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Exclusivo: aparece el joven colombiano detenido en El Salvador, está libre y dice que no fue detenido por tema de pandillas
El joven asegura que fue detenido por asuntos migratorios.
El colombiano José Antonio Potes, quien había sido detenido en El Salvador el pasado 21 de enero, envió un video en el que aclara que tuvo un problema de migración, pues estaba trabajando sin un permiso especial.
Con esto, desmintió lo que habrían dicho algunos medios de comunicación y su familia misma sobre el hecho de que él había sido detenido por pertenecer a una pandilla.
En el video se ve al joven en las calles de El Salvador. “Un malentendido con Migración”, dijo, asegurando que los medios de comunicación difundieron información falsa, sin mencionar lo que su misma familia anotó en entrevistas con los medios.
“Soy un joven colombiano que estoy en las calles de El Salvador libre, con el tema mío fue algún malentendido por algo que estaba en la cárcel por temas de pandillas”, dijo el colombiano en el video.
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“Con ganas de empezar un nuevo camino en este país”, agregó.
Fuentes le aseguraron a SEMANA que fue detenido por asuntos migratorios, algo que desmiente lo que había dicho su familia.
La misma fuente le contó a SEMANA que el caleño había visto la noticia en Colombia donde se dice que es pandillero y que lo habían detenido por eso, cosa que no es cierta según él, pues él ya no está detenido y, por el contrario, se encuentra libre y trabajando.
Así, según la nueva información, si bien el colombiano fue detenido en enero, no fue por motivos de vinculación a ninguna pandilla, sino por un permiso migratorio que no tenía mientras trabajaba.
Según la fuente, el colombiano emigró a El Salvador por falta de oportunidades laborales que sí encontró en ese país.
Finalmente, el joven pidió que cesen las difamaciones, pues las autoridades de El Salvador podrían pensar que él tiene que ver algo con pandillas cuando no es así.
José Antonio Potes Cáez es un joven caleño, de 27 años, quien viajó a El Salvador fascinado por la política de seguridad del presidente de ese país, Nayib Bukele, y en búsqueda de mejores oportunidades para él y su familia.
Como lo contó a SEMANA Karol Potes, hermana de José Antonio, él decidió viajar a ese país porque de un tiempo para acá se interesó por el gobierno de Bukele y por la decisión que estaba tomando frente a cómo combatir el crimen organizado y las pandillas.
Según familiares de José Antonio, otra de las razones por las que el colombiano escogió ese destino fue porque conocía a un amigo en ese país, el cual ha vivido allí durante varios años, por lo que consideró que le serviría ese apoyo para iniciar su nueva vida.
Se sospechaba que con él habría sido detenido.
Aunque es oriundo de Cali, ha vivido gran parte de su vida en Riofrío. Allí trabajaba en labores de soldadura y, según le contó su amigo radicado en El Salvador, allí estaban pagando mejor. “Quería que mi mamá dejara de trabajar tanto y brindarles un apoyo a ellas”, aseguró Karol.
Karol le confirmó a este medio que su hermano había sido detenido por pertenecer, presuntamente, a la pandilla Mara 18, un temido grupo que, según la familia, opera también aquí en Colombia, algo que no estuvo muy claro por las zonas en las que originalmente se ha identificado su presencia, sobre todo en Centroamérica.
Sobre su presunta presencia en Colombia, “en Centroamérica, la pandilla opera principalmente en El Salvador, Guatemala y Honduras, pero es en Estados Unidos donde tiene la presencia más definida: un estimado de 30.000 a 50.000 miembros”, dijo el medio investigativo Insight Crime.
Casi 63.000 presuntos pandilleros han sido detenidos en El Salvador en el marco de la “guerra” contra estas bandas, lanzada hace diez meses por el presidente Nayib Bukele, informó el lunes 17 de abril el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro.
El mensaje de la Cancillería colombiana
De acuerdo con la información divulgada por las autoridades diplomáticas, el arresto tuvo lugar el pasado 21 de enero en horas de la tarde, y en inmediaciones de la colonia Las Margaritas, en el municipio de Soyapango, San Salvador, y conforme la información de esa entidad, su arresto estuvo vinculado a un operativo en medio del régimen excepcional.
Según detalla el despacho de Leyva Durán, el canciller, apenas se conoció la noticia del connacional que recién había llegado a El Salvador, “el Consulado de Colombia en El Salvador estableció contacto con las autoridades penitenciarias y envió una solicitud al Juzgado Especializado de Instrucción B4 de San Salvador, con el fin de conocer el requerimiento fiscal del caso del connacional y brindar la asistencia consular correspondiente”.
Parte de la acción también se encarriló a establecer canales de atención con los familiares de la persona capturada, buscando entregarles de forma oportuna los partes judiciales, buscando su tranquilidad y mantenerlos informados sobre las condiciones de arresto de Potes.
Lo anterior, más aún teniendo en cuenta la fuerte política criminal que está impulsando el gobierno Bukele y que incluso ha hecho que algunos reos sean sometidos a fuertes condiciones de castigo.
Si bien las autoridades no refirieron a viva voz el nombre de esa persona detenida, se sabía que había hecho referencia a ese caso, debido la fuerte presión mediática que se ha ejercido.
Aunque el comunicado de la Cancillería indicaba que, “apenas conocieron del caso, desplegaron sus acciones consulares”, lo que incluye interceder por el ciudadano detenido y dar parte a los familiares, ello mismo siembra duda: algunos meses después, la misma familia puso en conocimiento público el caso y manifestó la necesidad de ser escuchada por las autoridades.
Pese a que el gobierno no entregó entonces una información clara sobre el avance del proceso, conocer que las autoridades colombianas estaban pendientes del caso de su familiar detenido sembró una luz de esperanza frente a la acción que este órgano pudiera desarrollar en virtud de la libertad de Potes Páez.
Eso, hasta este martes 18 de abril, cuando el mismo colombiano que era buscado por muchos, apareció en un video afirmando que todo se trataba de un “malentendido” y de “información falsa”.