Francia colapsa por culpa de los nuevos brotes de COVID-19

Hasta hace unas semanas el país galo se perfilaba como un ejemplo en el manejo de la crisis sanitaria y en la implementación de una ‘nueva normalidad’. Las imágenes de turistas y ciudadanos disfrutando del cine en el río Sena, de los cafés y restaurantes recorrieron los medios de comunicación y las redes sociales. Sin embargo, desde finales de agosto, el país enfrenta un crecimiento acelerado en el número de contagios, lo que lo ha llevado a repensar la flexibilización de sus medidas de bioseguridad.

Los últimos datos reflejan una situación alarmante, pues el promedio de casos diarios está superando los 20.000. Tan solo el día de ayer se presentaron 22.591 nuevos casos y 104 muertes. Cabe resaltar que en la primera ola del covid-19 en ese país, el mayor número de casos nuevos que se presentó por día llegó a estar por los 7.500. Además, entre los meses de mayo y julio, fueron pocas las ocasiones en que se superaron los 1000 contagios diarios.

Con este panorama, el Gobierno francés ha anunciado medidas como la implementación de un toque de queda en las regiones más afectadas por el virus. Esta disposición regirá a partir del sábado en el área metropolitana de París y en las ciudades de Île-de-France, Lille, Rouen, Saint-Etienne, Toulouse, Lyon, Grenoble, Marsella y Montpellier.

El toque de queda se hará efectivo entre las 9:00 de la noche y las 6:00 de la mañana, horario en el cual se limitará la movilidad de los ciudadanos, a excepción de quienes trabajan en los servicios médicos, de transporte o en cualquier otra actividad que se considere esencial. La medida estaría vigente aproximadamente por cuatro o seis semanas.

Por otra parte, el Gobierno también ha dicho que, como parte de su estrategia para mitigar los contagios, se prohibirán las fiestas privadas, como los cumpleaños, bodas o fiestas universitarias. Además, se ha dicho que se implementará una estrategia para defender y fortalecer el teletrabajo.

Otra de las medidas afecta directamente a los bares y restaurantes, uno de los sectores más importantes para el turismo y la cultura francesa. Con la nueva normativa, estos establecimientos, al igual que los cines, teatros y centros comerciales, tendrán que controlar su aforo. Por ejemplo, los restaurantes deberán llevar un registro de sus visitantes y asegurarse que ninguna mesa tenga más de seis clientes.

Sobre las nuevas medidas el presidente Emmanuel Macron ha dicho que: “habrá una limitación estricta por buenas razones. Eso significa que ya no iremos a restaurantes, ya no saldremos del restaurante después de las 9:00 p.m., ya no iremos a casa de amigos, no iremos de fiesta porque sabemos que es ahí donde nos contagiamos más fácilmente y es lo que debemos reducir”.

Aunque el Gobierno ha asegurado que no se trata de nuevas formas de confinamiento, el comercio no se encuentra a gusto con las disposiciones, pues sectores como el de los bares, además de controlar su aforo, no podrán aprovechar el horario nocturno, el cual es el más habitual y productivo para ese tipo de negocios. Con respecto a este reclamo, el Gobierno ha dicho que destinará 1.000 millones de euros para las empresa que se vean gravemente afectadas por el toque de queda.

Finalmente, cabe señalar que quienes incumplan las nuevas medidas podrían enfrentarse a seis meses de cárcel o a una multa que supera los 3.600 euros. Desde el inicio de la pandemia Francia acumula más de 800 mil casos confirmados de coronavirus, 103 mil recuperados y más de 33 mil muertes.