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Ex primer ministro británico tildó de “imbécil” la decisión de Biden de retirar las tropas de Afganistán

Tony Blair escribió que es necesario elaborar una lista de incentivos, sanciones y acciones que se puedan tomar.

23 de agosto de 2021
Ex primer ministro británico Tony Blair
El ex primer ministro británico Tony Blair da un discurso en la British Academy en Londres el 14 de diciembre de 2018. (AP Foto/Frank Augstein, File) | Foto: AP

El ex primer ministro británico Tony Blair calificó la decisión de Joe Biden de retirar el ejército de Estados Unidos de Afganistán como “imbécil”.

“El abandono de Afganistán y su gente es trágico, peligroso, innecesario, no en sus intereses ni en los nuestros”, escribió Blair en artículo publicado en el sitio web del Instituto Tony Blair para el Cambio Global.

Así mismo, señaló: “Es tan obvio que la decisión de retirarse de Afganistán de esta manera no fue impulsada por una gran estrategia, sino por la política. No necesitábamos hacerlo. Elegimos hacerlo. Lo hicimos obedeciendo a un lema político imbécil sobre el fin de “las guerras para siempre”, como si nuestro compromiso en 2021 fuera remotamente comparable a nuestro compromiso hace 20 o incluso diez años, y en circunstancias en las que el número de tropas se había reducido al mínimo y ningún soldado aliado había perdido la vida en combate durante 18 meses”.

No obstante, Biden defendió de nuevo su decisión de retirar las tropas de Estados Unidos de Afganistán y dijo: “Fue una decisión lógica, racional y correcta”.

Por su parte, el ex primer ministro señaló sobre la misión que tenía: “Debemos evacuar y dar refugio a aquellos a quienes tenemos responsabilidad: los afganos que nos ayudaron, nos apoyaron y tienen derecho a exigir que los apoyemos. No debe haber repetición de plazos arbitrarios. Tenemos la obligación moral de seguir haciéndolo, hasta que todos los que lo necesiten sean evacuados. Y no debemos hacerlo de mala gana, sino por un profundo sentido de humanidad y responsabilidad”.

De hecho, Biden dijo este domingo en un discurso que están trabajando duro para sacar a la gente de Afganistán. “Estamos trabajando duro y tan rápido como podemos para sacar a la gente. Esa es nuestra misión. Ese es nuestro objetivo”, dijo.

Blair escribió que es necesario elaborar una lista de incentivos, sanciones y acciones que se puedan tomar, incluso para proteger a la población civil para que los talibanes comprendan que sus acciones tendrán consecuencias.

De igual forma, dijo que los talibanes se enfrentarán a decisiones muy difíciles y probablemente se dividirán profundamente sobre ellas, ya que “el país, sus finanzas y la fuerza laboral del sector público dependen significativamente de la ayuda, en particular de los EE. UU., Japón, el Reino Unido y otros. La edad media de la población es de 18 años. La mayoría de los afganos ha conocido la libertad y no conoce el régimen de los talibanes. No todos se conformarán silenciosamente”.

El ex primer ministro también reconoció que Afganistán fue difícil de gobernar durante los 20 años y que por supuesto hubo errores y errores de cálculo, pero las lecciones aprendidas deben servir para tomar decisiones enfocadas en el futuro.

“La intervención puede tomar muchas formas. Necesitamos hacerlo aprendiendo las lecciones adecuadas de los últimos 20 años de acuerdo, no con nuestras políticas a corto plazo, sino con nuestros intereses estratégicos a largo plazo [...] La intervención requiere DE compromiso. No el tiempo limitado por horarios políticos, sino por la obediencia a los objetivos”, añadió.

Reconoció que hay muchos otros temas importantes en geopolítica como la covid-19, el clima, el ascenso de China, la pobreza, la enfermedad y el desarrollo.

Blair también escribió: “Se requerirá que partes de la derecha en política comprendan que el aislamiento en un mundo interconectado es contraproducente y partes de la izquierda que acepten que la intervención a veces puede ser necesaria para defender nuestros valores”.

Hay que recordar que Blair fue primer ministro entre 1997 y 2007 y, cuando estaba en el cargo, Estados Unidos envió las tropas a Afganistán tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.