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“Esto tiene que terminar”: congresistas demócratas sobre intromisión colombiana en elecciones de EE. UU.

Gregory Meeks y Rubén Gallego se refirieron a acciones concretas de legisladores del Centro Democrático en las que han mostrado su afinidad por la candidatura del presidente de Donald Trump y, en contraposición, han calificado a Joe Biden como “aliado del castrochavismo”. ¿Influirá a futuro en las relaciones entre ambos países?

25 de octubre de 2020
Los dos congresistas demócratas instaron a sus pares colombianos a no involucrarse en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Los dos congresistas demócratas instaron a sus pares colombianos a no involucrarse en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. | Foto: Revista Semana

La carrera por la Casa Blanca se acerca a su desenlace. Donald Trump busca la reelección y se enfrenta a Joe Biden, exvicepresidente de Barack Obama. Los sondeos, desde meses atrás, muestran a este último con una importante ventaja sobre el actual mandatario. Si bien hace cuatro años, cuando Trump midió fuerzas con Hillary Clinton, las encuestas sufrieron un severo descalabro en sus pronósticos, esta vez todo indica que no será así. El temperamento y la díscola forma de gobernar del presidente republicano, junto con sus múltiples escándalos y el manejo de la pandemia, han llevado a que sus adversarios políticos estén más activos que nunca convocando a la ciudadanía a que ejerza su derecho al voto. Es posible que el presidente Trump no logre prolongar su estadía en Washington con otro periodo adicional y se convierta en el primer jefe de gobierno norteamericano en casi tres décadas que no consigue ser reelegido.

Ante este panorama desfavorable, en las últimas semanas Trump ha hecho declaraciones más polémicas de las habituales y hubo una en particular que levantó especial atención en estas latitudes. Durante un evento del colectivo “Latinos con Trump” en el estado de Florida, en donde es conocido que vive una amplia comunidad de colombianos, el presidente mencionó al senador Gustavo Petro y lo calificó como “socialista”. Posteriormente, se refirió al supuesto apoyo que su rival recibió por parte del líder de la Colombia Humana y recordó que este perteneció a un grupo alzado en armas.

“Joe Biden recibió la aprobación del socialista colombiano Gustavo Petro. No está bien, ¿cierto? No es un buen apoyo: un exguerrillero de la organización M-19” afirmó. Sus palabras, según muchos analistas, son una clara estrategia para ganarse el visto bueno de aquellos colombianos que desaprueban a la izquierda y, en consecuencia, a su cara más visible en el país como lo es Petro. Cabe recordar que Florida, debido a la elevada cantidad de colegios electorales que ostenta, siempre ha sido un botín preciado para quienes compiten por la Presidencia de Estados Unidos y el apoyo de los latinos allí puede ser determinante al momento de definir al ganador.

Todavía es muy temprano para concluir si la maniobra de Trump funcionó con el electorado, pero no hay duda de que sí le aseguró el aplauso de tres congresistas colombianos: María Fernanda Cabal, Carlos Felipe Mejía y Juan David Vélez. Los dos primeros senadores y el tercero representante a la Cámara, no han dudado en revelar abiertamente su preferencia por Trump y sus políticas. Sin embargo, sus acciones no se han limitado a una llana simpatía, sino que han difundido publicaciones afines a sectores republicanos en donde se acusa a Biden de ser “el candidato de la izquierda radical” y “una marioneta del castrochavismo”. Estas acciones no han caído nada bien en el Partido Demócrata y dos de sus miembros tomaron la vocería para hacer público el descontento.

En una columna de opinión publicada por CNN, los representantes a la Cámara Gregory Meeks y Rubén Gallego expresaron su preocupación por la actitud de los congresistas del Centro Democrático y exigieron que se respete el proceso electoral. “Como representantes electos de Estados Unidos, tenemos un mensaje muy claro para nuestras contrapartes colombianas: muéstrenos el respeto de permanecer fuera de nuestras elecciones”, señalaron.

Para sustentar su molestia, detallaron cómo es que los tres legisladores colombianos se han entrometido en la campaña presidencial norteamericana. Cabal, por ejemplo, insinuó que Biden está siendo controlado por el movimiento Antifa, al que Trump denomina como “organización terrorista”. “¿Quién manda a quién?”, escribió la senadora vallecaucana en su cuenta de Twitter, luego de comentar que la página web de Antifa contenía publicidad del candidato demócrata.

De igual manera, Mejía difundió un video en el que aparece Mercedes Schlapp, una columnista conservadora de raíces cubanas y que fue asesora de Trump hasta 2019, irónicamente agradeciendo a Petro por “anunciar que respalda a Joe Biden”, ya que, según dice, esto confirma que el exvicepresidente promueve ideas “socialistas”. Y Vélez, por su parte, replicó un trino de Trump en el que, entre varias cosas, se acusa a Biden de querer “traicionar a Colombia”. “We will make Colombia great again (Haremos a Colombia grande otra vez)”, escribió el congresista para acompañar la publicación.

Reparando en que las posiciones de los parlamentarios colombianos no representan a todo un país, Meeks y Gallego sí hicieron un llamado para que este proceder cese. Evocaron los años de cooperación en los que Estados Unidos ha auspiciado políticas en Colombia sin que existan variaciones cuando el poder pasa de un partido a otro y apuntaron que esto no tiene por qué cambiar. Añadieron que grandes logros como el tratado de libre comercio que opera entre las dos naciones o el ingreso de Colombia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se concretaron gracias al consenso entre republicanos y demócratas.

Republicanos y demócratas intercambian puestos en la Casa Blanca cada pocos años. El apoyo a Colombia es una constante rara. Tomar partido en las elecciones estadounidenses amenaza con socavar la relación estratégica”, insistieron.

Más adelante, los congresistas demócratas admitieron haberse sentido sorprendidos al ver que esta intromisión provenía de sus pares colombianos, a los que describieron como “nuestros socios democráticos más cercanos”. Y, en lo que parece ser un tono menos amigable, sentenciaron que las fake news promovidas por Cabal, Mejía y Vélez, así como su “juicio sin escrúpulos”, encarnaban un peligro para “la credibilidad del país”.

“Creemos que esto equivale a una forma de interferencia electoral: Biden no es comunista y, al difundir ese mensaje, los legisladores colombianos que dicen esto están desinformando a los votantes estadounidenses y a los ciudadanos de su propio país”, se lee en la columna de opinión.

Su inconformismo no se quedó ahí. Instaron a que no se haga política con el temor y, mucho menos, que se alimente con falsedades. “Estos comentarios públicos son profundamente poco éticos. Las mentiras absurdas sobre que Biden representa a Fidel Castro o el socialismo al estilo de Hugo Chávez son francamente manipuladoras. Y jugar con el trauma de los colombianos que han escapado de la violencia de la guerrilla de izquierda, y el de los venezolanos que han huido del gobierno tiránico de Nicolás Maduro, es vergonzoso”.

Meeks, representante del sexto distrito congresional de Nueva York, y Gallego, representante del séptimo distrito congresional de Arizona, concluyeron con un aviso: “La asociación no es una garantía. Se basa en la confianza mutua. Cuando los políticos colombianos eligen bando, ponen en peligro toda esa buena voluntad ganada con tanto esfuerzo”. Entre líneas se entiende como un ultimátum porque, de no acabar esta interferencia, consecuencias negativas podrían llegar en un eventual gobierno de Joe Biden. Es por que eso que ambos congresistas, a modo de regaño, reclamaron: “Este tipo de comportamiento tiene que terminar ahora”.