Kosovo
¿Explotan los Balcanes? No cesa el malestar en Kosovo a causa del viejo conflicto étnico
La amplia población de origen serbio, cuyo país no reconoce la independencia de Kosovo, se siente ofendida por la elección de unos alcaldes albaneses, sus rivales. Estados Unidos, Rusia y Francia se pronuncian.
Las tensiones persisten este miércoles en el norte de Kosovo, donde cientos de manifestantes serbios volvieron a congregarse delante de una municipalidad, después de que una concentración el lunes derivara en disturbios que dejaron 30 soldados de las fuerzas internacionales de la OTAN heridos.
Los manifestantes se congregaron delante de la municipalidad de Zvecan, custodiaba por un importante contingente de soldados de la Fuerza Internacional para Kosovo (KFOR), un cuerpo liderado por la Otan.
Los efectivos rodearon el edificio y reforzaron la zona colocando una alambrada y una barrera de metal, constató una periodista de AFP.
Los manifestantes desplegaron una bandera serbia de más de 200 metros de largo.
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La situación en esta región, que es tensa desde hace años, empeoró gradualmente en las últimas semanas después de que la comunidad serbia boicoteó las elecciones municipales de abril en cuatro localidades del norte, donde son mayoría.
En los comicios resultaron electos alcaldes albaneses, pero con una participación menor al 3,5 %. Estos ediles, que los manifestantes serbios consideran ilegítimos, asumieron sus cargos la semana pasada.
Las tensiones estallaron el lunes después de que los serbios intentaran entrar por la fuerza en la municipalidad de Zvecan, pero fueran repelidos con gases lacrimógenos por la policía de Kosovo.
Después de los incidentes que dejaron una treintena de soldados heridos, la OTAN anunció el martes el refuerzo del contingente en Kosovo.
Serbia informó, por su parte, que 52 personas resultaron heridas en los disturbios, tres de ellos de “gravedad”. Serbia, que está apoyada por China y Rusia, nunca ha reconocido la independencia de Kosovo proclamada en 2008.
Kosovo, que era una provincia serbia, declaró su independencia de Belgrado después de una cruenta guerra que terminó en 1999 con una campaña de bombardeos de la OTAN, liderados por Estados Unidos.
Unos 120.000 serbios viven en Kosovo, que tiene 1,8 millones de habitantes, la mayoría de ellos albaneses.
Rusia llamó este miércoles a “respetar” los “derechos” de los serbios de Kosovo.
“Creemos que todos los derechos e intereses legítimos de los serbios de Kosovo deben ser respetados”, dijo a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Peskov advirtió además contra “acciones provocadoras” que atenten contra los derechos de los serbios, expresando la preocupación del Kremlin con respecto a la cuestión de Kosovo.
La Unión Europea (UE), que ejerce como mediador desde hace una década, llamó a ambas partes a que “reduzcan las tensiones de forma inmediata” y sin condiciones.
Estados Unidos, que es un aliado histórico de Pristina, criticó el rol del gobierno de primer ministro kosovar, Albin Kurti, en la crisis y vetó al país de participar en unos ejercicios militares conjuntos.
También reaccionó el presidente francés, Emmanuel Macron, que denunció el miércoles “la responsabilidad de las autoridades kosovares” en el agravamiento de la situación en Kosovo.
“Muy claramente, hay una responsabilidad de las autoridades kosovares en la situación actual y un incumplimiento de un acuerdo que, sin embargo, era importante y que se había sellado hace solo unas semanas”, dijo Macron en una conferencia de prensa en Bratislava (Eslovaquia).
La situación ha trascendido de tal manera, que el tenista serbio Novak Djokovic, desató un escándalo al escribir en una cámara un mensaje sobre Kosovo, tierra de su padre.
Con información de AFP.