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Francia aprueba la polémica reforma de pensiones de Macron: ¿Qué cambios se avecinan para el país?
El Senado respaldó la reforma impulsada por el presidente Macron, con 193 votos a favor y 114 en contra.
El gobierno francés finalmente “forzó” la aprobación de la reforma de las pensiones en la Asamblea Nacional, una acción que no le perdona la oposición encabezada por la líder de la derecha francesa, Marine Le Pen, quien aseguró que el gobierno está actuando contra la posición de la mayoría de los partidos.
Y es que el Gobierno recurrió a un instrumento constitucional que evita someter a votación en la Asamblea Nacional la reforma de las pensiones, después de constatar que carece de la mayoría suficiente para sacar adelante uno de los proyectos estrellas del presidente, Emmanuel Macron.
Macron, que ha mantenido contactos durante todo el día con distintos actores políticos, ha reunido de urgencia al Consejo de Ministros para que este avale recurrir al artículo 49.3 de la Constitución, en virtud del cual el proyecto saldrá adelante independientemente de su nivel real de apoyo.
Ya ante la Asamblea, la primera ministra, Elisabeth Borne, ha confirmado la invocación de dicho artículo, en un tenso inicio del pleno cargado de reproches y con exhibición de pancartas incluida. “Si todos votaran en conciencia y en consonancia con sus posiciones pasadas, no estaríamos aquí esta tarde”, ha criticado.
El Senado de Francia había aprobado el pasado sábado 11 de marzo la controvertida reforma de las pensiones impulsada por el presidente francés. Esto ha desencadenado una oleada de huelgas y manifestaciones en el país, incluso en aquella jornada las huelgas volvieron a tomar presencia y desembocaron en aglomeraciones de al menos 368.000 personas.
El 49.3 abre la puerta a que la oposición ponga sobre la mesa mociones de censura contra el Gobierno, algo de lo que Borne ha dado ya por sentado, sin ninguna duda”.
Los diputados solo pueden impedir la aplicación de la ley si en las “24 horas siguientes” presentan una moción de censura contra el gobierno, que debe ser sometida a votación, precisa el controvertido artículo de la Constitución de 1958.
Pese a esta mala reputación, los diferentes gobiernos de la Quinta República han recurrido a este polémico artículo. Macron, que carece de mayoría absoluta en la Asamblea, temía no contar con los votos necesarios, pese al apoyo de la derecha.
De hecho, ya ha ocurrido en varias ocasiones durante esta legislatura, con mociones en las que incluso han sumado votos la izquierdista La Francia Insumisa (LFI) y la ultraderechista Agrupación Nacional. Ambos bloques han confirmado que volverán a presentar sendas mociones, si bien la oposición necesitaría de nuevos aliados para tumbar al Ejecutivo.
Los puntos que mayor malestar han generado entre los franceses abarcan el retraso progresivo hasta el año 2030 en la edad requerida para acceder a la pensión, pues ya no será a los 62 sino 64 años. Otro punto es el adelanto a 2027 de cotizar 43 años para acceder a una jubilación completa (un año más que en este momento).
Según los sondeos, dos de cada tres ciudadanos rechazan el plan del Gobierno y ese sentimiento se ha plasmado en las protestas extendidas a los transportes y el sector de la energía. La tensión sobre la reforma alcanzó su máximo nivel esta semana tras las negativas de Macron a reunirse con los sindicatos, lo que provocó un “gran enfado”, según Philippe Martínez, líder del sindicato CGT.
Se avecinan nuevas movilizaciones
El secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Laurent Berger, ha confirmado que “habrá nuevas movilizaciones”, antes incluso de una reunión entre distintos sindicatos en la que las grandes organizaciones esperan consensuar una postura común. Ha anticipado una respuesta “extremadamente fuerte”.
El malestar se hacía ya visible este jueves en la plaza de la Concordia de París, junto al edificio que alberga la Asamblea Nacional, donde han comenzado a juntarse miles de personas que critican el último paso dado por Macron y su Gobierno.
Ayer miércoles 15 de marzo, cientos de miles de personas volvieron a salir de nuevo a las calles de las principales ciudades de Francia (por octava vez) para cuestionar una reforma que plantea, entre otras cuestiones, elevar de 62 a 64 años la edad de jubilación y ampliar el periodo de cotización necesario para obtener la pensión máxima.
Con información de Europa Press*