Venezuela
Esto es lo que piensa María Corina Machado de Bukele, Petro y otros gobernantes de América
La líder de la oposición venezolana, que aspira a quitarle el poder al régimen de Nicolás Maduro, habló en exclusiva con SEMANA, y aplaudió la resistencia que se ha visto desde el Congreso de Colombia, frente a las reforma presentadas por el presidente de Colombia.
María Corina Machado vuelve al ruedo políico en Venezuela, y se muestra como la cara de la oposición frente al régimen de Nicolás Maduro. A pesar de permanecer inhabilitada para ejercer cargos públicos, por muchos años, a sus 55 años busca sacar del poder al chavismo, que lleva décadas instaurado en el vecino país.
En entrevista exclusiva con SEMANA, Machado habló con Vicky Dávila sobre el proceso de paz que se adelanta en Colombia, dejando en claro que si en Venezuela no cesa el conflicto, difícilmente ambos países logren la tranquilidad que han buscado por años.
Dejó claro que el Gobierno de Gustavo Petro tiene cosas que son preocupantes a nivel internacional, pero, ha sido importante la oposición que han tenido, por ejemplo, iniciativas como la reforma a la salud por parte del Congreso.
La líder de la oposición dejó en claro que algunas de las decisiones que toma Petro son muy autoritarias, comparables con las medidas que adoptó el fallecido Hugo Chávez. “yo creo que el socialismo llega al poder y es insaciable en términos de tomar más y más control”.
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Hizo consideraciones sobre otros líderes latinoamericanos, como el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, de quien considera que ha contagiado su manera no tradicional de hacer política.
Vea la entrevista completa que Semana le hizo a María Corina Machado a continuación
María Corina Machado habla con Vicky Dávila: se despacha contra Maduro y Petro, “el socialismo, llega al poder, y es insaciable”
La líder de la oposición venezolana fue inhabilitada por 15 años para ejercer cargos públicos. En diálogo con la directora de SEMANA habla de esa sanción, del Gobierno de su país y del de Colombia. Y cuenta sus momentos más duros en la lucha contra el régimen chavista. “El peligro siempre está latente”, dice sobre Colombia.
VICKY DÁVILA (V. D.): si las elecciones en Venezuela fueran hoy, muy seguramente María Corina Machado sería la presidenta. Pero claro, ya el régimen de Maduro hizo una movida, una jugada cobarde para inhabilitarla. Eso demuestra el miedo que le tienen por su fuerza electoral, y tenemos el placer de saludarla hoy aquí, en SEMANA. Bienvenida, María Corina Machado.
MARÍA CORINA MACHADO (M. C. M.): un placer estar con ustedes. Gracias, Vicky.
V. D.: ¿está de acuerdo con que esa acción de querer inhabilitarla del régimen de Maduro es una movida cobarde y que, además, demuestra el temor que le tienen a usted por su fuerza electoral?
M. C. M.: absolutamente. Creo que es lo que siente todo el mundo. Pero, además, creo que fue un gran error, Vicky, un gran error. Ya comienzan a darse cuenta, porque la respuesta ha sido conmovedora de los venezolanos aquí y en el mundo, pero también de la comunidad internacional, incluyendo algunos de sus socios, amigos y aliados de la región.
V. D.: ¿cómo llega María Corina a conquistar a esta cantidad de gente que lo que quiere es una salida democrática en Venezuela?
M. C. M.: fíjate, Vicky, yo creo que son muchos años de lucha. Tengo más de 24 años en esto y al final siento que toda esa división de la sociedad venezolana que promovió Chávez, primero, y después Maduro, de dividirnos entre izquierda y derecha, pobres, ricos, blancos, negros, los de afuera, los de adentro..., se ha ido desmoronando toda con el dolor que padecemos por la destrucción de nuestro país.
Pero, sobre todo, por la separación de nuestras familias. Siento que hoy hay un anhelo común y es lo que todo el mundo me dice, por todos los rincones de Venezuela: “Yo quiero traer a mis hijos de vuelta”. Y hay gente que me lo dice así: “Tú eres el instrumento que yo tengo para traer a mis hijos de vuelta”, y es algo que me une con ellos, porque yo también tengo mis tres hijos afuera, y todos sabemos que eso sólo será posible desmontando este sistema y construyendo las bases de una nación próspera, segura y libre.
V. D.: ¿cuál es el secreto de María Corina para resistir? Porque usted ha hecho una carrera hermosísima, pero de resiliencia, de resistencia y de mucha firmeza, y no ha sido fácil. ¿Qué ha pasado en todos estos años? ¿Cómo lo ha logrado? ¿Cómo pudo quedarse en Venezuela? ¿Cómo pudo no salir corriendo con la naturalidad de lo que implica el peligro, incluso físico? ¿Cómo se mantuvo?
M. C. M.: esa es una pregunta muy difícil y me la han hecho muchas veces mis hijos. Me la hacía mucho mi papá también. Me decía: “Cori, ¿no te cansas? Cori, ¿ya no es suficiente?”. Y al final creo que la respuesta es: en el profundo amor que le tengo a mi país y a la libertad. Yo no concibo mi vida sino en Venezuela y en libertad, y es lo que les quiero dejar a mis hijos y a todos los hijos en nuestro país y a todos los venezolanos. Entonces no te puedo negar que ha habido momentos muy duros, ha habido días en que me he sentido realmente al límite. Vicky, tengo diez años con prohibición de salida del país, tuve que sacar a mis hijos porque los amenazaron en su vida y mis hijos se graduaron afuera. Cuando se graduaba mi chiquito de la universidad y le rogué al juez que me permitiera ir por un día, le dije: “Usted sabe que irme es muy fácil, lo que yo quiero es volver”, y me dijo que no. Esa noche estuve al límite y me sentí muy culpable, como mamá, de fallarles a mis hijos.
V. D.: ¿cuánto hace que no los ve?
M. C. M.: mi papá murió a principios de año y vinieron. Pero claro, hay momentos que, como mamá, uno se cuestiona de no estar allí y no he podido estar allí. Pero ellos me apoyan. Y son la principal razón para hacer lo que hago todos los días.
V. D.: y alcanza, como dice, a sentirse culpable, como mamá.
M. C. M.: todos los días, todos los días.
V. D.: y también imagino, yo también soy mamá, que al final usted dice: les estoy dando ejemplo, estoy luchando por una patria a la que ellos puedan regresar. En fin, está luchando por una democracia.
M. C. M: sí, y al final les he enseñado lo que me enseñaron a mí mis padres, que tenemos un deber con nuestro país. Una cosa que me pregunto, y se las digo a todos nuestros compañeros, si no somos nosotros, ¿quién va a dar la cara?, ¿quién va a darlo todo para salvar a nuestro país? Entonces, me siento profundamente orgullosa de ser venezolana y creo que este es el momento en que Venezuela nos necesita. Estoy convencida de que estamos juntos cambiando la historia, y de que lo que estamos haciendo por Venezuela vale la pena. Al final, yo le pido a Dios que mis hijos digan, mamá, valió la pena; a pesar de lo que costó para ellos, para la salud y la tranquilidad de mi mamá, de mi papá, de mi esposo... Es decir, es duro, la familia paga un costo alto, pero al final han sido tantas muestras de confianza, de cariño por donde yo voy en Venezuela. Tú no te imaginas las cosas que me dicen. Hay hombres grandes, fuertes, fornidos, que me lloran en el hombro. Es una gran responsabilidad, pero también es una inyección de energía, de sentido de lucha que le da sentido a la vida, trascendencia a la vida.
V. D.: ¿en qué está hoy el régimen de Nicolás Maduro?
M. C. M.: creo que está en un laberinto cuya única salida se resiste a aceptar. Pero no les va a quedar mas remedio. Fíjate, el chavismo se sostuvo a punta de plata. Cuando Chávez llegó al poder, el barril estaba a ocho dólares, y llegó a 150 dólares. Ha sido una bonanza permanente y eso lo usaron para tomar control de todos los medios de comunicación, de todas las instituciones, para penetrar las fuerzas armadas y hacer un país absolutamente dependiente de las dádivas, de las bolsas de comida, del bono, acabando con toda la empresa privada, con el campo, con el sector productivo. ¿Qué ocurre ahora? Se robaron todo, Vicky, todo... Terminaron saqueando hasta PDVSA, que la arruinaron después de ser la empresa de petróleo más rentable del planeta; entonces hoy no les queda plata, y todas sus estructuras de control social se les están derrumbando. A mí me dice la gente: “¿Qué me van a quitar, una bolsa de comida, un bono de hambre? ¡Pero es que me quitaron a mis hijos!”. Entonces ya ese mecanismo de chantaje se les derrumba, Vicky. Lo mismo está pasando con sus sistemas de represión, los militares, los policías, que me lo dicen, porque tienen esposas, madres e hijos. El régimen sabe que eso se les desmorona, que sus propias luchas internas, como familias de mafia que son, también se hacen cada vez más visibles, y ahí está todo el caso de Tareck El Aissami, etc. Y entonces, ¿qué les queda? Pues mayor represión, y cometen errores como el que acaban de hacer con esa inhabilitación írrita. Se les ha convertido en un boomerang, porque nos ha dado muchísima más fuerza y más relevancia a la primaria, que ya no es una competencia entre partidos políticos, sino que es una lucha, un reto y un desafío de la sociedad democrática con el propio Maduro. Entonces a él lo que le queda es asumir que su mejor opción es aceptar que le va a tocar negociar conmigo una vez yo gane las primarias.
V. D.: ¿qué pasa con esa inhabilidad?, ¿cómo está usted pensando que puede vencer esa talanquera que le ha querido poner Maduro?
M. C. M.: en las primarias van a participar otros candidatos que estaban inhabilitados desde hace tiempo. O sea que aquí no hay ningún obstáculo y, por el contrario, el grito que tú escuchas en Venezuela es: “Yo habilito con mi voto”. Entonces mucha gente que tenía duda o que no estaba totalmente convencida de participar en las primarias lo va a hacer. De hecho, aprovecho para enviar este mensaje a todos los venezolanos que están en Colombia y en distintas partes del mundo a entender que quedan pocos días para inscribirse en la primaria y poder participar. Al final, con una victoria poderosa, entusiasta e inequívoca en la primaria, hay una fuerza brutal y un reconocimiento no solamente del país, la legitimidad del país, sino también de la comunidad internacional, que ahora tendrá nuevo interlocutor. Para llevar adelante, además, un genuino proceso de negociación en que la sociedad venezolana sí esté sentada en esa mesa. No como hoy, que ninguno de los venezolanos nos sentimos representados por quienes están dialogando con Maduro en México.
V. D.: ¿qué pasa con Leopoldo López, Capriles y todas esas personas que en algún momento han tenido protagonismo en medio de hacerle oposición al régimen? Que también algunos han sufrido unas consecuencias graves. ¿La están apoyando, se van a lanzar ellos? De alguna manera, ha hecho tanto ruido una división de la oposición.
M. C. M.: es que creo que lo importante es unificar al país. Esto no es un tema de lograr que se unan las cúpulas de los partidos, que también ocurrirá, digamos, con las directivas y los líderes; lo importante es lo que está pasando en la base de la sociedad. Mira, Vicky. Recorriendo el país, voy a unos pueblos donde digo: “Aquí va a haber 100, 200 y 300 personas”. Porque además te recuerdo que en Venezuela no hay gasolina y la gente no tiene cómo movilizarse. Resulta que me encuentro 1.000, 2.000, 3.000 y 5.000 personas que van a pie, dos y tres horas bajo el sol. Ahí están personas que vienen de todos los partidos. Personas que vienen del chavismo, personas que nunca pensaron involucrarse en la política, jóvenes y ancianos. Es hermosísimo, es la unión de un país. La primaria es el mecanismo a través del cual la sociedad venezolana elige cuál es el liderazgo que la representa, el liderazgo en el que confía. Desde luego, de todos los candidatos que participemos, somos 14 inscritos en la primaria, pues se apoyará al candidato que gane la primaria, que será el candidato que va a enfrentar y a derrotar a Maduro. Haga lo que haga Maduro, con sus marramucias judiciales que no valen nada. Ese es otro de los valores importantísimos de esta primaria que tendrá lugar el 22 de octubre.
V. D.: no puedo dejar de preguntarle cómo está viendo a Colombia en el Gobierno Petro.
M. C. M.: bueno, yo veo con preocupación. Tú sabes que he insistido muchas veces; la última vez que estuve y pude hablar en el Congreso de la República, yo lo decía. No habrá paz sostenible en Colombia si no hay libertad en Venezuela, y recíprocamente. Es decir, nuestros destinos están indiscutiblemente unidos. Siento que la destrucción institucional que ha tenido lugar en Venezuela, la forma en que se les ha entregado nuestro territorio a grupos criminales y terroristas, pues hace presión y presión sobre la frontera colombiana, haciendo que esa zona gris se extienda. Las Fuerzas Armadas colombianas, la Policía colombiana, han sido una barrera, y me preocupa cuando uno ve que puede haber mecanismos o intentos de debilitar esa fortaleza institucional. Lo mismo que la libertad de expresión, que es algo que en Venezuela es inexistente. Tengo diez años que a mí no me entrevista ninguna televisora privada nacional, de las que tienen cobertura nacional. ¿Por qué? Porque estoy en una lista negra, y lo mismo con estaciones de radio, con circuitos muy conocidos que se disfrazan de opositores, pero que a mí no me entrevistan. Entonces preservar las instituciones democráticas, la libertad de expresión, la justicia, unas fuerzas armadas al servicio de la nación, la sociedad civil, las universidades con una voz crítica, es fundamental.
V. D.: recuerde que en la campaña presidencial en Colombia se hacían muchos paralelos entre Gustavo Petro y Hugo Chávez. Hoy que ya Petro está en el poder, ¿usted, como venezolana, puede decir que sí existen similitudes entre los dos?
M. C. M.: no, creo que hay, digamos, algunas afinidades ideológicas. Ambos tienen propuestas de izquierda en que el Estado toma control sobre más y más espacios de la iniciativa privada, del sector privado. A mí me preocupan iniciativas de reforma, por ejemplo, en el ámbito de salud, donde creo que Colombia tiene más bien uno de los sistemas de salud mejores que hay en la región. Y, desde luego, esas tentaciones de tener más y más poder, del Estado controlar, de perseguir a las voces disidentes o estigmatizarlas... Eso es muy peligroso, de dividir a la sociedad... Muy peligroso. Sin embargo, siento que ustedes han reaccionado, el propio Congreso con fortaleza, con líderes que con mucha valentía han defendido sus puntos de vista. Creo que es la ruta a seguir; pero desde luego las amenazas de quienes quieren ávidamente..., yo creo que el socialismo llega al poder y es insaciable en términos de tomar más y más control.
V. D.: en ese sentido, la libertad de prensa es fundamental. Eso que usted me contaba ahora, de cómo hace diez años no la entrevistan en ninguna cadena privada en Venezuela, es aterrador. En Colombia, de alguna manera, estamos viviendo un choque del Gobierno con la prensa, un choque en el que se nota la inconformidad del Gobierno con todos aquellos periodistas que hacen cualquier crítica sobre el Gobierno, ¿ese paralelo me lo podría hacer solo porque aquí es muy importante escucharla?
M. C. M.: bueno, la forma en que en Venezuela Hugo Chávez arremetió contra los medios de comunicación fue brutal. Comenzaron con mecanismos de quitarles pauta, quitarles propaganda y recursos a los medios que no eran completamente... que no seguían la línea. Después fueron comprando medios, medios muy importantes, a través de sus testaferros. Después fueron dando dinero a determinados periodistas o influencers, y después por la calle cerrando medios, como ocurrió con Radio Caracas Televisión o como ha ocurrido con cientos de televisoras, perdón, de estaciones de radio en todo el país. Hay estados en Venezuela donde no hay un solo medio autónomo hoy en día. Es brutal. O sea, bueno, con el papel impreso, lo acabaron, era solo el papel impreso para los medios que eran proclives a sus posiciones; entonces al final llegamos a un punto en que realmente dependemos de los medios digitales, de las redes sociales y de los medios internacionales. Algunos medios privados, aunque son privados y se llaman a sí mismos independientes, están absolutamente plegados a las posiciones del régimen, no se atreven a decir una sola palabra. Sé que entrevistan a algunas personas y les ponen una cuartilla, estas son todas las cosas que usted no puede decir, todas las palabras y todos los temas. Quizá por eso no me invitan a mí, porque saben que yo no aceptaría eso jamás.
V. D.: increíble, eso es increíble, y es lo que aquí en Colombia tenemos que defender.
M. C. M.: absolutamente. Es que si no hay libertad de expresión, se pierde la democracia. Eso es lo que hay que entender, y a veces no nos damos cuenta. Y nosotros, viendo en retrospectiva, defendimos a Radio Caracas, defendimos muchos circuitos, pero no nos dábamos cuenta de cómo eso nos iba a ir aislando y cerrando. Lo hemos hecho. Hoy en día, Venezuela despertó y realmente lo que ha ocurrido en estos meses demuestra que incluso en contra de estos medios de comunicación del Estado, que tienen tanto dinero, y esos medios plegados al Estado, la sociedad encuentra los mecanismos para comunicarse y enterarse, así sea regresando al papelito y el boca a boca. Y obviamente con el apoyo de los medios digitales.
V. D.: ¿qué hay de toda la carga, digamos, de procesos y de acusaciones en contra de Nicolás Maduro? ¿Qué pasó con la búsqueda de Estados Unidos? Usted sabe que tiene un proceso por narcotráfico, que lo buscan y que tiene precio su cabeza, ¿qué pasó con esos procesos?
M. C. M.: bueno, y no solamente eso, también está todo el proceso que sigue adelante en la Corte Penal Internacional.
V. D.: exacto.
M. C. M.: el fiscal Karim Khan estuvo aquí en Venezuela hace unos días, como sabemos, y abrió una oficina para continuar la investigación por crímenes de lesa humanidad. La sala dio la instrucción que esta investigación continuara, ya que es evidente que en Venezuela no habrá justicia, como lo hemos dicho. Ayer, anteayer, bueno, esta semana, hubo la declaración de la Corte Penal Internacional de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos, y fueron demoledoras la presentación y el informe. Y entonces lo que demuestra es que el mundo sí sabe quiénes son Maduro y su entorno. Maduro es tóxico, y este es el mensaje que yo les envío a aquellos otros presidentes de América Latina que son cercanos a Maduro y que han planteado que quieren contribuir a una transición pacífica en Venezuela por la vía de unas elecciones presidenciales de 2024, incluyendo el presidente Petro, quien el 25 de abril fue el anfitrión de esta cumbre internacional, la conferencia internacional en Bogotá. Ahí quedó muy claro que estas sanciones que tiene Maduro son producto de los crímenes que ha cometido, no solo en violación de derechos humanos, sino corrupción, financiamiento del terrorismo, narcotráfico, lavado de dólares, que están muy bien documentados en la justicia internacional y que, por lo tanto, si Maduro quiere entablar una negociación real, tiene que entender que debe dar garantías reales e inequívocas de que se va a avanzar una ruta que lleve a elecciones competitivas. Entonces, bueno, yo creo que ahí el nombre de Gustavo Petro, de Lula y de otros actores que acudieron a ese evento y que se han comprometido públicamente está en entredicho, si efectivamente Maduro no cumple.
V. D.: ¿lo de Bogotá sirvió para algo, sinceramente, María Corina?
M. C. M.: mira, a Maduro no le sirvió definitivamente.
V. D.: y a Petro tampoco, realmente.
M. C. M.: es posible. Pero hoy, nosotros sí podemos decir, cada uno de los que participaron allí, ustedes dijeron que la vía era electoral, ustedes hablaron de condiciones libres y competitivas. ¿Van o no van a reaccionar frente a un despropósito como esa burda y nula inhabilitación en mi contra? Bueno, el presidente Petro contestó, Lula no lo ha hecho aún, la Cancillería chilena sí lo ha hecho, los congresos y parlamentarios de muchos lugares de América Latina. Esto ha sido monumental, la respuesta, ¿no? Desde Canadá hasta Chile. Entonces, yo creo que asistir a estos eventos también retrata con una política a la cual después hay que hacer exigencias.
V. D.: ¿y el papel de Estados Unidos en todo esto? ¿Cómo lo ve?
M. C. M.: mira, yo te diría que para los venezolanos tiende a ser desconcertante en algunos momentos, porque nos enteramos de acciones, de acuerdos, de supuestas reuniones por los medios sociales. No hay información precisa, por más que tengamos relación con funcionarios de alto rango. Entonces, creo que Estados Unidos tiene que entender que lo que está ocurriendo en Venezuela y la posibilidad real de derrotar a Maduro, porque yo creo, Vicky, que quizá lo más importante que ha ocurrido en estos últimos días es que el mundo ha entendido que Maduro sí es derrotable; y toda esa campaña que se vendió de que estaba más fuerte que nunca, de que el país estaba entregado, es mentira. Entonces, toda esta efervescencia y este movimiento, este sentimiento que se ha creado, ha puesto los ojos del mundo nuevamente a decir: “Ah, sí es derrotable y sí está débil”. Creo que es un momento en el cual la política no sólo de los Estados Unidos, sino del resto de los países democráticos de Occidente, tiene que estar coordinada. Y en ese sentido, creo que la primaria también es muy útil, porque hoy en día hay muchos voceros de Venezuela, líderes que plantean distintas iniciativas, y algunas pueden ser contradictorias entre sí. El tener un interlocutor legitimado pone orden de cara a una política muy seria y disciplinada. Y al final yo sí creo que el apoyo a las primarias es clave, y hubo un comunicado esta semana del secretario de Estado de los Estados Unidos dándole su apoyo a la primaria: yo esperaría ver eso del resto de los países de la región y de Europa.
V. D.: ¿usted va a ganar?
M. C. M.: vamos a arrasar.
V. D.: si Dios quiere, ¿verdad?
M. C. M.: si Dios está con nosotros. Es que Dios está con nosotros, porque esto es una lucha espiritual y esto es una lucha entre el bien y el mal. Esta lucha es por unificar a Venezuela y traer a nuestros hijos de regreso a sus casas.
V. D.: y salvar a Venezuela, salvar a los venezolanos de las garras de ese régimen, ¿ah?
M. C. M.: y construir una gran nación de la que nos vamos a sentir superorgullosos de decirle al mundo entero que somos venezolanos, ¿sabes? Lo tenemos todo, hemos hecho cosas maravillosas, sublimes. En estos más de 20 años, 24 años de lucha, hemos tenido caídas, traiciones, decepciones, pero esto nos ha ido forjando el espíritu, y yo creo que hoy en día somos una mejor sociedad y también mejores personas.
V. D.: a usted le han pasado tantas cosas. ¿María Corina, cuál ha sido ese momento...? Ya nos contaba lo que le pasó, digamos, emocionalmente con su hijo el día que se graduó; pero ese día en el que usted dijo, me pueden matar aquí, esto puede terminar aquí.
M. C. M.: he tenido varios momentos en los que he sentido eso y yo rezo, yo rezo, y respiro profundo. Recientemente, tuve un ataque físico fuerte. Mi papá acababa de morir y lo que yo le dije fue: “Papá, perdón, que no te he dejado descansar ni unos pocos días en paz”, y desde entonces lo siento muy cerca, él está conmigo y eso me da una gran paz. Mi papá era el amor de mi vida. Y si algo lamento profundamente es que no vea a su país, al que amaba y adoraba y me enseñó a adorar a mí, libre. Pero bueno, yo sé que desde donde está nos acompaña.
V. D.: y han sido, me imagino, años de lágrimas también; así como ha sido de fuerte, de firme, de valiente, tienen que haber sido años de muchas lágrimas y mucho dolor.
M. C. M.: pero también de muchas satisfacciones, Vicky. Yo no cambio. Yo le doy gracias a Dios por haber nacido en este momento y en este lugar. En Venezuela, desde luego, pero incluso en este momento, porque uno siente que le puede dar verdadera trascendencia a su vida. Además, porque he conocido gente tan extraordinaria. Mira, estamos donde estamos hoy ante una posibilidad real de derrotar este sistema con todas las consecuencias que va a tener para América Latina, para Cuba, para Nicaragua, porque hay que tener conciencia de lo que significa para la región realmente sacar a estos criminales, pero esto ha sido producto de años, de muchísima gente. O sea, yo te digo, todos esos venezolanos que han asesinado, que han apresado, desde Franklin Brito, que dio su vida en huelga de hambre por su tierra, hasta los jóvenes Juan Pablo Pernalete, Neomar Lander, que los han asesinado en las calles; muchachos que sólo conocieron este horror. ¿Sabes? Los militares presos, los venezolanos que se han ido, los periodistas que no han callado, las madres que salen todos los días, las maestras, los docentes que en todos estos meses no han parado de protestar. Aunque ganan menos de un dólar diario, están allí desde el 9 de enero de este año, no han dejado de protestar y me acompañan en todos los rincones del país, los sindicalistas, petroleros, los trabajadores. Es decir, esto es una lucha de varias generaciones y hoy me corresponde a mí tomar esta posición. Pero esto es gracias a lo que ha hecho toda una sociedad, y hay que asumirlo con humildad y con un gran respeto y reconocimiento al aporte de cada uno de ellos.
V. D.: y usted le da un ejemplo al mundo, o nos da un ejemplo a todos, de esa firmeza que nunca debe decaer, María Corina, cuando lo que está en juego es la democracia. Me parece que eso es muy importante en su figura.
M. C. M.: es que es algo contagioso, Vicky. Yo creo que de alguna manera estoy siendo también un reflejo, un vehículo, un canal para transmitir lo que estoy sintiendo en todo el país. Estoy enfrentando este régimen desde el día uno. Desde antes de que Chávez llegara al poder. Yo nunca había visto un sentimiento tan profundo y de tal grado de convicción en la sociedad venezolana. La gente está dispuesta a arriesgar lo que sea. Hemos entendido la naturaleza de la lucha. Para mucha gente, esta es su última oportunidad y me lo dicen, Vicky. La última oportunidad para conocer a mis nietos que sólo los he visto por un WhatsApp. La última oportunidad para que no se me vaya mi último hijo, que ya se me fueron tres a Lima, a Bogotá... Muchacho que está a punto de graduarse. Me dicen: “No me quiero ir, María Corina, este es mi país. Se me fueron todos mis amigos, no me quiero ir”. Esto es llevar a una sociedad a ese extremo, creyendo que la vas a doblegar y a aniquilar, y resulta que la sociedad se levanta, y por eso es el miedo también justificado que tienen Maduro y su entorno. En el sentido que no van a poder acallar esta fuerza. Hagan lo que hagan, no la van a callar. Creo que es importante que el mundo y Colombia entiendan que estamos decididos a llegar hasta el final. ¿Qué significa llegar hasta el final? Que no hay obstáculo que nos pongan que no estemos dispuestos a enfrentar y superar y a seguir adelante hasta lograr el propósito de reunificación de la sociedad venezolana.
V. D.: simplemente le digo una palabra y usted me dice lo que se le ocurre. Juan Guaidó, ¿qué se le viene a la cabeza?
M. C. M.: fue una gran oportunidad que no se concretó.
V. D.: ¿por qué se perdió?
M. C. M.: creo que hubo falta de firmeza.
V. D.: ¿de él?
M. C. M.: realmente fue un entorno que lo envolvió y lo tragó, lamentablemente.
V. D.: ¿Pedro Castillo, en Perú?
M. C. M.: efímero, gracias a Dios.
V. D.: ¿Bukele, Nayib Bukele, de El Salvador?
M. C. M.: contradictorio. Creo que ha logrado entusiasmar a muchas personas de su país y otros países, buscando y poniendo el orden en su nación, pero nunca hay que olvidar las formas democráticas y ahí está el verdadero estadista.
V. D.: ¿le parece que tiene visos de dictador también, o qué?
M. C. M.: creo que ha habido actos autoritarios, pero desde luego tiene un gran respaldo popular. Y debo decir que lo tiene también en muchos otros países de América Latina, porque sienten que ha barrido con una forma vieja de hacer política y la gente está anhelando orden, transparencia y seguridad.
V. D.: Joe Biden.
M. C. M.: creo que le ha faltado firmeza y claridad con la situación venezolana, y aspiro que lo que está ocurriendo hoy restablezca frente a los venezolanos la sensación y la convicción de que Venezuela es muy importante en la política de los Estados Unidos.
V. D.: ¿Donald Trump?
M. C. M: creo que genuinamente intentó lograr un cambio de política con Venezuela, pero no entendió, producto de algunos de sus asesores, la verdadera naturaleza del régimen y dónde estaban los incentivos correctos e incorrectos para que una política de máxima presión funcionara.
V. D.: Gustavo Petro.
M. C. M.: mira, tengo profundas diferencias de orden doctrinal y, desde luego, creo que su entorno del foro de Sao Paulo es realmente dañino y peligroso para América Latina, pero al final tiene una oportunidad real si quiere servir de algún tipo de interlocutor en resolver un conflicto brutal en Venezuela, que inevitablemente afectará cada día más a Colombia. O sea, no hay manera de parar la migración venezolana a Colombia, mientras el régimen esté en el poder; entonces se convierte en su propio interés resolver este drama y una transición pacífica de ordenar a la democracia y a la libertad. Creo que es momento de que Petro entienda que el pueblo de Venezuela simplemente no va a tolerar la continuidad de este desastre y que podría tener un rol que jugar, siempre y cuando se mantenga firme en los procedimientos democráticos, como fue en este caso su repudio a mi nula inhabilitación.
V. D.: se ha dicho que Iván Márquez, de quien se afirma ya que está muerto, fue protegido por el régimen de Maduro. ¿Qué piensa de Iván Marquez, las Farc y el ELN?
M. C. M.: son aliados de Chávez y de Maduro, por eso siempre he pensado que Maduro no va a cumplirle cualquier solicitud que le haga Petro de su propuesta de ‘paz total’. No lo va a hacer. Maduro no puede, ni quiere.
V. D.: y, por último, usted sabe que aquí hay millones de venezolanos en Colombia que salieron huyendo de su país, que salieron desterrados por cuenta del régimen de Maduro. Si usted gana las primarias, si logra, y repito, si Dios quiere, ser la presidenta de Venezuela, mándeles un mensaje a todos esos compatriotas que se mueren por ver a su patria, para despedirse en esta entrevista.
M. C. M.: yo quisiera empezar enviandoles un mensaje a todos esos colombianos que recibieron con brazos abiertos a mis compatriotas en Colombia. Ustedes no se imaginan lo que significa para nosotros el dolor. Yo he estado en esa frontera, he estado en el puente, los veo pasar y me hablan, y me lloran, y lo que hago es imaginarme el día en que los esté recibiendo de regreso, y eso va a ser gracias a cómo ustedes en Colombia los recibieron. Lo que fue el estatuto temporal de protección a la vida, para que pudieran producir y contribuir a crecer la economía y el bienestar de esta nación...; creo que nunca cómo hoy los venezolanos queremos a Colombia y a los colombianos. Y a los que están allí hoy les digo: prepárense, aprendan, estudien, trabajen, porque los vamos a necesitar en el desafío más grande, que va a ser construir una nación que nos la dejan como tierra arrasada para convertirla en una verdadera tierra de gracia. Pocas veces en la historia de la humanidad una sociedad tiene la oportunidad de construir las licitaciones en instituciones de cero, y es una responsabilidad extraordinaria, emocionante, fascinante. Desde luego, tienen una gran responsabilidad y tenemos todos la gran emoción de hacerlo juntos.
V. D.: ¿y Colombia? ¿Tiene algún pensamiento para los colombianos? Es decir, ¿ve que Colombia pueda estar en peligro?
M. C. M.: creo que el peligro siempre está latente, y creo que si hay algo que puede servir de alerta a los colombianos, son precisamente los más de dos millones y medio de venezolanos que están allá y que todos los días les recuerdan lo doloroso que es dejar su país.
V. D.: ver el espejo de Venezuela, dice usted.
M. C. M.: y verlo en los ojos de los venezolanos que están allá y que anhelarían volver.
V. D.: María Corina, muchas gracias por estar con nosotros en SEMANA. Dios la bendiga. Mucha suerte y que todo siga muy bien, que siga adelante, que la podemos ver como presidenta de Venezuela.
M. C. M.: muchísimas gracias, Vicky. Toda la fuerza del mundo a ustedes. Admirada por tu trabajo y el de todos aquellos colombianos que defienden su democracia. Y confíen en nosotros, porque cuando yo digo que es hasta el final, es hasta el final. Lo vamos a lograr. Muchísimas gracias, un beso gigante.
V. D.: un abrazo y un beso, chao.
M. C. M.: chao, gracias.
V. D.: María Corina, gracias. A ustedes, gracias por acompañarnos. Esto es SEMANA.
Vea la entrevista completa aquí