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Este sería el salario que recibirá Donald Trump como nuevo presidente de los Estados Unidos
El republicano asumirá su segundo periodo en enero próximo.
A partir del 20 de enero de 2025, Donald Trump volverá a ser presidente de Estados Unidos tras su contundente triunfo electoral sobre la vicepresidenta Kamala Harris en las elecciones celebradas el pasado martes.
El candidato republicano suma hasta el momento 277 votos electorales frente a 224 de su rival, según resultados provisionales. Necesitaba 270 para ganar.
Según una encuesta a boca de urna de NBC News, los latinos y los afroestadounidenses han contribuido al triunfo, votando más por él que hace cuatro años. El magnate logró el apoyo del 45 % de los votantes hispanos a nivel nacional en comparación con el 53 % de Harris. En 2020 la repartición fue 32 y 65 %.
“Hemos hecho historia”, proclamó Trump, de 78 años, a sus seguidores en West Palm Beach, Florida, rodeado de su familia, incluida su esposa Melania.
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“Vamos a ayudar a nuestro país a sanar”, añadió el magnate, que logró convencer a los estadounidenses de que los entiende mejor que nadie.
El salario del nuevo mandatario
Tras su mudanza a la Casa Blanca a inicios del próximo año, Trump recibirá un salario de 400.000 dólares al año.
Los presidente estadounidenses, además de este monto, perciben una asignación anual de 50.000 dólares para cubrir gastos relacionados con el cargo, una asignación de viaje de 100.000 dólares y una asignación para entretenimiento de 19.000 dólares. Aunque estos montos cubren diferentes gastos, el salario base sigue siendo de 400.000 dólares.
Cabe anotar que el salario del presidente fue incrementado a este nivel en el año 2001, bajo la presidencia del republicano George W. Bush, y no ha cambiado desde entonces.
¿Cómo será la presidencia de Trump?
Escéptico del clima, se comprometió a cerrar de nuevo la puerta al Acuerdo de París y a perforar petróleo “a raudales”.
A nivel comercial prevé imponer aranceles para “traer de vuelta” a las empresas al país.
Parece especialmente preocupado por su vecino del sur. “Yo diría que México es un desafío tremendo para nosotros” porque “China está construyendo enormes fábricas de automóviles” en el país y “van a venderlos en Estados Unidos”, se quejó durante la campaña.
“Sacar del negocio a los carteles” de la droga fue otra de sus promesas.
Es mucho más vago sobre el derecho al aborto, cercenado por los jueces de la Corte Suprema que se jacta de haber nombrado.
Preocupan sus amenazas a lo que denomina “enemigo interno” y su sed de venganza.
El mundo, incluidos sus aliados, están nerviosos por lo que pueda hacer, pero ya han empezado a felicitarle. Los primeros han sido China, Francia e Israel. Rusia dijo que prefiere juzgarlo por sus “acciones”.
Pocos detalles han trascendido sobre los futuros miembros de su administración, con dos excepciones.
Piensa confiar un cargo al hombre más rico del mundo, Elon Musk, quien hizo campaña por él, y otro a Robert F. Kennedy Jr, vástago del clan político más famoso de Estados Unidos y activista antivacunas, posiblemente “en el cuidado de la salud”.
Queda al mando de la primera potencia mundial un hombre de 78 años, que se convertirá en el presidente de más edad en prestar juramento.
A diferencia de Trump, que boicoteó la ceremonia de investidura de Joe Biden, el presidente demócrata ya se ha comprometido a participar en la suya y, según su portavoz, en un “traspaso pacífico del poder”.
El republicano dejó la Casa Blanca sumida en el caos hace cuatro años, sin reconocer su derrota.
Y el 6 de enero de 2021, cientos de sus seguidores irrumpieron en el Capitolio, para intentar impedir la certificación de la victoria de Biden.
*Con información de AFP.