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Encuentran en Israel textos bíblicos de más de 2.000 años de antigüedad
No se hacían hallazgos de este estilo desde los rollos del mar Muerto, que fueron encontrados en 1947.
Hace aproximadamente 1.900 años, los refugiados judíos que huían de los romanos se desplazaron hasta el desierto de Judea. Entre sus pertenencias llevaban unos rollos con los libros bíblicos de Zacarías y Nahum, los cuales fueron encontrados recientemente, según contó la Autoridad de Antigüedades (IAA) de Israel.
Este es el primer descubrimiento de este tipo desde que se encontraron los rollos del mar Muerto en 1947 y principios de los años cincuenta.
Este territorio inhóspito se consideraba como un refugio seguro, pues la guerra entre el Imperio Romano y los rebeldes de Judea liderados por Shimon Bar Kokhba se desencadenó alrededor del año 130 d. C., cuando los judíos encontraron refugio en las cuevas y trajeron lo que pensaban que necesitaban para su nueva vida.
En las últimas décadas, las cuevas que habitaban los judíos han sido atacadas por saqueadores ansiosos por encontrar artefactos para vender en el mercado privado. Por tal razón, hace unos años la IAA, en cooperación con el Departamento de Arqueología de la Administración Civil, lanzó una operación de rescate para inspeccionar todas las cuevas de la zona.
Entre los hallazgos están no solo los fragmentos bíblicos, sino también docenas de artefactos que datan de hace 10.000 años. “Se han descubierto más de 80 fragmentos de diferentes tamaños, algunos de ellos con texto, otros no [...] Basándonos en el guion, los fechamos a finales del siglo I a. C., lo que significa que cuando los llevaron a la cueva, los pergaminos ya tenían un siglo”, dijo Oren Ableman de la Unidad de Rollos del mar Muerto de la IAA a The Jerusalem Post.
Los investigadores comprobaron que los artefactos coincidían con otros fragmentos descubiertos hace varias décadas y están en el laboratorio de la IAA, y notaron que pertenecían a un rollo con el libro bíblico de Zacarías, escrito en griego, excepto el nombre de Dios, que estaba marcado en paleo-hebreo.
“Esta fue probablemente una forma de mostrar la importancia del nombre de Dios [...] El nuevo descubrimiento es particularmente innovador porque uno de los extractos que se descifró presenta una versión de Zacarías que nunca antes se había encontrado”, dijo Ableman.
Los versículos 16 y 17 del capítulo octavo de Zacarías dicen: “Estas son las cosas que deben hacer: Hablaos la verdad unos a otros, haced justicia verdadera y perfecta en vuestras puertas. Y no pensarás hacer el mal unos contra otros, y no amen el perjurio, porque todas esas son cosas que yo aborrezco –declara el Señor–”.
En el fragmento, la palabra “puertas” se reemplaza por la palabra “calles”. “Nunca habíamos visto esto antes”, declaró Ableman.
La entidad explicó también que no es extraño que los textos que aparecen en los rollos del mar Muerto sean diferentes al texto bíblico que se conoce actualmente, pues los eruditos confían en estas diferencias para comprender mejor cómo se desarrolló la versión canonizada de la Biblia.
“En este manuscrito podemos ver el esfuerzo de los traductores por permanecer más cerca del hebreo original en comparación con lo que sucedió con la Septuaginta”, dijo Beatriz Riestra de la Unidad de Rollos del mar Muerto de la IAA, sobre la primera traducción griega de la Biblia del siglo III a. C.
Así mismo, el hecho de dejar el nombre de Dios en hebreo ya se encontraba en otros fragmentos de los rollos del mar Muerto, así como en varios manuscritos de periodos más recientes de la genizah de El Cairo, una colección de cientos de miles de documentos guardados en el almacén de una sinagoga en la capital egipcia, según contó.
Junto con el manuscrito, los arqueólogos encontraron varias monedas acuñadas por los rebeldes judíos bajo el liderazgo de Bar Kokhba, con la escritura: “Año 1 para la redención de Israel”.
“Las monedas son una expresión de soberanía”, dijo al Post Donald T. Ariel, jefe del Departamento de Monedas de la IAA. “Acuñar monedas destinadas a ser gratis”.
Las monedas de bronce tienen una palmera y una hoja de parra. “En ese momento, la palmera se había convertido en el símbolo por excelencia de Judea. Los mismos romanos también pusieron el símbolo en sus monedas de Judea Capta“, aseguró Ariel, respecto a la serie de monedas acuñadas por el Imperio para conmemorar su victoria en la región.