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Joe Biden, exvicepresidente de Estados Unidos, se lanza al ruedo por la Casa Blanca
El exvicepresidente de Estados Unidos anunció este jueves su candidatura para llegar a la presidencia, terminando con meses de expectación y sumándose así a una abultada lista de aspirantes del Partido Demócrata para desafiar a Donald Trump en las elecciones de 2020.
El veterano Joe Biden, un exvicepresidente cuya vida ha estado marcada por la tragedia, decidió lanzarse para conquistar su viejo anhelo de ser presidente de Estados Unidos, una apuesta que puede ser lastrada por polémicas recientes sobre sus gestos inapropiados con mujeres y otras antiguas querellas.
Como estaba previsto, Biden oficializó el jueves su candidatura a la Casa Blanca en nombre de los "valores fundamentales" de Estados Unidos. "Los valores fundamentales de este país (...) nuestra posición en el mundo (...) todo lo que ha hecho a Estados Unidos, está en juego. Por eso hoy estoy anunciando mi candidatura para presidente de Estados Unidos", escribió Biden en Twitter. Incluso antes del anuncio oficial Biden ya lideraba la encuestas sobre la primaria del Partido Demócrata.
El veterano político demócrata de 76 años se convirtió tras el anuncio en el candidato con más experiencia, con un profundo conocimiento del Congreso donde fue senador y ocho años en la Casa Blanca como vicepresidente de Barack Obama. Biden, cuya popularidad entre la clase trabajadora permanece intacta pese a su larga trayectoria de casi medio siglo en la política, es visto como una puesta reafirmadora por el electorado.
Biden se tomó su tiempo antes de decidir si se lanzaba, mientras un nutrido grupo de candidatos se conformaba para competir por la nominación de los demócratas para las presidenciales de 2020. Con un talante franco y una sonrisa amplia, para muchos Biden tiene el gusto tranquilizador de los tiempos en que Estados Unidos vivía en la era de "la esperanza" cuando el país eligió en 2008 al primer presidente negro, en contraste con la división actual con el gobierno del republicano Donald Trump. Ahora debe competir con cerca de 20 candidatos que están oficialmente en liza para hacerse con las primarias del partido.
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Pero tras una larga y fecunda carrera política, a sus 76 años, fue el propio Biden que reconoció que su edad generaba preguntas "legítimas". Desde entonces, varias controversias han reforzado una idea de que podría ser un político del pasado.
Varias mujeres lo han acusado de haber tenido gestos inapropiados en actos públicos. Biden reconoció que es asiduo al contacto físico pero afirmó que entendía que los tiempos habían cambiado las normas sociales, sobre todo después del nacimiento del movimiento contra el acoso #MeToo.
Por eso prometió que prestaría más atención, pero nunca se disculpó y rápidamente hizo bromas sobre la cuestión, un gesto interpretado por muchos como un signo de una desconexión con la gente característica de otra época.
¿La tercera es la vencida?
El abultado número de precandidatos -un récord en la historia de Estados Unidos- implica que Biden enfrenta un campo con una diversidad sin precedentes en este tercer intento por ser presidente de Estados Unidos, tras sus dos carreras infructuosas en 1988 y 2008.
Tras la muerte de su hijo Beau que falleció por un cáncer, Biden se abstuvo de competir en las presidenciales de 2016.
Este año mantuvo durante meses el suspenso y mientra tanto su ventaja en la carrera se fue reduciendo ante un panorama en el que destacan nuevos rostros de la política -muchos de ellos muy jóvenes- como el candidato moderado Pete Buttigieg, el alcalde de Indiana de 37 años, que tiene la mitad de la edad de Biden.
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En las últimas semanas también una serie de polémicas empañaron la expectativa sobre su lanzamiento, ya que muchas mujeres acusaron a Biden de gestos inapropiados en actos públicos por su efusivo comportamiento, muy proclive al tacto.
Biden, que es un político de la vieja escuela, reconoció que es muy dado a abrazar a la gente y a estrecharle los hombros, no se disculpó por su comportamiento, pero prometió a principios de mes a que estaría "más atento" a las nuevas normas sociales que emergen tras el terremoto que marcó el movimiento contra el acoso #Metoo.
Según la encuesta RealClearPolitics, Biden se situaba como el favorito para hacerse con la nominación de su partido con un 29,3%, seguido por Bernie Sanders, el senador que fue precandidato presidencial en 2016, que cuenta con 23% de apoyo.
En la carrera, lo escolta la senadora Kamala Harris como tercera en la contienda con 8,3%, seguida de Buttigieg con 7,5%, la senadora progresista Elizabeth Warren con 6,5% y el excongresista por Texas Beto O‘Rourke con 6,3%.
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Errores del pasado
Biden comenzó su carrera política en 1973 a los 29 años cuando fue elegido para el Senado. En las imágenes de archivo se ve dando apretones de mano, besando a bebés y estrechando a las orgullosas madres de los niños. Una proxémica que mantuvo cuando fue vicepresidente entre 2009 y 2017.
Pero hay otros capítulos de su pasado político que también generan dudas. En 1986 en su primer intento por la candidatura presidencial demócrata tuvo que retirarse cuando fue descubierto plagiando los discursos. Refugiado en el Senado, buscó forjarse una nueva reputación, pero sus decisiones como legislador desde entonces también pueden proyectar sombras en la carrera presidencial.
En 1991 fue quien presidió la audiencia en el Senado en la que la abogada negra Anita Hill acusó al entonces candidato a magistrado de la Corte Suprema, Clarence Thomas, de acoso sexual. Sobre este capítulo muy polémico de la historia de Estados Unidos, recientemente Biden admitió que no creó las condiciones que la mujer "merecía", haciendo a Hill testificar en una audiencia inquisidora, ante un panel compuesto exclusivamente por hombres blancos.
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En 1994 defendió con contundencia una ley contra el crimen que llenó las prisiones de Estados Unidos. Esta legislación que apuntaba contra los adictos al "crack" golpeó con fuerza a la población negra. Recientemente Biden reconoció que fue una equivocación. En 2003 se declaró a favor de la invasión de Irak, aunque después reconoció sus críticas sobre cómo se gestionó el conflicto luego de que Sadam Hussein fue derrocado.
Franqueza
En 2008, volvió a buscar la nominación presidencial pero nuevamente fracasó ante la estrella en ascenso Barack Obama, quien finalmente lo eligió como segundo a bordo. Biden le aportó al joven político abanderado del cambio la experiencia que carecía. También le abrió las puertas del electorado de obreros blancos, con quien se siente muy a gusto.
El veterano político se puede enorgullecer de no haber sido un vicepresidente florero, ya que Obama le confió el delicado tema de Irak en 2009, las relaciones con Centroamérica y otras iniciativas centrales como el presupuesto o el asunto de las armas de fuego.
La altura de su cargo frecuentemente chocó con su discurso relajado, que a veces lo llevó a cometer errores. Como cuando en 2007, queriendo alabar a Obama, dijo que era el primer candidato negro "brillante, limpio y con el don de la articulación".
Pero su franqueza también forma parte de su mito —y de su popularidad entre los demócratas— incluyendo dentro del electorado negro. Si logra hacerse la nominación, los debates presidenciales con Trump prometen.
Tragedias familiares
Joseph Robinette Biden nació el 20 de noviembre de 1942 en la localidad obrera de Scranton, en Pensilvania. En 1972, poco después de ser elegido para el Senado por el estado de Delaware su mujer Neilia y su hija Naomi, de un año, murieron en un accidente de tráfico.
Aún así Biden decidió asumir sus funciones en Washington, mientras se ocupaba de sus otros dos hijos que resultaron heridos en el accidente. En 1977 se volvió a casar y tuvo una hija. En mayo de 2015 su hijo Beau, de 46 años, murió de cáncer. Muy afectado por la pérdida, Biden sopesó lanzarse en la carrera presidencial en 2016 pero finalmente se abstuvo.
Con información de AFP...