REALEZA
Funeral del príncipe Felipe: ¿quién va a heredar el título del duque de Edimburgo?
Este honor, que le atribuyó su suegro, el rey George, antes del casamiento, será heredado por su hijo menor, el príncipe Eduardo, por decisión de su papá y de la reina.
Este sábado la familia real le dio el último adiós al príncipe Felipe y gran amor de la reina Isabel II, una emotiva, aunque sobria, despedida; algo propio de la monarquía británica que, sin embargo, tuvo que ajustarse a los protocolos de la covid-19.
Son muchas las dudas que quedaron tras la muerte del duque de Edimburgo. Una de ellas es si este título se pierde al interior de la realeza o si, por el contrario, se hereda como sucedería cuando la reina ya no esté.
Vale mencionar que el título de duque de Edimburgo que le atribuyó su suegro, el rey George antes del casamiento al príncipe Felipe, será heredado por su hijo menor, el príncipe Eduardo, por decisión de su papá y de la reina.
Según las Cartas de Patente que Jorge VI emitió cuando le dio el título al príncipe Felipe en 1947, el príncipe Carlos se convertirá en el próximo duque de Edimburgo tras la muerte de su padre. Sin embargo, en un anuncio en 1999 antes de la boda del príncipe Eduardo con Sofía Rhys-Jones, el Palacio de Buckingham declaró que la reina y el príncipe Carlos habían acordado que tras su muerte y su ascenso al trono, el príncipe Eduardo se convertiría en el duque de Edimburgo.
Se sabe que los condes de Wessex, es decir, el príncipe Eduardo y su esposa Sofía, visitaban a diario al príncipe Felipe, ya que vivían en el parque real de Windsor. Sophie, la condesa, lo acompañaba en sus paseos en carro y él, un muy buen jinete, le enseñó a andar a caballo. Una pasión para ella, que comparte con la reina Isabel, quien la trata como una hija.
Además, Eduardo trabajó junto a su padre en el programa del Premio Duque de Edimburgo y fue fideicomisario y presidente del Premio Internacional Duque de Edimburgo, por lo que sin duda estará dispuesto a continuar con su legado.
Funeral de Felipe
Las exequias de la realeza británica suelen ser de gran envergadura, planificadas durante años y concurridas por monarcas y mandatarios de todo el mundo.
Pero las restricciones impuestas por el coronavirus obligaron a modificar los planes para el entierro de Felipe, que falleció el 9 de abril, dos meses antes de cumplir 100 años. La ceremonia se limitó a 30 invitados íntimos con mascarillas y distancias de seguridad.
El acto comenzó con un minuto de silencio antes del oficio religioso en San Jorge, la capilla gótica del siglo XV situada en el casi milenario castillo de Windsor, unos 50 km al oeste de Londres.
Luciendo sus medallas militares sobre trajes civiles, los cuatro hijos y varios de los nietos de la pareja real acompañaron a pie hasta allí al Land Rover verde, especialmente diseñado por Felipe para llevar su féretro, durante un breve cortejo fúnebre por los jardines del castillo. La reina les siguió en un Bentley oficial con una dama de compañía.
Sin embargo, la monarca, que el próximo miércoles cumple 95 años, se sentó sola en la capilla para despedir a su esposo, el hombre con quien se casó siendo aún princesa en 1947 y cuya muerte la deja sola en el ocaso de su reinado.
Un coro de cuatro cantantes distanciados en la enorme nave entonaron temas elegidos por el propio duque de Edimburgo, incluidos dos que él mismo encargó a los compositores británicos Benjamin Britten en 1961 y William Lovelady en 1996.
Y el decano de Windsor, David Conner, recordó la “vida de servicio” de Felipe.
Tras el funeral, presidido por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de los anglicanos, el duque fue descendido en privado a la cripta real de la capilla San Jorge para ser inhumado.
*Con información de la AFP.