesora de teatro en la provincia de Amins. Estaba casada con el banquero André Auzière y tenía tres hijos cuando conoció a su actual marido.
Entonces un adolescente de 15 años, quienes conocieron a Emmanuel Macron coinciden en que era un alumno sobresaliente, más bien del tipo intelectual, bueno en literatura y filosofía y al mismo tiempo carismático y encantador. La profesora de 39 años escuchó hablar por primera vez de Emmanuel por boca de su hija Laurence quien llegó un día a casa sorprendida por un compañero de clase que “sabia todo sobre todo”.
Poco después, Brigitte pudo confirmarlo por su propia cuenta cuando fue su alumno en la clase de drama y Emmanuel le propuso que redactaran un libreto para una obra de teatro.
Con esa tarea maestra y alumno terminaron viéndose cada viernes. “Hablábamos de todo. La obra era solo una excusa. Sentía que siempre nos habíamos conocido”, dijo Macron en su libro Revolution. “A través de ese vinculo intelectual nos volvimos inseparables. Luego emergió una pasión duradera”, contó el nuevo presidente de Francia. Brigitte, por su parte, muy pronto se vio atraída también por su brillante mente. “Me sentía trabajando con Mozart”, dijo.
Los dos pasaban mucho tiempo juntos y en los largos paseos por el canal se veía que había una gran atracción. Al principio todos pensaron que se trataba de una estrecha amistad y que la fascinación de Emmanuel por ella era platónica. Pero según contó Brigitte a los medios franceses “poco a poco su inteligencia fue ganando mi corazón también y me sentí enamorada”. Fue durante un viaje de los alumnos del último grado del colegio a Chantilly donde se preparaban para el examen final de bachillerato, cuando el romance quedó al descubierto.
El padre de Macron fue a recoger a su hijo pero no apareció por ninguna parte. Nunca había asistido al curso preparatorio por escaparse con Brigitte. Al principio, ambos padres, dos médicos de ideología liberal, estaban disgustados con el asunto pero decidieron no acusarla ante las autoridades por corrupción de menores. En cambio fueron a visitarla con una clara advertencia: “Manténgase lejos de mi hijo al menos hasta que cumpla 18 años”, le dijeron. Ella, en medio del llanto les contestó que no sabía si podría cumplir con eso. La madre le replicó: “usted no entiende, usted ya hizo su vida. Si el se queda con usted el nunca va a tener hijos”.
La relación entre los dos hizo tanto escándalo en la pequeña ciudad de Amiens que los padres del joven Emmanuel decidieron que la mejor manera era alejarlo de la mala influencia de Brigitte. Una vez Macron terminó sus estudios de secundaria sus padres lo envíaron a estudiar en el prestigioso instituto Enrique IV en París. Allí Emmanuel tendría una vida normal, como la de cualquier adolescente formal.
“Pese a que los franceses son liberales en esos temas, fue un gran escándalo en su época: ella estaba casada, tenía 3 hijos y él era su pupilo. Era apenas entendible que sus papás sufrieran por eso. Su hijo estaba con una mujer casi de la edad de su madre”, dijo al Mail Online Benoit Delespierre, un periodista de Amiens cercano a la familia de Brigitte.
Pero Emmanuel tenía otros planes. “No te vas a deshacer tan fácilmente de mí. Volveré y me casaré contigo”, le dijo el joven bachiller a Brigitte antes de su partida a la capital. Tardaría 13 años en hacerlo, y aunque juró volver para casarse con Brigitte, fue ella la que, tras su divorcio, emigró a Paris en busca de su alumno estrella.
Y fue finalmente el 20 de octubre del 2007 el día en el que Emmanuel y Brigitte se dieron el sí. En una ceremonia por todo lo alto, el joven político y su exprofesora se juraban amor eterno tras una espera de 13 años. Ambos sabían que su matrimonio se salía de los cánones tradicionales de la sociedad francesa y que era “poco convencional”. Superados los prejuicios naturales que generó una relación como la de ellos, ambos decidieron no volver a ocultar su amor. “Es la pareja que formamos lo que nos protege”, explicaba en una entrevista reciente Brigitte Macron.
Sin embargo, en el campo de la política las cosas son a otro precio. Durante las campañas electorales los candidatos le dan visibilidad a sus familias para ganar empatía por parte de los electores. Con los medios encima, la relación de Emmanuel y Brigitte ganó protagonismo. La historia del joven político casado con su profesora pasó de ser el tema de conversación de la pequeña provincia de Amins a serlo en toda Francia, algo que para los Macron no es nuevo, por la particularidad de su relación.
“Nuestra unión y la felicidad que sentimos cuando estamos juntos son nuestra fuerza. Mi esposo suele decir que para ser eficaz hace falta ser feliz, y yo tengo un cierto talento para la felicidad. Para la felicidad y para la libertad", ha dicho Brigitte Macron en una entrevista concedida recientemente a medios franceses.
La esposa del presidente ha optado por manejar un bajo perfil durante los meses en los que su esposo ha ejercido como presidente. En Francia, el papel de las primeras damas no está oficializado, muy a pesar de las intenciones del mandatario. Sin embargo, para Brigitte este es solamente otro obstáculo que ambos podrán superar, como lo han hecho a lo largo de toda su relación. "No pienso dejar que la mediocridad, las maldades o las acusaciones anónimas dicten nuestra vida”.