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Están apareciendo más casos del ‘hongo negro’ en Uruguay y los expertos están preocupados
En ese país ya se han confirmado tres casos y otros más están en estudio.
De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), en las últimas semanas se han reportado miles de casos del hongo negro en India, el país más afectado por esta enfermedad, que ha dejado ya cientos de hospitalizados y al menos 90 muertos.
Sin embargo, el aumento de casos del hongo ya ha llegado a nuevos territorios en el mundo, entre ellos Sudamérica. Recientemente se conocieron dos casos más detectados en Uruguay en personas que se habían recuperado de la enfermedad del coronavirus.
Cabe resaltar que la mucormicosis, nombre científico del ‘hongo negro’, es una infección que se ha propagado con facilidad entre pacientes que han padecido el virus de la covid-19.
Incluso, en medio de la epidemia de esa enfermedad, se han identificado nuevas variantes de la infección, entre ellas la del ‘hongo blanco’ y, la semana pasada, la del ‘hongo amarillo’, que sería más contagiosa y peligrosa, según reportaron medios locales como Zeenews.
Entre tanto, en territorio uruguayo también se encuentra en análisis dos casos más sospechosos de la misma infección. En total, ya son tres diagnósticos confirmados en ese país sudamericano.
El primer caso identificado en Uruguay fue confirmado hace una semana en un adulto menor de 50 años de edad, que presentó un cuadro de necrosis (muerte del tejido) en las mucosas luego de 10 días desde que una prueba de coronavirus arrojara que estaba contagiado del virus.
Aunque una persona que se enferma con esta patología no contagia a los demás, debido a que no se transmite de persona a persona, las autoridades sanitarias y expertos se encuentran preocupados sobre la posibilidad de que la expansión de contagios de coronavirus pueda propiciar el aumento de casos de hongo.
Lo anterior debido a que la mucormicosis ataca principalmente a pacientes inmunodeprimidos y sí puede ser potencialmente letal por sus efectos. Por ejemplo, la falta de apetito, pérdida de peso, estado de cansancio, deficiencias en algunos órganos e incluso necrosis (muerte de células o tejido).
“Estos hongos son frecuentes en el ambiente, pero, por año, no vemos más de dos o tres casos de infecciones en seres humanos. La duda que tenemos ahora es cuál es la causa de la aparición de más casos”, señaló la micóloga Zaida Arteta en declaraciones citadas por El Observador.
“¿Es que hay más pacientes graves en general y entonces es solo un reflejo estadístico? ¿Es que los médicos estamos más atentos y buscamos más? ¿O hay otra cosa que desconocemos?”, cuestionó la experta en este tipo de infecciones.
¿Qué tan mortal es y cómo se adquiere?
Hasta la fecha, las mucormicosis han sido asociadas a una alta morbilidad y mortalidad, además de que las autoridades han encontrado que puede causar infecciones letales en una población más amplia y heterogénea que otros hongos oportunistas.
Actualmente se conocen 27 especies diferentes de mucorales, distribuidas en 11 géneros que han sido identificadas como agentes causales de la mucormicosis, aunque la más frecuente es la especie Rhizopus arrhizus, que aparece en el 70 % de todos los casos.
La mucormicosis no se transmite de persona a persona, pero puede ser adquirida por diferentes vías, por ejemplo, la nariz, los senos nasales, los ojos y el cerebro se infectan con mayor frecuencia causando una infección grave denominada mucormicosis rinocerebral, que suele ser mortal.
Cuando se inhalan las esporas pueden invadir los pulmones y causar mucormicosis pulmonar. El tracto digestivo se infecta al ingerir las esporas, lo que ocasiona la mucormicosis gástrica. Una cuarta forma ocurre al entrar las esporas a través de una ruptura en la piel, lo que da lugar a la llamada mucormicosis cutánea.
Finalmente, la quinta forma recibe el nombre de mucormicosis diseminada, y la sexta variante es una miscelánea de otros tipos que puede causar endocarditis (inflamación del revestimiento interno de las cámaras y válvulas cardíacas) u osteomielitis (infección ósea).