MUNDO
Gene Sharp: manual para una revolución sin violencia
En una vieja casa, un hombre mayor, algo encorvado, examina sus orquídeas. Cuesta creer que haya sido el cerebro tras la revolución de Egipto.
En una antigua casa en el este de Boston, un viejo algo encorvado examina unas raras orquídeas en su oficina. Un perro labrador está echado a sus pies entre montones de ensayos académicos.
Se trata de Gene Sharp, el hombre al que se le atribuye la autoría de la estrategia detrás del derrocamiento del gobierno egipcio.
Sharp es el experto en revoluciones no violentas más famoso del mundo. Su obra ha sido traducida a más de treinta idiomas, sus libros pasan de frontera en frontera, a escondidas de las policías secretas en todo el planeta.
Mientras Slobodan Milosevic en Serbia y Viktor Yanukovych en Ucrania caían ante la revolución de colores que barrió Europa Oriental, cada uno de los movimientos democráticos rendía homenaje al aporte de Sharp.
Éste, sin embargo, siguió siendo un desconocido para el público.
A pesar de estos triunfos y de una nominación para el Premio Nobel, en 2009, ha tenido que enfrentar de modo constante dificultades económicas y acusaciones de pertenecer a una organización de fachada de la CIA.
La Institución Alberto Einstein, instalada en el primer piso de su casa, sigue andando gracias a su empuje personal y su absolutamente devota directora ejecutiva, Jamila Raqib.
Descubriendo a Sharp
En 2009, comencé a filmar un documental sobre el impacto de la obra de Sharp, un viaje que me llevó desde el tranquilo tejado de su invernadero a través de cuatro continentes y, eventualmente, a la plaza Tahrir, donde dormí junto a los manifestantes que leían su obra a la luz de linternas y a la sombra de los tanques.
Gene Sharp no es el Che Guevara, pero es posible que haya tenido más influencia que cualquier otro teórico político de su generación.
Su mensaje esencial es que el poder de las dictaduras proviene de la obediencia voluntaria del pueblo que gobiernan, y que si la gente puede desarrollar técnica para retener ese consentimiento, estos regímenes se derrumban.
Por décadas, la gente que vive bajo gobiernos autoritarios ha hecho peregrinaje hasta donde vive Gene Sharp en busca de consejo.
Sus textos han ayudado a millones de personas en todo el mundo a liberarse sin violencia. "En el momento en que uno opta por la lucha violenta, está decidiendo enfrentarse a un enemigo mejor armado, y hay que ser más inteligente que eso", insiste.
Armas disponibles
"La gente se queda sorprendida cuando llega aquí. Yo no les digo qué hacer. Tienen que aprender cómo funciona esta lucha no violenta, de modo que puedan llevarla adelante por sí mismos".
Para hacer esto, Sharp proporciona en sus libros una lista de 198 "armas no violentas", las que van desde el uso de colores y símbolos hasta funerales simulados y boycotts.
Diseñadas para ser el equivalente directo de las armas militares, éstas son técnicas extraídas de un estudio profundo del desafío a la tiranía a través de la historia.
"Estas armas no violentas son muy importantes porque le dan a la gente una alternativa. Si la gente no las tiene, si no se dan cuenta de su poder, volverán a caer en la violencia y la guerra una y otra vez".
Tras el "levantamiento verde" en Irán, en 2009, muchos de los manifestantes fueron acusados en sus juicios de utilizar más de cien de los 198 métodos de Sharp.
En llamas
Su trabajo más traducido y distribuido, De la Dictadura a la Democracia, fue escrito para el movimiento democrático birmano, en 1993, luego del encarcelamiento de Aung San Suu Kyi.
Dado que Sharp no era un especialista sobre ese país, escribió una guía para derrocar una dictadura que era totalmente genérica.
Sin embargo, de la debilidad de Sharp devino la fuerza de su libro, pues permitía una fácil traducción y una aplicación a cualquier país del mundo, sobrepasando cualquier frontera religiosa o cultural.
El libro prendió llamas figurativa y literalmente hablando.
Desde Birmania, las recomendaciones de boca en boca llegaron a Tailandia y hasta Indonesia , donde el libro fue utilizado contra la dictadura militar de ese país.
Su contribución al derrocamiento de Milosevic, en Serbia, en 2000, lo catapultó a toda Europa del Este, Sudamérica y Medio Oriente.
Cuando el libro llegó a Rusia, los servicios de inteligencia allanaron la imprenta y las librerías donde estaba en venta fueron misteriosamente consumidas por el fuego.
Los iraníes se preocuparon tanto que transmitieron una película de propaganda animada en la televisión estatal que mostraba a Gene Sharp complotando para derrocar al gobierno de Irán desde la Casa Blanca.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, utilizó su programa semanal para advertirle al país que Sharp era una amenaza a la seguridad nacional.
La conexión serbia
Después de las recientes acusaciones de manipulación de las elecciones en su país natal de Gabón, la supermodelo y activista Gloria Mika viajó a Boston para encontrarse con Sharp.
"Sentía que iba a reunirme con el hombre que más sabía de resistencia no violenta en el mundo", dice. "Era importante porque algunos gaboneses estaban hablando de la opción violenta. Decían que había que matar a ciertas personas, pero yo les dije que había una alternativa diferente".
Los serbios que habían utilizado sus libros como base teórica para sus actividades fundaron su propia organización llamada Centro para la No Violencia Aplicada (CANVAS) y junto con sus propios materiales han llevado a cabo talleres utilizando la obra de Sharp en decenas de otros países.
Cuando me reuní con Srdja Popovic, director de CANVAS, en Belgrado, en noviembre, confirmó que habían estado trabajando con los egipcios. "Éste es el poder de la obra de Sharp y su lucha no violenta. No importa si uno es negro, blanco, cristiano, homosexual o de alguna minoría oprimida: es utilizable. Si se estudia, cualquiera puede aplicarla", asegura Popovic.
Fotocopias en árabe
Para cuando llegué a la plaza Tahrir, el 2 de febrero, muchos de aquellos entrenados en las técnicas de Sharp estaban en prisión.
Otros estaban bajo estrecha vigilancia por parte de los servicios de inteligencia y los periodistas que los visitaban eran detenidos por horas por parte de la policía secreta.
Mi propio equipo de filmación me fue confiscado apenas aterricé.
Organizador de las manifestaciones en Egipto
Cuando ya pude reunirme con uno de los organizadores, éste se rehusó a hablar sobre Sharp ante las cámaras.
Temía que si se hacía clara una influencia estadounidense se desestabilizaría el movimiento, pero confirmó que su obra había sido distribuida ampliamente en árabe.
"Uno de los puntos principales que utilizamos fue la idea de Sharp de identificar los pilares de un régimen. Si pudiéramos construir una relación con el ejército, el pilar más importante de Moubarak, hacer que se ponga de nuestro lado, entonces, el gobierno llegará a su fin", me dijo.
Esa noche, mientras me preparaba para dormir en un rincón de la plaza Tahrir, algunos de los manifestantes vinieron a mostrarme algunos mensajes de texto que decían que venían del ejército.
Estos aseguraban que los militares no iban a disparar
"Los conocemos y sabemos que están de nuestro lado", me decían.
Uno de los manifestantes, Mahmoud, había recibido fotocopias que contenían los 198 métodos, pero no sabía de dónde venían. Con mucho orgullo describió cuántas de ellas habían sido utilizadas en Egipto, pero nunca había oído de Gene Sharp.
Cuando le señalé que estos métodos no violentos eran el trabajo de un académico estadounidense, protestó enérgicamente: "Ésta es una revolución egipcia", dijo. "Los estadounidenses no van a venir a decirnos qué hacer".
Y, por supuesto, Sharp estaría completamente de acuerdo.