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Policía rusa arrestó al opositor Alexéi Navalny en el aeropuerto de Moscú
Se encontraba en Alemania después de haber estado en coma inducido. Lo más probable es que sea arrestado cuando llegue a Rusia.
En agosto de 2020, mientras Alexei Navalny estaba en un vuelo doméstico en Rusia se enfermó repentinamente. Su vida corría riesgo, por eso el avión aterrizó de emergencia en la ciudad siberiana de Omsk, donde fue hospitalizado de urgencia. El diagnóstico era incierto: estaba en coma y, al parecer, había sido envenenado.
Este político, declarado como el principal opositor de Vladimir Putin, ha dicho ser un luchador contra la corrupción de las élites rusas al denunciarlas constantemente en su canal de YouTube. Su hospitalización y las sospechas que rondaban los hechos, desataron una tormenta política que llevó a Alemania a solicitarle a Rusia el traslado de Navalny a un hospital en Berlín. Tras varios días de suspenso, el Kremlin aceptó y Navalny estuvo casi un mes, en coma inducido, en un hospital en la capital de Alemania.
Navalny is on the plane back to Russia, where a huge phalanx of riot police awaits him. pic.twitter.com/BzYQyxvE7Z
— max seddon (@maxseddon) January 17, 2021
Allí, el gobierno alemán dijo que tenía “pruebas inequívocas” de que Navalny había sido envenenado y le pidió a Rusia explicaciones sobre el caso. Según indicó en septiembre el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, el ataque había ocurrido con un agente tóxico nervioso de la familia del Novichock, una sustancia creada en la era soviética con fines militares que también encontraron tras la muerte, en 2018, del exagente doble Serguéi Skripal en Inglaterra. “El gobierno condena firmemente este ataque. Se urge al gobierno ruso a presentar aclaraciones sobre el incidente”, añadió Seibert.
Tras sobrevivir a este presunto intento de asesinato, Navalny no tardó en contraatacar. A mediados de diciembre, difundió una conversación telefónica en la que desenmascara a uno de los agentes de los servicios de seguridad rusa (FSB) para que admitiera que quisieron envenenarlo. Para el opositor, el envenenamiento fue orquestado bajo la orden directa del presidente Vladimir Putin, su enemigo jurado, que no pronuncia nunca su nombre y todo lo que le ocurrió son las represalias por haber organizado un movimiento de protesta en 2019, antes de las elecciones en Moscú.
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Sin embargo, Rusia ha negado todas las acusaciones.
Navalny tiene 44 años, es padre de dos hijos, tiene un título en Derecho y se hizo conocido desde hace años, cuando comenzó a subir a su blog denuncias de corrupción contra el partido del Kremlin, Rusia Unida, que él llama “la formación de los ladrones y estafadores”. Sus videos en YouTube –en donde tiene más de 4,8 millones de seguidores– tienen mucha audiencia y sus investigaciones sobre la corrupción de las élites suman decenas de millones de vistas.
Desde 2007, el abogado ha combatido al gobierno comprando acciones en grupos semipúblicos, como la petrolera Rosneft y el gigante del gas Gazprom. Amparándose en su estatuto de accionista minoritario, exige transparencia en las cuentas.
En las elecciones legislativas de diciembre de 2011, que generaron una ola de protestas, este activista ganó notoriedad y destacó por su carisma y por la virulencia de sus ataques contra el Kremlin. El opositor y su Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), creado en 2012, no dejan de estar en el punto de mira de las autoridades.
En las elecciones legislativas de diciembre de 2011, que generaron una ola de protestas, este activista ganó notoriedad y destacó por su carisma y por la virulencia de sus ataques contra el Kremlin. Luego, en septiembre de 2013, obtuvo su primer éxito electoral en los comicios municipales de Moscú y sorprendió al quedar segundo, con el 27,2 % de los votos, justo por detrás del alcalde saliente, el exjefe de gabinete de Putin, Serguéi Sobianin. Este resultado lo confirmó como figura esencial de la oposición.
Sin embargo, también ha recibido críticas. En su inicios, Navalny participó en manifestaciones con tintes racistas, como las de Marcha Rusa. No obstante, en los últimos años se ha alejado de estos movimientos y ha borrado progresivamente el tono nacionalista de sus discursos. Además, en 2013, fue condenado a tres años y medio de prisión suspendida después de que lo acusaran de haber robado más de 300.000 euros –junto con su hermano– en un caso de hurto empresarial, algo que él siempre ha dicho que tuvo motivación política.
Debido a esa condena –y a otras posteriores que están relacionadas con su participación en protestas– está vetado para participar en política hasta 2028.
Navalny siempre ha rechazado sus condenas judiciales y asegura que nada puede mermar su motivación, ni siquiera las amenazas contra su seguridad y la de su familia. “Me dedico a la política desde hace mucho tiempo, a menudo me arrestan [...], es parte de la vida”, dice. “Hago el trabajo que prefiero, la gente me apoya, tengo muchos simpatizantes. ¿Qué puede hacer más feliz a un hombre?”.
El mes pasado la Justicia rusa le envió un mensaje: su estancia prolongada en Alemania estaría violando los términos de sus acuerdos y su sentencia a prisión suspendida podría cambiar a una medida que prive su libertad. Y aunque le advirtieron que de no presentarse en un par de días podría ser arrestado en el momento en que volviera a pisar su país, él se tomó sus días.
Finalmente, este domingo anunció su regresó a Rusia. “Vengan a recibirme”, les dijo a sus seguidores en un video difundido en las redes sociales. Según The Guardian, lo más probable es que sea arrestado justo cuando llegue a su país. De hecho, ya hay reportes de un gran despliegue de la Policía en el aeropuerto de Moscú y se espera que el avión llegue a esa ciudad hacia el mediodía del domingo (hora colombiana).
Con información de AFP.