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Gautam Adani: la caída en picada del tercer hombre más rico del mundo. Fue secuestrado y nunca terminó el colegio
El billonario indio ocupa todos los titulares de la prensa económica por el desplome de su imperio.
Las fortunas de la India suelen siempre tener detrás grandes historias, y la de Gautam Adani no es la excepción. El hombre está hoy al frente de lo que podría ser la mina de carbón más grande del mundo y también de una de las debacles económicas más impresionantes de los últimos tiempos. Hasta hace poco, los medios registraban el impresionante matrimonio de su hijo.
La fiesta era todo lo que se ve en las películas de Bollywood, un derroche de lujo y excesos. Los invitados llegaron en jets privados y la fiesta tenía todo el glamour, tradición y color de ese país. Esa felicidad había llegado tras muchas desventuras. En un país tan desigual como es la India, la riqueza no llega sola, sino con un cúmulo de envidias.
En 1997, a Adani lo secuestraron para pedir un millonario rescate, que aparentemente pagó. No fue su único mal momento. Otro día, comiendo en el majestuoso hotel Taj en Mumbai cayó como víctima de un ataque terrorista. En entrevista con el Financial Times, el billonario aseguró que se trataban de los incidentes más desafortunados de su vida.
En este momento está viviendo otro incidente, quizás más extenso. Su conglomerado perdió más de 100.000 millones de dólares en la última semana, mientras las acciones de varias de sus empresas volvieron a desplomarse el jueves por sospechas de fraude contable. El conglomerado está en el punto de mira desde que el pasado 24 de enero el fondo estadounidense Hinderburg denunció posibles fraudes contables.
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La principal empresa del grupo, Adani Enterprises, se desplomó un 14 %, tras perder casi un 30 % el miércoles, y su valor se ha reducido a la mitad desde principios de año. Otras empresas cotizadas del imperio empresarial de Adani interrumpieron la cotización tras caer hasta un 10 % en la apertura en la bolsa de Bombay.
Entre ellas se encuentra Adani Total Gas, participada en un 37,4 % por la petrolera francesa TotalEnergies, que ha perdido un 52 % desde el 1 de enero. El pánico ha hecho que grandes bancos como Credit Suisse y Citigroup hayan dejado de aceptar bonos de Adani como garantía para préstamos a clientes privados, indicó Bloomberg News. El propio Adani aseguró en un comunicado en vídeo que los “fundamentos de nuestra empresa son muy sólidos, nuestro balance es saludable y los activos robustos”.
“Una vez que el mercado se estabilice, revisaremos nuestra estrategia en el mercado de capitales”, dijo, subrayando que su historial de devolución de deuda era “impecable”. El conglomerado Adani se dedica a todo tipo de actividades, desde la generación de energía y la minería del carbón, hasta el cemento, los medios de comunicación y la alimentación.
Sus siete principales empresas cotizadas tenían un valor de mercado combinado de unos 220.000 millones de dólares en enero. Hasta la semana pasada, Adani, un hombre de 60 años que abandonó los estudios, era el tercer hombre más rico del mundo, por detrás de Elon Musk, propietario de Twitter y Tesla, y del francés Bernard Arnault y su familia. Pero el jueves había descendido al puesto 16 de la lista Forbes.
Los movimientos en la lista fueron noticia también porque Arnault, presidente y director general del gigante del lujo LVMH, adelantó este miércoles durante un breve periodo a Elon Musk en la clasificación de la revista Forbes de los más ricos del mundo. Con una fortuna cercana a los 185.000 millones de dólares, Arnault y su familia pasaron por delante del propietario de Tesla, SpaceX y Twitter en la famosa lista que se actualiza constantemente, en tiempo real. Musk perdió la primera plaza debido a una importante caída de las acciones de Tesla en la bolsa de Nueva York.
El diario The Daily Mail cuenta la extraordinaria historia de cómo se hizo rico. En un sistema de castas tan duro cómo India, el ascenso de un hombre común y corriente a la cima no está exento de tropiezos. De joven vivió en Gujarat, pero luego se fue a Mumbai a buscar suerte. Comenzó en el negocio de los diamantes, pero luego terminó trabajando en la empresa de plásticos del hermano.
El Financial Times cuenta que la formula cómo fue ganando dinero era sencilla. “Gana una pequeña cantidad en un negocio, luego contrae grandes deudas contra sus ingresos para financiar la expansión en otro”. Así habría hecho su gran fortuna y así habría terminado enredado en el escándalo que hoy lo tiene en jaque.