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Encuentran botella con misterioso mensaje escrito hace 33 años | ¿Qué decía?
La botella fue arrojada al río Tallahatchie como parte de un proyecto de clase que hicieron estudiantes de sexto grado de la Escuela Universitaria de Oxford.
Mientras trabajaba en un astillero en el río Yazoo, en Vicksburg, en el estado de Mississippi, el trabajador de la empresa Big River Shipbuilders, Billy Mitchell, encontró una botella verde que estaba abandonada sobre una barcaza.
Dentro de la botella encontró un papel en el que, pese al desgaste del tiempo y de la humedad, todavía era posible leer el mensaje que escribió un niño hace 33 años como parte de un proyecto escolar. La botella fue arrojada al río Tallahatchie y recorrió 295 millas de río por el delta del Mississippi hasta llega a las manos de Billy Mitchell.
En el astillero, los trabajadores intentaron reconstruir el mensaje y descifrar el nombre del niño que lo escribió, pero solo pudieron averiguar que era de Oxford, Mississippi. Brad Babb, responsable de seguridad de la empresa, decidió llamar a las escuelas de la zona de Oxford, pero no obtuvo respuesta.
Por eso, decidió publicar una foto en Facebook en busca de pistas, según relata el portal de Telemundo. La publicación tuvo éxito, ya que alguien alertó al doctor Eric Dahl, de Oxford, apuntando que podría ser su hijo quien escribió el mensaje en la botella.
Efectivamente, fue su hijo Brian Dahl quien escribió el mensaje en la botella cuando tenía 11 años. Pero desafortunadamente murió en 2009, cuando tenía 29 años. “Es asombroso que haya sucedido. Recibimos un mensaje 33 años después de que Brian lo pusiera en el río”, aseguró su padre tras reconocer el nombre y la letra de su niño.
“Es como algo de una novela de ficción o algo que verías en la televisión. Ver la letra de Brian de cuando tenía 11 o 12 años fue milagroso”, dijo el señor Dahl. El hombre explicó a USA Today de que aquel mensaje era parte de un proyecto de clase de cuando el niño estaba en sexto grado en la Escuela Universitaria de Oxford.
“Era una de las primeras historias de nuestro libro de lectura. La historia tenía que ver con el hecho de que a lo largo del tiempo la gente había puesto mensajes en botellas. Decidimos hacerlo”, dijo la profesora de Brian, Martha Burnett, sobre aquel proyecto.
La maestra contó que a finales de los años 1990 hallaron una de las botellas, por lo que encontrar esta le pareció más sorprendente. “Brian era un joven muy prometedor [...] Es una historia increíble de un joven excepcional”, añadió.
“Mis niños pudieron correr y están a salvo”: el impactante testimonio de mamá de estudiantes de Andes, Antioquia
La tragedia de la escuela Andes en Antioquia aún estremece al país. La montaña se desplomó encima del lugar donde estudiaban decenas de pequeños. Casi toda quedó bajo tierra. Tres niños murieron y 19 más vivieron horas de terror tras guerrearse la vida contra la inclemencia de la tierra desplomada.
La mayoría de los niños lograron salvarse gracias a su instinto. Salieron corriendo cuando comenzaron a escuchar el alud desplomarse. Pero otros se quedaron jugando en el salón y no corrieron la misma suerte. Esa mala fortuna la vivieron los más pequeñitos. Fueron los de preescolar y primero los que más sufrieron.
A Leidy Tatiana Úsuga, una de las mamás de la escuela, le informaron del incidente cuando estaba en su casa. La reacción de desespero que la acompañó en ese instante no se puede definir con palabras, sino con un llanto que mantiene desde que vio a sus niños con vida a un pie del derrumbe. El alma le volvió al cuerpo.
“Yo tengo a dos niños estudiando acá. Pero, gracias a Dios, ellos pudieron correr y están a salvo. Mi niño me dice que echó a correr para un lado de la escuela y que los niños que corrieron para la carretera los tapó [el deslizamiento]”, detalló la madre.
La emergencia comenzó después de las nueve de la mañana de este jueves 14 de julio, cuando la profesora Eliana Rincón les dio la orden de salir al receso a los 22 alumnos de preescolar, primero, segundo, tercero, cuarto y quinto grado. “Estábamos en el receso cuando de repente escuchamos algo muy fuerte y todos volteamos y, en cuestión de segundos, corrimos. No tuvimos tiempo de absolutamente nada. Corrimos y no sabíamos por dónde”, relató a SEMANA.
“Eso fueron segundos... vi que se venían tierra, árboles. Los niños corrieron inmediatamente. Una mamá que estaba ahí reaccionó. Me jaló. Los niños salieron a correr hacia la carretera”, agregó. “Eso no le da tiempo a uno de mirar atrás, solo adelante”, aseguró.
Las horas posteriores han sido de eterno dolor. Alba Lucía Vélez, una madre que estaba en el colegio cuando ocurrió la emergencia, relató que la noche fue eterna porque las imágenes no se le borran de la mente.
“No logro asimilar esto. No puedo dormir. Todavía veo las cosas y escucho a los niños gritando. Estoy muy mal. No sé cómo están las otras familias porque estamos muy apartados. Ayer los niños recibieron atención con psicólogos”, dijo la mujer.