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“Gritamos libertad”: Daniel Ortega defiende a Pedro Castillo y pide que regrese como presidente de Perú
El mandatario centroamericano aseguró que el Legislativo peruano “conspiró” en contra de Pedro Castillo.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se unió a las voces de algunos mandatarios en la región que piden la liberación del exmandatario peruano, Pedro Castillo, quien está a días de completar dos meses en prisión. Su llamado lo hizo durante la entrega de más de un centenar de buses donados por Rusia para el transporte colectivo.
Según el centroamericano, la razón por la que Castillo Terrones fue destituido y arrestado responde a un “odio de clases” y al hecho de que antes de llegar al Palacio de Gobierno, se desempeñaba como profesor rural. En medio de su ‘aislamiento’ directo sobre algunas temáticas, el gobierno de Ortega ha dado nuevamente de qué hablar en las últimas semanas.
Una de las más recientes es la controvertida restricción para que turistas ingresen con cámaras fotográficas y de video a Nicaragua, una medida anunciada a través del departamento de los servicios de aduana, durante la jornada del 25 de enero pasado. La polémica que suscitó ese anuncio llevó a que días más tarde fuera revertida.
Ortega desconoce Gobierno peruano
En relación con la política exterior, y en concreto con la crisis en Perú, Daniel Ortega desconoció la administración actual de Dina Boluarte y expresó su “solidaridad” con el “presidente legítimo” del país suramericano. El sandinista no solo pidió la excarcelación del exjefe de Estado andino, sino también su regreso a las facultades del Ejecutivo.
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“Presidencia para Pedro Castillo, que viva la unidad del pueblo peruano”, recalcó quien en noviembre se aseguró otro periodo como mandatario de los nicaragüenses, en unos comicios que buena parte de la comunidad internacional desconocen.
“En Nicaragua estamos en paz, gracias a Dios que le da la fortaleza a este pueblo de defender la paz, y un pueblo hermano, Perú, ahí han sembrado el terror, la muerte, simplemente por que el pueblo decidió elegir a un presidente de origen campesino, un maestro que usa sombrero, humilde; lo eligieron entonces empezaron en el congreso a derrocarlo”, aseveró el sandinista, según lo recogido por Nicaragua Actual.
Según ese medio, el nicaragüense tildó al Congreso peruano de gestar una “conspiración” contra Castillo Terrones y de sacarlo del poder mediante un “golpe de Estado”. “Lo tienen en la cárcel, pero el pueblo se ha levantado y han estado luchando todos los días los campesinos, trabajadores, maestros”, agregó.
Ortega llamó “perrito faldero” a Boric
A finales de septiembre, el centroamericano arremetió contra un funcionario estadounidense y su homólogo chileno, Gabriel Boric, a quien incluso llamó “perrito faldero” en referencia con la intervención de este en la Asamblea General de Naciones Unidas. En ese espacio, Boric señaló que si no había libertad en unas elecciones, no había democracia.
“El gobierno que quiere recibir aplausos del imperio yanqui (Washington) y de algunos gobiernos de la Unión Europea salen allí, como perritos falderos, a hablar que hay que poner en libertad a los presos políticos en Nicaragua”, sentenció. También afirmó que su país seguía siendo objeto de injerencia en la política interna.
Sobre el subsecretario de Estado estadounidense para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, Ortega lanzó en ese momento comentarios racistas tras la alusión hecha por el norteamericano sobre la liberación de presos políticos.
“Brian Nichols a cada rato está ahí ladrando contra Cuba, Venezuela y Nicaragua. A eso han puesto al pobre negro, como que fue bien escogido porque realmente tiene rostro de perro buldog ladrando, pidiendo por los presos políticos en Nicaragua, exigiendo la democracia en Nicaragua”, recogieron de sus palabras medios internacionales.
Entre tanto, la oposición y otros sectores aseguran que un gobierno de represión es el que está en marcha en Nicaragua al punto que, en los últimos días, sacerdotes extranjeros ordenados en Managua (la capital) pidieron irse a sus países. La administración sandinista ha mantenido una confrontación directa con la Iglesia católica.