Perú

Familia vive un viacrucis para repatriar el cuerpo de su hijo universitario fallecido en Japón: no hablaban hace un mes

Familiares del joven, identificado como Julio Tapara, de nacionalidad peruana, advierten que aún no saben de qué murió, denuncian que nadie les avisó, y dicen que pensaron que él no se comunicaba con casa porque estaba haciendo la tesis.

9 de octubre de 2022
Familia de Julio Tapara, vivió un completo calvario para lograr repatriar el cuerpo de su hijo desde Japón hasta Perú
Familia de Julio Tapara vivió un completo calvario para lograr repatriar el cuerpo de su hijo desde Japón hasta Perú | Foto: Facebook/ @julio.tapara.7

Esta semana salió a la luz en Perú la historia de una familia en Arequipa para la cual los recientes días se han convertido en un verdadero calvario, luego de descubrir que su hijo, Julio Tapara, un joven de 23 años quien se encontraba becado en Tokio, Japón, había sido encontrado muerto, al parecer tras varias semanas, al interior de su habitación, en unas residencias estudiantiles en ese país, en circunstancias que aún son desconocidas, y que su cuerpo encontraba en un anfiteatro.

El dolor de la familia comenzó cuando a finales del pasado mes de septiembre se les comenzó a hacer extraña la prolongada ausencia de comunicaciones con su hijo, pues si bien a finales de agosto este les había expresado que se iba a ‘desconectar un poco’ debido a los esfuerzos que le requería la realización de su tesis, ya llevaban más de un mes sin saber de él, incluso habiendo pasado la fecha de su cumpleaños, oportunidad en la que le habían escrito varios mensajes, sin recibir respuesta alguna.

La angustia se apoderó de la familia, situación por la que, según ellos mismos narraron a medios locales de Perú, recurrieron a un compañero de este en Japón, que les afirmó que hace días no sabía de él y que incluso había pensado que se encontraba de viaje en su país natal, por lo que la ausencia en Tokio no había despertado mayor intriga.

No obstante, con el paso de los días, y al evidenciar que este no respondía tampoco a los llamados a la puerta de su habitación, se evidenció que algo realmente extraño había ocurrido, conduciendo a que tuvieran que forzar las puertas de la habitación, encontrando adentro el cadáver del joven.

Además del drama de enterarse de forma tan tardía de la muerte de su hijo, el dolor de la familia Tapara también se refiere a la inexistencia de recursos que les permitieran viajar hasta Japón para ponerse al frente de las diligencias para buscar la repatriación del cuerpo del joven estudiante del Tokio Institute of Technology, trámite para el que tampoco cuentan con el dinero necesario que les permitiera costear el cuantioso traslado del cadáver, situación en la que inicialmente el gobierno de su país también les había cerrado las puertas.

Al respecto, esta semana que termina se habían conocido en Perú declaraciones de Julio Tapara, quien había denunciado que al acudir a la Cancillería para pedir ayuda, algunos funcionarios ‘le habían cerrado las puertas’, sin embargo, al hacer visible el caso en su país la entidad había respondido para expresar su respaldo y disposición en los trámites correspondientes.

En su denuncia inicial, el señor Tapara, padre del joven fallecido, señaló que en la Cancillería le habían negado la ayuda por no ser personas que, según la entidad, requirieran del auxilio, notando que no eran una familia en ‘extrema pobreza’, por lo que habían recurrido a la solidaridad de amigos y familiares para buscar recoger los recursos, pero finalmente la denuncia social habría servido para que el Ministerio de Exteriores accediera a ayudarles.

En su momento, el primer pronunciamiento vino de parte del Consulado de Perú en Japón, donde confirmaron el hallazgo del cuerpo de Tapara el pasado 1 de octubre, afirmando que adelantaban labores de acompañamiento a la familia para poder tenerla informada sobre los trámites correspondientes a adelantarse en el país asiático, afirmando también que intercederían ante las autoridades locales para que se llevara a cabo la correspondiente investigación de la muerte del joven, considerado un ‘prodigio’ gracias a sus capacidades académicas.

Aunque la noticia de la beca obtenida por su hijo en 2018 se había convertido en motivo de fiesta para la familia del joven en su momento, ahora, cuando este se acercaba a la culminación de su carrera, se convirtió en un infierno que posiblemente nunca más les permita ver el rostro del joven, debido a que una de las alternativas para lograr llevar sus restos de vuelta a Perú es que sea cremado en Japón, situación que bajaría los costos del traslado.

Ahora, tras el pronunciamiento de la Cancillería en favor de facilitar la repatriación del cuerpo, la familia del joven señaló que lo único que esperan es que esta realmente pueda ser llevada a cabo en los próximos días para así darle, en compañía de sus amigos y comunidad en general, un merecido homenaje.

En ese sentido, la familia del joven precisó que si bien habían podido recaudar algunos recursos antes de la reacción de la Cancillería, estos serán usados para el traslado a Arequipa, pues el cobre con sus despojos llegaría a Lima.

A su turno, desde la Cancillería se emitió un comunicado, en el que, además de extender su saludo de condolencia a los familiares del joven, aseguran que el trámite de la repatriación se logró gracias a la coordinación realizada por el cónsul peruano en Japón, ya a la cooperación de “asociaciones de la sociedad civil, empresarios, y el Instituto Tecnológico de Tokio”; lugar donde estudiaba física el joven.

Un estudiante modelo

Con ocasión de la muerte del joven, medios locales han exaltado la hoja de vida de este, destacando que actualmente estaba estudiando Física en Japón (en el idioma local), gracias a una beca que obtuvo en Japón cuando se encontraba cursando su primer año de universidad; también becado, en la Pontificia Universidad Católica de Perú.

Aunque el joven se encontraba próximo a terminar su pregrado, y su familia lo esperaba de vuelta en diciembre, este ya se habría proyectado para comenzar su maestría, y actualmente se desempeñaba como docente en un colegio de secundaria en Japón, donde estaba aprovechando que era políglota (hablaba 5 idiomas), para impartir clases de español.

Sobre la muerte del joven, esta sigue siendo un total enigma, en tanto sus familiares también han advertido que este no tenía problemas de salud, ni psicológicos, añadiendo que por el contrario, también se había destacado en la práctica de deportes, participando incluso en pruebas atléticas en Japón, tal y como consta en los registros de las redes sociales.