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Estos son los “lujos” de occidente que tienen prohibidos los jóvenes en China
Menos horas de videojuegos, menos música pop y más doctrina impone el régimen de Xi Jinping a sus habitantes.
Un completo dominio de la vida privada de los ciudadanos, en especial los jóvenes, pretende imponer el régimen de Xi Jinping, presidente de la República Popular de China, y quien actualmente ejerce como secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China.
El partido les indica cuánto tiempo pueden dedicar los menores a los videojuegos, en medio de los avances de la era digital y una fuerte presión sobre las empresas tecnológicas. Además les inculca obligatoriamente la enseñanza de la doctrina Xi Jinping a los escolares, la cual adopta nuevas ideas de base científica para un “desarrollo innovador, coordinado, ecológico, abierto y compartido”, refuerza el “socialismo de características chinas” con “el pueblo como dueño del país”, y la gobernanza China como un Estado de Derecho.
No conforme con esas imposiciones, la organización comunista china realiza constantes presiones contra las estrellas pop que no cumplan con una conducta que agrade al Gobierno de Beijing. Hasta le ordenan cómo deben verse los hombres, y prohibieron imágenes afeminadas en televisión, reseñó el portal de noticias CNN en Español.
La faceta personal de las nuevas generaciones de jóvenes es completamente controlada por el régimen de Xi Jinping. En síntesis, busca moldearlas a su antojo para que sigan los ideales del Partido Comunista.
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Se pensaba que con la celebración con bombos y platillos, en julio pasado, del centenario del Partido Comunista Chino, se iba a dar una apertura o flexibilización para los jóvenes. No fue así, por el contrario hubo un endurecimiento de las leyes que salieron a la luz en los últimos días. El Partido Comunista busca estar en el centro de la esfera pública y también privada.
El pasado 27 de agosto, China estableció nuevas regulaciones sobre los artistas famosos. La Administración del Ciberespacio de este país prohibió, entre otras cosas, incitar a los fans vía web a adquirir sus productos, para supuestamente evitar conflictos en la cultura virtual.
“Ahora, con las regulaciones sobre el entretenimiento y demás, parece que todo el ámbito de opciones se está reduciendo significativamente”, dijo Dali Yang, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Chicago, consultado por CNN.
En China, las regulaciones de la internet van acompañadas de medidas en el ámbito educativo. Las autoridades han recortado drásticamente el negocio de las tutorías privadas. Asimismo, en las aulas se ha aligerado la carga de los deberes, pero se ha colado el “pensamiento de Xi Jinping” como materia lectiva, en una política que aún el culto a la personalidad como el más puro adoctrinamiento de niños y jóvenes.
La limitación de los video juegos es de tres horas a la semana, para los menores de 18 años. Xi Jinping tiene una campaña de desprestigio contra los videojuegos. Los argumentos que han difundido son: fuente de problemas físicos como aumento de miopía, falta de sueño o ejercicio, afectación mental, y exposición a severas adicciones. En consecuencia los jóvenes chinos se quejan de esas limitaciones y acusan al Estado de excesivo paternalismo.
En la mira tienen a los famosos del mundo del espectáculo. Los consideran “individuos indignos” que dan pie a “conductas irracionales” entre sus admiradores y pueden ser ejemplo de fortunas mal forjadas. Como prueba de este control se investiga a algunos artistas y sus redes sociales han sido eliminadas.
Según reseñan medios de Beijing, actores como Zhou Dongyu y Du Jiang han hecho llamamientos públicos a sus compañeros de profesión y los han conminado a no convertirse en “esclavos del mercado”. Mientras tanto, en China aumentan también las normas para frenar el fenómeno de los clubs de fans. La semana pasada, la Administración Nacional de Radio y Televisión anunció reglas para que los programas televisivos promocionen los valores tradicionales y destierren de la pantalla a los ídolos “afeminados”, “vulgares” o con “una estética anormal”.