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Gobierno Biden prometió “revisar” la posición de EE. UU. hacia Cuba
Con Trump, el gobierno estadounidense apostó de nuevo por la mano dura y endureció las restricciones en materia política, económica y de viajes.
La Casa Blanca anunció el jueves que “revisará” las políticas seguidas por el anterior Gobierno, presidido por Donald Trump, en relación a Cuba.
El anuncio generó expectativas sobre la posible posición que tomaría Estados Unidos frente al gobierno de la isla, pero por ahora la administración de Joe Biden no ha confirmado que vaya a volver a las líneas fijadas durante la etapa de Barack Obama.
En la época en que Obama estuvo al frente de la Casa Blanca, Washington y La Habana reanudaron sus relaciones diplomáticas y comenzó un acercamiento inédito desde la imposición del bloqueo norteamericano hace más de medio siglo.
Con Trump, sin embargo, el gobierno estadounidense apostó de nuevo por la mano dura y endureció las restricciones en materia política, económica o de viajes.
La portavoz de la Presidencia actual, Jen Psaki, fue quien aseguró en rueda de prensa que la política de Biden estará guiada por “el apoyo a la democracia y a los Derechos Humanos” y por considerar a los estadounidenses, especialmente los de origen cubano como “los mejores embajadores de la libertad”.
“Revisaremos las políticas de la Administración Trump, como también estamos haciendo en otros ámbitos de seguridad nacional, para asegurar que nuestro enfoque sigue esos principios”, ha dicho Psaki, que no obstante ha evitado “predecir” cuál será el camino a seguir durante los próximos meses.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, se mostró en diciembre dispuesto a debatir sobre cualquier tema con Biden, aunque ya dejó claro que lo haría sin ceder “ni un ápice” en la “revolución” iniciada por Fidel Castro, tras dar por fracasada la política de bloqueo de las últimas décadas.
El fracaso de la política norteamericana es “rotundo y notorio”, en palabras de Díaz-Canel, que durante un discurso ante el Parlamento cubano criticó que se quiera obligar a Cuba a ponerse “de rodillas” con medidas como las adoptadas bajo la Administración Trump, entre ellas los límites a las transacciones o la aplicación de la Ley Helms-Burton.
Cuba (que está bajo un embargo estadounidense desde 1962) sufrió durante el gobierno de Trump una cascada de sanciones económicas orientadas a perjudicar la economía de la isla.
Esta batería progresiva que afectó al sector del turismo, los transportes y las divisas terminó días antes del final del gobierno de Trump con la calificación de Cuba como un “patrocinador del terrorismo”, una categoría de la cual el país había sido retirado en 2015.
Según La Habana, el endurecimiento de las sanciones impuestas bajo el gobierno de Trump dañó en 20.000 millones de dólares a la isla.
Entre las medidas lanzadas por Trump estuvo la prohibición de que los cruceros estadounidenses pudieran parar en Cuba, las sanciones a empresas estatales y dirigentes cubanos, la obstaculización al envío de remesas y su limitación, y el castigo a empresas extranjeras con negocios en el país.
Durante la campaña, Biden afirmó que se necesita una “nueva política hacia Cuba”, y dijo que la isla “no está más cerca de la libertad y la democracia que hace cuatro años”.
”Patrocinador del terrorismo”
A mediados de este mes Estados Unidos había anunciado, cuando faltaban nueve días para la salida del poder de Donald Trump, que declaraba nuevamente a Cuba “Estado patrocinador del terrorismo”, una medida que La Habana denunció como “oportunismo político”.
Cuba había sido retirada en 2015 de esa lista negra estadounidense, que conlleva sanciones económicas, por el antecesor de Trump, Barack Obama, quien consideró que los esfuerzos de medio siglo de Estados Unidos para aislar a la isla comunista fueron un fracaso.
Pero la administración Trump, que desde que asumió en 2017 revirtió esa política de acercamiento a Cuba, decidió reingresarla cuando se preparaba para entregar el poder el pasado 20 de enero a Joe Biden.
Ante esto, la Cancillería de la isla decidió responder ante las acusaciones del gobierno Trump y aseguró que, contrario a las declaraciones estadounidenses, Cuba no patrocina al terrorismo.
Con agencias.