Estados Unidos

Espeluznante: pedófilo que confesó asesinato de JonBenét Ramsey, le enviaba casetes ensangrentados y cartas sobre canibalismo a un amigo

Gary Oliva dice ser el autor de uno de los crímenes más célebres de Estados Unidos, pero la policía no le cree.

11 de julio de 2023
Gary Oliva. Foto: Colorado Departments of Corrections.
Gary Oliva vivía a 13 casas de JonBenét Ramsey cuando ella fue asesinada. Actualmente purga una pena por pornografía infantil. | Foto: Gary Oliva. Foto: Colorado Departments of Corrections.

El de JonBenét Ramsey es quizá el caso de asesinato de un menor sin resolver más conocido del mundo.

Casi tres décadas después, no solo se siguen publicando extensos reportajes en prensa escrita, sino que en los canales de televisión abundan los documentales que intentan desentrañar una verdad que ha sido esquiva: saber, de una vez por todas, quién mató a la pequeña reina de belleza de seis años a golpes en su casa en Boulder, Colorado, el 26 de diciembre de 1996.

En todos estos años, se han barajado los nombres de múltiples sospechosos, luego de que los padres de la niña, John y Patsy Ramsey, fueran liberados de cualquier responsabilidad.

A la policía, así mismo, le han llegado incontables reportes con pistas o nombres de posibles criminales involucrados en el asesinato, pero nada de ello ha llevado a concluir con certeza la verdad de este crimen, que también es muy sonado en Estados Unidos.

JonBenet Ramsey's murder
BOULDER, CO - MAY 01: John y Patsy Ramsey fueron sospechosos de la muerte de su propia hija por algún tiempo. La madre murió en 2006. | Foto: Denver Post via Getty Images

El californiano Michael Vail es uno de lo que afirma saber quién cometió el delito: Gary Oliva, su excompañero de colegio, y quien efectivamente hace algunos años confesó haber matado a JonBenét, por quien, aparentemente, tiene una obsesión.

A pesar de que es un pedófilo convicto, además de ladrón de casas y un personaje realmente siniestro, las autoridades que investigan el caso nunca han hallado razones para vincularlo al proceso en aras de conseguir una condena.

Sin embargo, Vail dice estar seguro de que Oliva tuvo algo que ver y para ello se basa en un episodio que tuvo lugar el día en que JonBenét apareció muerta.

Justo antes de que se difundiera la noticia del homicidio, Vail asegura que recibió una llamada de Gary Oliva, quien estaba muy afectado emocionalmente, lloraba, se lamentaba.

“Le hice daño a una niña”, le dijo Oliva, pero cuando este trato de obtener más información, él colgó.

Momentos después, al ver la noticia del asesinato de JonBenét en los periódicos, Vail dice que ató cabos y de inmediato le comunicó a la policía lo que su excompañero de clase, en Irvine, California, le había manifestado en aquella inusual llamada.

Gary Oliva in Court in Boulder County Jail
Oliva llamó a un amigo a confesarle que le había hecho daño a una niña el día que mataron a JonBenét. | Foto: MediaNews Group via Getty Images

Así se lo relató recientemente al tabloide británico The Sun, en una entrevista en que contó muchos detalles inquietantes sobre Oliva.

Tras dejar su mensaje en la línea que la policía destinó para reportar sobre el asunto de JonBenét, Vail esperaba que los agentes se comunicaran pronto con él, pero nunca lo hicieron, para su total desconcierto.

A los tres meses, recuerda, volvió a dejar un mensaje a la policía, pero tampoco obtuvo ninguna respuesta.

“Estoy convencido de que Gary lo hizo porque nunca en mi vida había oído a un hombre grande sollozar de esa manera”, le expresó Vail al periódico sobre el pedófilo, quien purga una condena por posesión de pornografía infantil y antes había intentado estrangular a su propia madre.

Además, el propio Oliva le confesó que estaba en Boulder el día de la tragedia y que vivía a solo 13 casas de la residencia de la niña.

Vail sigue sin comprender cómo la policía soslaya a su excondiscípulo, quien desde los días en el colegio dio muestras de ser una persona muy perturbada. Tanto, que le decían Scary Gary (Gary el aterrador).

“A veces, él tenía un espasmo y comenzaba a quemarse el brazo. Otras, simplemente, empezaba a correr y gritar por la calle. Solía bromear sobre la necrofilia y cosas así (…), cometía pequeños crímenes, como entrar a las casas y robar cosas raras, como implementos de arte”, declaró Vail.

Pero eso palidece ante el contenido de la correspondencia que Oliva le envió durante años, elementos que, a su modo de ver, la policía debería tomarse más en serio para no dejar de considerarlo una persona de interés en el caso de JonBenét.

En principio, cuenta, le enviaba cartas muy convencionales, poniéndolo al día de los últimos sucesos de su vida.

Pero, con el tiempo, empezaron a llegarle paquetes realmente espeluznantes, con casetes cuyas etiquetas venían escritas con sangre, por ejemplo.

En las grabaciones, Oliva pretendía que entrevistaba a un macarrón, pero en otras simulaba la violación de una niña o describía escenas de canibalismo.

John Mark Karr
John Mark Karr confesó ser el autor del crimen de JonBenét, pero las autoridades no han logrado establecer que dijera la verdad. | Foto: Getty Images

Los envíos se volvieron cada vez más siniestros. “A veces, abría el paquete y aparecía un mechón de pelo junto con un póster en que se informaban de la desaparición de una niña en Oregon u otras partes”, señaló.

Las grabaciones que le mandaba, antes y después del asesinato de JonBenét, también fueron adquiriendo un tono cada vez más macabro.

“En una, parecía como si él estuviera matando a un animal. En otras, hablaba una muñeca y él simulaba que la estaba violando”.

Los envíos delataban también la fijación de Oliva con JonBenét, e incluían poemas dedicados a ella y fotos de lo que parecía ser un santuario que le había dedicado en su casa.

Oliva, dice su amigo, se había convertido en un coleccionista de toda clase de imágenes y videos de la niña, pero también se dedicaba a hacer dibujos de ella tan estrambóticos como mostrarla crucificada y sonriente.

En 2002, la policía de Colorado repasó las llamadas y pistas que había recibido sobre JonBenét y, finalmente, Vail tuvo oportunidad de expresar sus fuertes sospechas.

Pero ni eso, ni la confesión de Oliva autoinculpándose, ni el hecho de que al pedófilo le fuera incautada una pistola eléctrica como la que, al parecer, se usó en el asesinato de la menor, han dado pie para que la policía tome acciones contundentes en su contra, aparte de decir que era sospechoso.

Oliva, posiblemente, deje la cárcel en 2025, lo cual es motivo de preocupación para su excompañero de colegio, quien cree que la sociedad no está segura con un hombre como él, suelto por las calles.