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Exclusivo | Excomisionada de paz en cárceles de Ecuador denuncia actos de corrupción y vincula a miembros del DGI y el SNAI: “Me quieren callar”
Claudia Garzón Padilla habló con SEMANA sobre su estrecha relación con Leandro Norero, alias El Patrón, y con José Adolfo Macías, alias Fito, el prófugo más buscado de ese país.
Masacres, asesinatos, secuestros, extorsiones y otros delitos han sido el pan de cada día en las principales cárceles de Ecuador. Un festín de muertos y heridos después de violentas asonadas en duros enfrentamientos entre miembros de las bandas criminales más peligrosas del país dejan un panorama desolador.
Antes de que Daniel Noboa llegara al poder como presidente del Ecuador, el exmandatario Guillermo Lasso, en su afán por ‘pacificar’ las cárceles en su país, decidió por decreto crear una comisión para el diálogo penitenciario y la pacificación en 2021, con el fin de reducir la cruda violencia que se vivía dentro de los centros penitenciarios a lo largo y ancho del país, lugar donde conviven grupos delincuenciales como Los Lobos, Los Tiguerones, Los Latin Kings, Los Chonekiller, entre otros. Para ese propósito, Guillermo Lasso integró a Claudia Milena Garzón Padilla como una de las piezas fundamentales en ese propósito.
La criminóloga y psicóloga colombiana, experta en centros de privación de libertad, fue contactada por Guillermo Lasso después de haber sido presentada por el exviceministro del interior Max Campos como una candidata para el cargo. “El presidente nos da la misión de mitigar violencias, de minimizar muertes, mitigar temas de masacres”, dijo Garzón, confirmando que en ese momento sumaban hasta 400 personas asesinadas a raíz de la violencia intramural en las penitenciarías por conflicto entre bandas. “Yo entro sin chaleco antibalas, con la línea de humanizar, siempre he creído en segundas oportunidades”, dijo a SEMANA.
No fue fácil ganar la confianza de los delincuentes, pero la idea de humanizarlos, pese a los crudos crímenes que habían cometido, hizo que los principales cabecillas y miembros de los grupos más peligrosos del país vieran a Claudia como una madre. “Muchos de ellos ingresaron a las cárceles por alimentos y tuvieron que convertirse en descuartizadores, y no porque lo sean, para sobrevivir allí adentro tenían que adherirse, aunque no perteneciera a ninguna banda. Jamás justificaré temas de delincuencia, ni legitimaré a ningún delincuente, pero mi tema era pacificar“, confesó Garzón.
Fue tanta la cercanía que tuvo Claudia Garzón con delincuentes como Leandro Norero Tigua, alias El Patrón, y José Adolfo Macías, alias Fito, que en los últimos días fue vinculada y llamada a rendir indagatoria por el caso Metástasis, el cual investiga un entramado de corrupción que vincula a jueces, empresarios, fiscales y hasta al expresidente Lasso por vínculos con la delincuencia organizada y bandas criminales dedicadas al narcotráfico y otros delitos.
Según uno de los más recientes testimonios emitido por Marcelo Lasso Saavedra, amigo de Norero, Garzón “era la encargada de transmitir lo que necesitaba y quería Leandro, para poder transmitir al general Pablo Ramírez (exdirector del SNAI)”, es decir, la colombiana presuntamente fungía como mediadora para que los cabecillas obtuvieran beneficios a cambio de dinero. Claudia tenía por decreto la potestad de ingresar a todas las cárceles del país, hacer entrevistas y hablar de manera ilimitada con las personas privadas de la libertad para mitigar la violencia, muertes y otros problemas que afrontan las cárceles en Ecuador.
“Este muchacho, que es muy joven, ¿por qué solo hasta ayer da esa versión? ¿Por qué no lo hizo en todos estos meses que lleva el caso Metástasis y los años después de haber fallecido Leandro? ¿Por qué justamente cuando el juez dice no encuentro pruebas que la vinculen totalmente a este caso, aparece el?, se preguntó la excomisionada durante la entrevista.
Garzón confirmó a SEMANA que sí conocía a Marcelo, lo hizo cuando fue a hablar con Norero y el testigo era un mensajero del delincuente, no tuvo tanta confianza con Leandro y nunca participó en las reuniones que se dieron entre la comisionada y el capo.
“Tengo todos los chats, los audios, donde Marcelo siempre me decía: ‘la única persona que ha hecho por la paz es usted. Gracias, Claudia, por darnos esperanza’”. Sin embargo, después de ser comisionada, el hombre se comunicó con ella nuevamente para decirle que tenía información valiosa de Norero, pero con el fin de lograr un beneficio penitenciario. “Él siempre buscó beneficio, él salió con beneficio, necesitaba una forma de cómo le rebajan pena”, dijo Garzón.
La excomisionada también estuvo en medio de una controversia por un video proyectado en una clase pedagógica dictada a miembros de la Policía Nacional de Colombia. En el video se le veía a la colombiana junto a alias Fito, cabecilla de Los Choneros, algo que causó revuelo después de que se hiciera público el video por medio de un canal de televisión en nuestro país.
“Jamás es como lo hizo ver este medio. Yo con Fito en Ecuador y aquí los policías virtualmente viendo la clase. Aclaro: nunca hubo interacción, fue un video que yo grabé autorizado por Adolfo Macías y la importancia de este video cuál era: ‘miremos qué piensa una persona con un perfil criminal alto (..) ayudan al análisis de casos para saber qué podemos hacer con anticipación’”, dijo.
Alias Fito se escapó de prisión el pasado 7 de enero, un hecho que ha puesto en alerta a las autoridades de ese país y de países vecinos por las sospechas que apuntan a que el delincuente podría estar en la frontera con Colombia e incluso en Venezuela.
“Cuando yo conversaba con Fito nunca podía pensar que él tuviese un plan de fuga, sabiendo que estaba muy cerca un beneficio penitenciario para él poder tener una prelibertad, pensaría más bien que hubo alguna situación que le generó temor de su vida para que lo haya hecho”, dijo.
Las armas de La Roca
La penitenciaría de máxima seguridad de La Roca fue creada como una de las prisiones más importantes en Guayaquil, o al menos así fue el concepto de fortaleza impenetrable con un control único en la región donde permanecerían los cabecillas más peligrosos del país. Sin embargo, no fue así, la cárcel que fue construida en 2008 resultó ser más insegura de lo que se pensó, incluso la cerraron después de una fuga masiva en 2013.
Después de 7 años de encontrarse vacía, privados de la libertad le avisaron a la comisionada Claudia Garzón de una posible masacre que se llevaría a cabo en el lugar donde serían trasladados altos cabecillas de las principales bandas criminales, la mujer decide actuar por cuenta propia e ingresar al lugar con los detalles que había recibido de personas privadas de la libertad. El resultado: una incautación de armas de alto calibre, repetidoras, municiones, teléfonos dentro de letrinas de un lugar que estaba vacío, todo encontrado por la colombiana. “Iban a llevarlos para asesinarlos o para asesinarse entre ellos”, aseguró a SEMANA.
Según Claudia, la participación de algunos miembros de la Policía, de la Dirección Nacional de Inteligencia y de personal del SNAI era evidente en temas de complicidad para cometer crímenes dentro de las prisiones en Ecuador, y esas irregularidades llevaron a sufrir una persecución por lo que conocía como comisionada de paz dentro de las penitenciarias. “Yo empiezo a mostrar irregularidades de algunos funcionarios de instituciones como la Policía del Ecuador, empecé a mostrar cómo se estaba enquistando la corrupción y cómo las cárceles eran un negocio para estas personas y por hablar me empiezan a perseguir”, dijo la mujer de origen colombiano.
Garzón confirmó a este medio que la quieren callar, y que entre esas personas estaría un empleado que hizo parte del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) en ese momento, quien era director del área de beneficios y que resultó teniendo 24 investigaciones abiertas. “Me quiere callar una persona del DGI que le descubro irregularidades, es policía y al mismo tiempo tenía una credencial de abogado y era el que él mismo se autorizaba para entrar teléfonos y muchas cosas y el que tenía relación con personas privadas de la libertad para el tema de corrupción”, dijo.
Relación con El Patrón
La mujer tuvo una amplia cercanía con Norero, que empezó después de su captura en mayo de 2022. El 1.° de junio se reunió con él durante 5 horas en la oficina de transitoria, “conversamos del tema de paz, él también me cuenta su tema de cómo estaba allá y el 8 de junio es cuando hacemos un video inédito de 11 minutos donde necesitaba decirle al representante del presidente que en este caso era el general Pablo Ramírez, ‘mira lo que está dispuesto a hacer Norero también por la paz’”, dijo.
Las reuniones con El Patrón sucedieron días antes de que Claudia terminara sus 180 días de trabajo como comisionada y “ese video es una conversación que él le envía a Pablo Ramírez donde le dice que está dispuesto a trabajar, a ayudar a bajar las muertes y le decía ‘gracias por traerme aquí’, pero no era algo de beneficios porque ni siquiera lo conocía”, aseguró en entrevista con SEMANA.
La excomisionada se adentró en las celdas más peligrosas del país para lograr entender cuál fue el motivo que llevó a los grandes delincuentes a cometer sus crímenes, sin embargo, denunció en este medio una persecución en su contra por la cercanía con los presos. Incluso, dijo que su persecución ha llevado a agresiones a través de las redes sociales, donde decenas de usuarios la han llegado a llamar “la prepago de los narcos” por su aspecto físico y su relación cercana a altos mandos criminales.
“Soy una comisionada de paz que no cumplo con un requisito social visible. ¿Cuál es? La mujer de 80 años, llena de líneas de expresión y de pronto con bastón, y si una mujer como ellas saliera en la foto con Fito o con alguno de ellos sería premio Nobel de la Paz, pero como yo no tengo esas características piensan que una mujer con las características que tengo yo, no vaya a hacer la paz, no vaya a ser humana, sino que va por beneficios económicos”.
Fue tan fuerte la confianza que le tenían los delincuentes y las autoridades a la colombiana como mediadora que le pedían ayuda vía telefónica para interceder durante las masacres y que la tragedia no fuera a terminar peor. “Me decían madre, madrecita, madrina, tengo aquí unos muertos, ayúdeme”. Así también ocurrió en la masacre del litoral, en octubre de 2022, cuando se comunicó con ella un policía desde la prisión del Litoral y lo hizo pese a que ella ya había terminado su labor como comisionada.
“Yo escuchando las bombas, los disparos, y la Policía me llama para decirme: ‘por favor hable con ellos, que detengan los disparos, que no nos disparen para poder entrar por los muertos y por los heridos, vamos a entrar al túnel de la muerte por favor indícales que no disparen’”, dijo.
Garzón viajará a Ecuador para declarar ante las autoridades judiciales sobre el caso Metástasis y contar toda la verdad sobre la corrupción que se vive dentro de los centros penitenciarios. La mujer confirmó que celebra lo que está haciendo el presidente Daniel Noboa pero hay que intervenir los centros de privación de la libertad. “Los centros de privación deben ser del Estado no de ninguna organización de crimen organizado y el problema es que pabellones y centros le pertenecen a determinados líderes criminales, eso debe acabar”, pese a que insiste en que también debe haber un tratamiento social para delincuentes.