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Francisco se reúne con sobrevivientes de abusos sexuales por parte de sacerdotes en la JMJ en Lisboa
La Jornada Mundial de la Juventud congrega a más de 1.5 millones de católicos en la capital de Portugal.
La 38° Jornada Mundial de la Juventud comenzó el pasado martes en Lisboa, siendo la primera vez que el territorio luso recibe a más de un millón y medio de católicos con el fin de compartir experiencias de vida, encuentros con el papa Francisco e impulsar la evangelización en las comunidades jóvenes del cristianismo.
Francisco, quien goza de gran popular en la juventud cristiana y agnóstica, a pesar de la apretada agenda que presenta hasta el 6 de agosto, día en que se termina la JMJ, se ha reunido este miércoles con algunas víctimas de abuso sexual por parte de religiosos en Portugal además de criticar a los miembros de la iglesia católica lusa por la respuesta frente al escándalo legalmente ignorado.
Esta peregrinación del pontífice a Portugal se da en un momento delicado para el clero de la nación ya que un grupo de expertos independientes contratado por los obispos portugueses informó en febrero que religiosos y trabajadores de la iglesia lusa podrían haber abusado de por lo menos 4.815 menores desde 1950.
No obstante, antes de conocer los resultados del informe, el clero había dicho que solo habían pocos casos de abuso infantil. Sin embargo, luego de la publicación del documento, los obispos se negaron en un principio a remover a los abusadores nombrados y expresaron que solo habría reparación para las víctimas si los tribunales lusos lo ordenaban, lo que causó conmoción en la sociedad portuguesa por la frialdad de las declaraciones.
Lo que se sabe del encuentro
La Santa Sede ha confirmado que el papa se reunió durante más de una hora en la Embajada del Vaticano con 13 víctimas de abuso por parte de la iglesia. El Vaticano añadió que esta reunión tenía como fin la aceptación de los abusos y el encubrimiento de la iglesia luego de que otras naciones europeas hayan reportado situaciones similares.
“A menudo se acentúa por la desilusión y la ira con que algunas personas miran a la iglesia, a veces por nuestro pobre testimonio y los escándalos que han estropeado su rostro y nos llaman a una humilde y permanente purificación, a partir del grito angustioso del víctimas, que siempre deben ser aceptadas y escuchadas”, declaró Francisco al terminar el encuentro con los sobrevivientes.
A pesar de que el clero portugués había prometido alzar un monumento a las víctimas por abuso sexual en el marco de la JMJ, no se realizó. No obstante, los defensores de los menores abusados expusieron un cartel en el centro de Lisboa que decía “Más de 4.800 niños abusados por la Iglesia Católica en Portugal”.
Por su parte, el presidente de la conferencia episcopal portuguesa, José Ornelas declaró a la opinión pública que la institución dedicaría esfuerzos para “la protección del bienestar de los niños y el compromiso de protegerlos de todo tipo de abuso”.
Lisboa como foco del catolicismo juvenil
Esta Jornada Mundial de la Juventud es la cuarta a la que Francisco asiste desde que inició su papado en 2013, junto a las de Río de Janeiro ese año, la de Cracovia en 2016 y la de Ciudad de Panamá en 2019.
Desde antes de que llegara Francisco a territorio portugués, había exhortado a los jóvenes a “hacer un lío” lo que insta a la juventud católica a hacer parte de la iglesia, a denunciar actos que vayan en contra de lo que es ser un buen cristiano y a participar activamente en las discusiones reformistas en la institución religiosa.
“Tengo la esperanza de que la Jornada Mundial de la Juventud sea, para el ‘Viejo Continente’, el continente envejecido, un impulso hacia la apertura universal”, expresó el pontífice a escasos momentos de llegar a Lisboa.
Además del encuentro de Francisco con las víctimas de abuso por parte de sacerdotes, el calentamiento global, la ofensiva rusa sobre Ucrania y el envejecimiento de la población europea son temas que el pontífice ha tocado en su primer día en Lisboa, añadiendo “Sueño con una Europa, el corazón de Occidente, que emplee sus inmensos talentos para resolver conflictos y encender lámparas de esperanza”.
Asimismo, a pesar de estar en silla de ruedas, Francisco se muestra enérgico en este encuentro donde se espera que se reúnan más de 1.5 millones de católicos durante los 6 días de encuentro.