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Grave error médico: 18 meses después de una cesárea, encontraron instrumento quirúrgico del tamaño de un plato, dentro de una paciente
El hecho tuvo lugar en Nueva Zelanda, tras la práctica de un procedimiento médico en 2020.
Un increíble caso de negligencia médica fue recientemente revelado por Morag McDowell, comisionada de Salud y Discapacidad de Nueva Zelanda, quien puso en conocimiento de la opinión pública la ocurrencia de un suceso que puso en riesgo la vida de una mujer en su país, luego de que en medio de una intervención quirúrgica, realizada años atrás, los médicos a cargo dejaran dentro de la paciente una herramienta de cirugía de importante tamaño.
De acuerdo con el informe de la comisionada, los hechos ocurrieron durante un procedimiento de cesárea que tuvo lugar en 2020, en una paciente de 20 años, quien apenas 18 meses después tuvo que ser operada para la extracción del elemento, en medio de un caso que evidencia un sensible escenario de negligencia médica, si se tiene en cuenta que el dispositivo que permaneció dentro de la mujer pudo poner en riesgo su integridad e incluso su vida.
En el reporte, del que hacen eco medios internacionales, se advierte que el elemento encontrado dentro de la mujer corresponde a un dispositivo conocido como retractor de heridas Alexis o AWR, empleado en las salas de cirugía para separar los bordes de una incisión durante el procedimiento quirúrgico. En ese caso, el reporte de las autoridades sanitarias ha comparado el tamaño del dispositivo ‘olvidado’ con un plato mediano.
En el momento de la cesárea, programada para las 36 semanas y tres días de gestación del bebé, los médicos habían solicitado al personal de enfermería el cambio de un AWR dispuesto inicialmente, al advertir que este era muy pequeño para la cirugía, teniendo que cambiar el elemento por uno de mayor tamaño. No obstante, pese a que el primer elemento se retiró del cuerpo de la mujer, en el correspondiente conteo de instrumental, no se había incluido el uso del segundo elemento, por lo que este no fue revisado en el conteo por parte de los encargados del instrumental al final de la operación.
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Tras la cirugía, la mujer había reportado en varias ocasiones a su médico la existencia de un constante dolor en su abdomen, hecho que fue asociado por el especialista a situaciones normales producto de la cesárea, restándole atención al dolor. No obstante, el paso del tiempo y el reiterado dolor hicieron que la mujer denunciara nuevamente la molestia que se había convertido en ‘crónica’, obligando a que se le practicara un examen especializado tipo tomografía, que permitió finalmente la detección del adminículo y la programación de una nueva intervención para su retiro.
La mujer, habitante de la ciudad de Auckland, advirtió que tuvo que acudir al doctor debido a que el dolor se había convertido en algo insoportable, lo que se derivaba de la presencia del referido elemento de gran tamaño.
Uno de los hechos que mayor indignación ha despertado frente al olvido de este instrumento en el abdomen de la mujer, es que esto hubiese ocurrido en una sala de cirugía muy concurrida y con tantos ojos sobre la intervención, en tanto el informe advierte que en la cesárea participaron un cirujano, un registrador senior, una enfermera instrumental, tres enfermeras circulantes, dos anestesiólogos, dos técnicos en anestesia y una partera.
En el reporte, levantado en aquel entonces por los participantes, sí se refirió la necesidad de cambiar el dispositivo AWR, no obstante, este nunca se inscribió en el listado de instrumental, señalando incluso que el dispositivo no se encontraba en la sala en el momento previo a la cirugía, sino que por el contrario se requirió que una de las asistentes a la intervención fuera a buscarlo en el depósito de estériles.
Para los médicos, el caso reviste un gran escándalo, en tanto el mismo dispositivo está diseñado de tal forma que no ingresa totalmente en el cuerpo del paciente, lo que hace aún más complejo el hecho de que este se hubiese quedado dentro, en el momento de cerrar la herida.
Tras lo ocurrido, se ha desplegado una investigación para determinar las responsabilidades en el caso que afortunadamente no trascendió ni provocó mayores consecuencias o resultados qué lamentar.
En medio de la polémica, los médicos y demás personal interviniente, elevaron una excusa pública a la mujer, y aseguraron que implementarán una revisión de su protocolo.