Gabriel Boric ha intentado por todos los medios recuperar la favorabilidad de la propuesta de nueva constitución, algo que no pudo lograr.
Gabriel Boric, presidente de Chile. | Foto: getty images

MUNDO

Gabriel Boric alista cambios en su gabinete tras fracaso al intentar imponer nueva Constitución

El presidente chileno Gabriel Boric sufrió una derrota monumental en las urnas este domingo 4 de septiembre.

5 de septiembre de 2022

La contundente derrota en las urnas del proyecto de nueva Constitución en Chile llevó al presidente Gabriel Boric a anunciar “prontos ajustes” en su Gobierno y llamó a tender puentes con la oposición en el Congreso desde este lunes 5 de septiembre, cuando el país despierta del shock electoral.

“Más allá de las legítimas diferencias, sé que prevalece la voluntad de diálogo y encuentro”, dijo Boric en un mensaje al país tras cerrarse el escrutinio de los votos, que dio un triunfo del 61,8 % al rechazo de la nueva Constitución, frente al 38 % a favor.

Boric, de 36 años, que asumió la presidencia en marzo apostando al triunfo del “Apruebo” por un cambio constitucional, adelantó que para “hacer frente a estos importantes y urgentes desafíos requerirá prontos ajustes en nuestros equipos de gobierno para enfrentar este nuevo período con renovados bríos”.

En ese eventual cambio de gabinete suena el nombre de Izkia Siches, ministra del Interior.

Además, el medio chileno Dínamo indicó que desde el oficialismo le confirmaron que dos alcaldes, de Comunas de la Región Metropolitana, ya recibieron un llamado telefónico del presidente Boric. También indicaron que los cambios en el gabinete se llevarían a cabo antes del jueves 8 de septiembre.

Además, desde el medio citado anteriormente se indicó que también se vendría un ajuste de subsecretarios.

Uno de los convocados sería el actual alcalde de Independencia, Gonzalo Durán, quien asumiría una “destacada” cartera de Gobierno. Durán renunció en 2019 al PS para formar Unir junto con los exsocialistas Marcelo Díaz y Julio Salas; fue elegido alcalde por independencia en 2012 y reelecto dos veces. Es presidente de la Asociación de municipalidades”, indicaron desde el medio Dínamo.

A su vez, han sonado nombres para integrar el Gobierno chileno, como el de la exdiputada y exalcaldesa de Santiago, Carolina Tohá.

“Asimismo, aunque con menos fuerza, han sonado dirigentes de las actuales directivas que presiden en el PPD, Natalia Piergentili, y en el PS, Paulina Vodanovic. Otra alternativa que La Moneda analizó esta semana fue pasar a los ministerios más políticos, como Interior y la Segpres, a alguna autoridad que le dé fuerza y más experiencia al comité político. En esa línea figuran el ministro de Vivienda, Carlos Montes, y el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve”, se agregó.

Un proceso que irritó

El batacazo electoral chileno, anticipado por encuestas, pero nunca por tan amplio margen, significa además una rareza en la historia de los procesos constituyentes realizados por representantes de elección popular, que suelen ser aprobados.

De 346 distritos electorales, apenas en ocho se impuso el “Apruebo”, que sufrió derrotas difíciles de asimilar en las zonas más pobres del país, entre ellas en la Araucanía donde la población en mayoritariamente indígena, y lugares afectados por problemas del agua o la contaminación de industrias, todos temas que se habían considerado entre normas y derechos en el proyecto constitucional.

“Pesó mucho en los ciudadanos el proceso constituyente. Más que el resultado, el texto en sí mismo, lo que la gente venía evaluando mal desde varias semanas era la manera en que se había desarrollado este proceso”, explicó a la AFP Marco Moreno, politólogo de la Universidad Central de Chile.

Según el académico, “los excesos, las posiciones en lógicas identitarias que trataban de imponérsela al resto de la sociedad y la propia conducta de muchos convencionales terminaron de generar una visión negativa en las personas de que si el proceso había sido malo, en realidad el texto no podía ser algo distinto”, apuntó.

La realización del referéndum sobre una nueva Carta Magna, tras la gran revuelta social de 2019 en reclamo de mayor justicia social, había contado con el apoyo de casi 80 % de los electores que votaron en un plebiscito en octubre de 2020 que lanzó el proceso constituyente.

El proyecto consagraba una “plurinacionalidad” indígena y establecía un nuevo catálogo de derechos sociales en salud, aborto, educación y pensiones, con un marcado énfasis medioambiental y de protección de nuevos derechos, aunque mantenía la economía de mercado.

“El presidente ha llamado a una reunión inicial y habrá que ver quiénes llegan a esa reunión y en qué actitud llegan (...) Estamos ante un escenario incierto donde la derecha queda mejor posicionada”, dijo a la AFP Cecilia Osorio, académica de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile.

Con información de AFP