Venezuela
Este fue el total de empresas expropiadas por Hugo Chávez en Venezuela
La década más relevante, según un informe de los empresarios de ese país, estuvo entre 2002 y 2012, representando a su vez la salida de importantes capitales extranjeros.
Parte de la actual crisis política, económica y social que vive actualmente Venezuela, se deriva de las acciones que durante su mandato ejecutó el expresidente de ese país, el exmilitar Hugo Chávez Frías, quien gobernó los destinos de ese territorio entre 1999 y 2013 y se convirtió en el referente del denominado ‘Socialismo del siglo XXI” en la región.
Dentro de las prácticas que se destacaron en su mandato estuvieron las denominadas ‘expropiaciones’, a través de las que el régimen se hacía con el dominio de algunas empresas nacionales y extranjeras que, a la luz del mandatario, representaban un riesgo o amenaza para su ejercicio en el poder, convirtiéndose en una acción recurrente, que poco a poco también llevó a que, previendo esa situación, muchas empresas decidieran retirar sus capitales e inversiones de dicho país, impulsando un acelerado declive de la empresa privada, y la considerable reducción (y casi anulación) de la inversión extranjera.
De igual modo, este proceso de ‘nacionalización’ de algunas entidades, también repercutió en un vertiginoso descenso en las dinámicas de producción de algunos sectores de la economía venezolana, que si bien no fueron evidentes de forma inmediata, sí minaron significativamente sus sectores en el mediano y largo plazo, haciendo que no solo mermaran en su cantidad, sino también en su calidad.
Estas acciones, impulsadas y sustentadas inicialmente por la bonanza petrolera, comenzaron a marcar el declive de la economía de ese país, que posteriormente, con una nueva variación de los costos del combustible, y la desestructuración de sus modelos de producción, comenzaron a hacer evidentes los vacíos en múltiples sectores, la inviabilidad de un robustecido aparato estatal, los problemas de un inviable Estado patriarcal, entre otros, agudizados por el ascenso de Gobiernos con evidente incapacidad administrativa y mayores niveles de corrupción.
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De acuerdo con datos revelados por la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), las acciones adelantadas por el régimen chavista en la década comprendida entre 2022 y 2012 marcaron el grueso de los procesos de ‘nacionalización’ y expropiación de empresas en ese país, llevando a que la cifra de empresas expropiadas ascendiera a 1.168.
En cuanto a los sectores más vulnerados por esa política, se destacan el de la industria de la construcción, la producción agrícola y el procesamiento de alimentos, el comercial, y el petrolero.
No obstante, el impacto de las expropiaciones no solo atacaba a las empresas, sino también a las personas naturales, donde, según el referido reporte, el Gobierno chavista habría llevado a la apropiación de más de 285 propiedades entre los años 2005 y 2010.
A lo anterior también se sumaría la expropiación, bajo excusa de convertirlos en viviendas, de más de 170 edificaciones, desarrollos habitacionales y estacionamientos
Entre los años 2005 y 2010, el chavismo tomó 285 propiedades para las viviendas. Además, en el año 2011 expropió 179 edificaciones, inmuebles, desarrollos habitacionales y estacionamientos, afectando a un significativo grupo de ciudadanos.
Si bien, internacionalmente los casos más recordados se refieren a la apropiación de capitales de empresas extranjeras, algunos casos de nacionalización de empresas de capital venezolano también fueron muy significativos.
Entre ellos, se destacan el caso de empresas de servicios públicos como la compañía de Electricidad de Caracas, cuyo manejo pasó en cerca del 82 % a dominio estatal, o la también compañía eléctrica Seneca, que representaron el declive de estas debido a los malos manejos, lo que a su vez tradujo en los problemas en la óptima prestación del servicio.
A estos sectores también se sumarían otros de vital relevancia en Venezuela, como el del transporte aéreo y terrestre, así como el petrolero, e incluso el del cemento ―piedra angular de la industria de la construcción―, bajo la excusa de propender por mayores beneficios para las poblaciones vulnerables. No obstante, el modelo resultó en detrimento no de los sectores privilegiados, sino de todos, pues el sector productivo poco a poco se detuvo.