CORONAVIRUS
En China, una mujer fue condenada a un año de prisión por ocultar síntomas de coronavirus
La mujer, Li Jiem, de 38 años, ingresó a Pekín desde Estados Unidos con fiebre y otros síntomas.
El Tribunal Popular del Distrito Shunyi de Pekín, en China, condenó a un año de prisión y otro de libertad condicional a una mujer por haber ocultado que tenía síntomas de coronavirus a la tripulación de un vuelo procedente de Estados Unidos.
La mujer, Li Jiem, de 38 años, volvía a su país en marzo de 2020 tras una temporada con su familia en Estados Unidos. De forma previa al vuelo, había tenido fiebre y acudido al hospital, y había podido comprobar su contacto con personas contagiadas, pero decidió regresar a China para ser tratada, según informa China Daily.
A su llegada a Pekín, Li, cuya condena se dictó el 15 de octubre pero se reveló solo hasta ahora, fue identificada como un caso confirmado de covid-19, lo que supuso que 63 personas que habían estado en contacto con ella se pusieran en cuarentena.
De este modo, fue condenada por el delito de obstaculizar la prevención de enfermedades infecciosas al haber incumplido la normativa del país para la pandemia.
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Entretanto, Pekín inició su campaña masiva de test de covid-19 entre sus habitantes, tras haber detectado algunos casos de coronavirus, lo que dio lugar a impresionantes filas de espera en las calles de la capital china.
Los dos distritos centrales de Dongcheng y Xicheng, donde se encuentran la plaza Tiananmen y numerosos edificios gubernamentales, anunciaron que querían examinar en dos días a todos sus residentes y trabajadores (unos 2 millones de personas).
Un periodista de la AFP observó en la capital una fila de más de 400 metros, formada por unas 1.000 personas que esperaban para someterse a un test en el distrito de Dongcheng.
“Recibí una notificación esta mañana para que me examinara. Vine durante la pausa de la comida, ¡sin pensar que habría tanta gente!”, declaró una habitante.
En la red social Weibo, varios pekineses daban cuenta de las filas “interminables” que se estaban formando.
China, donde la epidemia apareció a finales de 2019, prácticamente ha controlado el coronavirus desde la pasada primavera, gracias a los confinamientos, el rastreo de los desplazamientos, una drástica filtración de las personas llegadas desde el extranjero y el examen masivo de sus habitantes. Desde mayo, solo se ha registrado oficialmente un fallecido por covid-19.
Pero, en las últimas semanas, surgieron pequeños focos de la enfermedad en el norte del país. Pekín registró 19 enfermos de covid-19 en la última semana, algunos de los cuales de la variante inglesa, más contagiosa.
A nivel nacional, el ministerio de Salud informó el viernes de 103 nuevos contagios, seis de ellos en Shanghái (este de China) y tres en la capital. La mayoría de los otros casos se reportaron en provincias del noreste del país.
En los últimos días, un cuerpo de expertos de la OMS llegó a Wuhan, cuna de la epidemia para establecer cuál fue el origen del coronavirus. Ante esto, un grupo de familiares de fallecidos por la enfermedad denunciaron que las autoridades chinas los están presionando para que guarden silencio.
Manifestaron que de forma repentina y sin explicación eliminaron un grupo conformado por entre 80 y 100 familiares en la red social WeChat, que fue creado para exigir que los responsables del mal manejo de la pandemia respondan por lo ocurrido.
Los familiares señalaron que las presiones de las autoridades chinas se han intensificado en los últimos días, aparentemente para acallar cualquier crítica durante la investigación de la OMS.
“Esto demuestra que [las autoridades chinas] están muy nerviosas. Tienen miedo de que estas familias se pongan en contacto con los expertos de la OMS”, dijo Zhang Hai, uno de los miembros del grupo, cuyo padre murió al principio de la pandemia por sospechas de covid-19.
*Con información de AFP y Europa Press