Coronavirus

En Cuba hay alarma por las variantes sudafricanas que aumentan los casos de covid-19

Mientras avanzan en la producción y pruebas de dos vacunas, en la isla se acaba de reportar un récord de 1.200 nuevos casos, su peor brote desde el inicio de la pandemia.

23 de abril de 2021
Cuba vacuna
El gobierno de Cuba espera que sus vacunas no solo les sean útiles al país para combatir la covid-19, sino también para impulsar la economía con su exportación. | Foto: AP-Ramón Espinosa

Desde marzo pasado, Cuba, que tiene un total de 11,2 millones de habitantes, se enfrentaba a un rebrote de contagios, aunque hasta ahora mantenía bajo control la pandemia con 59.919 contagios confirmados y 365 fallecidos.

Sin embargo, todo parece indicar que la apertura de las fronteras realizada en noviembre, en la que no se les exigió a los visitantes las pruebas negativas de covid-19, además de los desmanes en las fiestas de fin de año, son las causantes del aumento en los contagios que ni el cierre y ni el toque de queda han podido detener.

Mientras que los centros médicos y hospitales están atestados de pacientes infectados, las autoridades de salud de la isla se quejan de que los cubanos parecen no tener clara la dimensión del riesgo.

Y es que este aumento de las infecciones se presenta justamente en el momento que Cuba desarrolla sus propias vacunas covid-19, con el fin de dejar de importarlas.

Cuba, que ya cuenta con dos vacunas experimentales en la última etapa de ensayos y que se están administrando a su personal médico, está todavía más en alerta. El presidente Miguel Díaz-Canel escribió en su cuenta de Twitter su preocupación: “La llegada al país de nuevas cepas del virus obliga a ajustar nuestros protocolos. Científicos han determinado que crece la presencia de la variante descubierta en Sudáfrica, que es más contagiosa y letal si no somos más oportunos en el tratamiento”.

Como antes se había informado en SEMANA, la búsqueda de una vacuna propia contra el coronavirus comenzó en abril de 2020 y no tardó en convertirse en una cuestión de orgullo nacional en Cuba, una isla bajo embargo estadounidense que se vio forzada a desarrollar sus propios inmunizantes desde la década de 1980.

Ante la pandemia, la apuesta pudo parecer arriesgada: no intentó negociar la compra de vacunas a los grandes laboratorios ni beneficiarse del sistema Covax, que garantiza el envío de dosis a los países pobres.

Las autoridades quieren vacunar a toda la población este año y luego ofrecer su inmunizante a “países amigos”. En marzo enviaron 100.000 dosis de Soberana 2 a Irán para probar su eficacia, y en abril se están mandando 30.000 dosis de Soberana 2 y de Abdala a Venezuela.

Soberana 02 es el proyecto de vacuna más avanzado que se lleva actualmente a cabo en Cuba. El pasado 4 de marzo pasó a ser el primero de Latinoamérica que comenzó ensayos clínicos de fase tres, esta es la última etapa antes de su aprobación para aplicarla al público.

Por su parte, el principal epidemiólogo de Cuba, Francisco Durán, alertó que en este mes se han reportado 21.691 casos, lo que se traduce en un promedio de 1.032 infecciones diarias.

El gobierno espera que sus vacunas no solo les sean útiles al país para combatir la covid-19, sino también para impulsar la economía con su exportación. ya que desde que se inició la pandemia en marzo del año pasado, han invertido 170 millones de dólares para combatirla en medio de una economía paralizada por sus propias ineficiencias y por los bloqueos de Estados Unidos.

Así las cosas, el próximo mes de mayo, Cuba espera iniciar una campaña de vacunación masiva en La Habana, antes de que concluyan los ensayos clínicos.

Según este análisis de la situación actual de la isla, publicado en Reuters: “Vender sus vacunas a otros países también sería un golpe de relaciones públicas para el país comunista que ha estado bajo una presión significativa de los Estados Unidos y los gobiernos de derecha en América Latina en los últimos años”.