CORONAVIRUS
Francia ya suspendió a 3.000 trabajadores sanitarios que no se han vacunado contra el coronavirus
Las sanciones llegaron luego de que el Gobierno implementara la obligatoriedad de la vacuna para funcionarios de salud y personas que trabajan con ancianos.
El Gobierno francés implementó la obligatoriedad de la vacuna contra el coronavirus a partir del pasado miércoles, 15 de septiembre, para todos los funcionarios de salud y trabajadores que tengan contacto con personas mayores.
Luego de entrar en vigencia la norma, las autoridades ya han suspendido a 3.000 trabajadores sanitarios por no estar inmunizados contra el coronavirus.
“Ayer hubo unas 3.000 suspensiones que han sido notificadas al personal de centros de salud por no haberse puesto al menos una dosis de la vacuna. También hubo decenas de dimisiones”, dijo el ministro de Sanidad de Francia, Olivier Véran.
“Estamos hablando de unos 2,7 millones de empleados”, añadió el ministro subrayando que la continuidad de la atención sanitaria está asegurada.
Según Véran, “un gran número de estas suspensiones es temporal” y concierne “esencialmente al personal de los servicios de apoyo”.
La obligación de vacunar contra la covid-19 entró en vigor el miércoles para 2,7 millones de profesionales de la salud en Francia que trabajan en hospitales, residencias de ancianos, cuidadores, ayudantes a domicilio, bomberos, asistentes de ambulancia.
Esta ley se extiende al personal de transporte sanitario, los bomberos, los trabajadores de protección civil, entre otros. Desde el gobierno afirman que las personas que no cumplan con la normativa van a ser castigadas con una suspensión de trabajo y sueldo.
Según datos oficiales recogidos por la agencia pública de sanidad, hasta el 12 de septiembre, el 89,3 % de los cuidadores en centros de acogida de personas adultas dependientes habían recibido al menos una dosis. En cuanto a la población en general, la cifra se eleva a 73,9 % de personas.
La norma, que busca impulsar el ritmo de la vacunación, estipula que el personal médico que no justifique que han recibido una primera inyección, que la vacuna les ha sido contraindicada o que se han infectado recientemente, dejará de ejercer su profesión.
Desde el inicio de la pandemia, Francia ha registrado más de 115.000 fallecidos por coronavirus.
Hay que decir que la agencia pública de sanidad de Francia reveló el pasado 12 de septiembre que el 94,6 % de los médicos ya habían recibido al menos una dosis de la vacuna contra la covid-19, y el 92 % ya había sido inoculado por completo. En las residencias, el 89,3 % ya fue administrado con una dosis y un 85,4 % con las dos.
La iniciativa, que fue propuesta y anunciada por el presidente francés Emmanuel Macron en julio pasado, despertó el malestar de miles de franceses que salieron a las calles a protestar en contra del gobierno.
A finales de agosto, aproximadamente 160.000 personas se reunieron en las calles de París y más de 200 ciudades de Francia para protestar contra la exigencia del pasaporte sanitario de covid-19 impuesto por el gobierno.
Cabe resaltar que los franceses ahora deben presentar una prueba de vacunación o un test covid-19 negativo para ir a cines, museos o lugares deportivos, como consecuencia de un aumento del 140 % de los contagios en una semana.
Luego de confirmar la obligatoriedad de las vacunas, cientos de personas salieron nuevamente a protestar en todo el país.
Amel Benothman, una de las manifestantes que ejerce como enfermera del establecimiento público de salud mental de Saint-André, confesó en una de las protestas que se quedaría “sin paga, con tres hijos. Esta vacuna me preocupa demasiado. Me gustaría que se respetara mi elección”.
Desde hace algunas semanas, varios países de Europa han empezado a exigir este documento para permitir el acceso a determinados lugares públicos, entre ellos Austria, Hungría, Dinamarca, Italia, España y Francia.
Con información de AFP.