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Urgente: presidente Guillermo Lasso de Ecuador pide el cierre del Congreso que lo tiene en el banquillo respondiendo en juicio político por corrupción
El presidente del vecino país enfrenta allí un duro juicio que podría sacarlo del cargo. El mandatario ha solicitado al Consejo Nacional Electoral la convocatoria inmediata a elecciones legislativas y presidenciales.
Guillermo Lasso está contra las cuerdas y arrinconado por el Congreso. Este miércoles tomó decisiones que desatarán grandes reacciones en ese país. En una intervención en la cadena nacional, el primer mandatario activó la muerte cruzada por grave crisis política y conmoción interna.
"He decidido aplicar el artículo 148 de la Constitución que me otorga la facultad de disolver la Asamblea Nacional": Guillermo Lasso activa la muerte cruzada » https://t.co/wm3HG7X4Fy pic.twitter.com/hpQo3yzHrx
— El Comercio (@elcomerciocom) May 17, 2023
Según el diario El Comercio, “la muerte cruzada es una herramienta de la Constitución que permite al presidente de la República del Ecuador disolver la Asamblea Nacional, llamar a elecciones generales y gobernar por decreto durante seis meses”.
He firmado el Decreto Ejecutivo 741, con el objetivo de disolver la Asamblea Nacional y solicitar al CNE se convoque a elecciones.
— Guillermo Lasso (@LassoGuillermo) May 17, 2023
Ecuatorianas y ecuatorianos: esta es la mejor decisión para darle una salida constitucional a la crisis política y
conmoción interna que soporta…
Los hechos se dieron en medio de la amenaza de destitución que enfrenta en el Congreso. El mandatario, acusado por la oposición legislativa de presunta corrupción en contratos de transporte de petróleo, ordenó “disolver la Asamblea Nacional” y llamó a elecciones inmediatas.
La Constitución establece que en un plazo máximo de siete días después de la publicación del decreto de disolución en el Registro Oficial, el órgano electoral convocará a elecciones legislativas y presidenciales para completar el actual mandato de cuatro años.
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“Es una decisión democrática no solo porque es constitucional, sino porque le devuelve al pueblo ecuatoriano la posibilidad de decidir”, expresó Lasso en cadena nacional.
Este martes, el presidente de Ecuador proclamó su “total, evidente e incuestionable” inocencia el martes ante el Congreso, en el que la mayoría opositora de izquierda pretende destituirlo en un juicio político por presunta corrupción.
En un contexto de aumento de la violencia ligada al narcotráfico y de descontento popular por el costo de la vida, lo que puede ser el fin del gobierno de derecha es para el principal bloque de izquierda una oportunidad de recuperar fuerzas de la mano de su líder: el exmandatario Rafael Correa (2007-2017).
Prófugo de la justicia ecuatoriana que lo condenó a ocho años de cárcel y asilado en Bélgica, Correa no tardó en pronunciarse desde su cuenta de Twitter (@MashiRafael): “Un presidente inepto, codicioso, innoble y deshonesto (...). Eres un verdadero fraude democrático y moral”.
Con la asistencia de 109 de sus 137 miembros, la unicameral Asamblea Nacional inició el martes el juicio político contra el mandatario, en el que los congresistas presentaron los argumentos en su contra.
Tras defenderse y sin esperar el turno para la contrarréplica, el jefe de Estado se retiró del Parlamento, que abrió el debate entre sus miembros. La votación aún no tiene fecha prevista, pero podría tardar en convocarse.
En el poder desde mayo de 2021, Lasso es acusado de un supuesto peculado en el manejo de la naviera estatal Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec).
Según el correísmo, con 49 escaños, el presidente decidió continuar con un contrato que fue firmado antes de que asumiera, pese a que había informes de que era lesivo para el Estado.
Manifestaciones a favor y en contra
El contrato para el transporte de crudo con el grupo internacional Amazonas Tanker dejó pérdidas por más de seis millones de dólares. El mandatario, que no ha sido procesado por el presunto peculado en la justicia, aseguró que en 2022 pidió a la Fiscalía que investigue el caso.
“Lamento mucho que del frágil castillo de naipes que construyeron durante cinco meses, no les quedó más que conformarse con la carta más débil”, aseveró el presidente de 67 años, antes de dejar la Asamblea aupado por sus simpatizantes.
Durante varias horas, centenas de personas se concentraron de manera pacífica en los alrededores del Parlamento, acordonado por policías.
Los seguidores del gobernante ondearon banderas de Ecuador, lanzaron gritos contra los asambleístas y portaron carteles con consignas como “¡Viva la democracia!”, y “Defendemos la democracia y la paz”.
Un pequeño grupo de opositores también protestó con pancartas como “El pueblo no aguanta más, fuera Lasso”.
El proceso despierta los fantasmas de la inestabilidad política que vivió Ecuador entre 1997 y 2005, cuando tres gobernantes que surgieron de las urnas fueron derrocados.
El Congreso requiere 92 de los 137 votos para cesar a Lasso.
Esta es la segunda vez que el exbanquero queda entre la espada y la pared. En junio pasado, el Parlamento intentó mediante votación directa destituirlo en medio de violentas protestas indígenas contra el alto costo de vida.
Al Congreso, en esa ocasión, le faltaron 12 votos para concretar la remoción por una grave crisis política y conmoción interna.
Indígenas contra Lasso
La Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) expresó en un comunicado que el país vive el “peor desastre social y político que haya conocido”.
La poderosa organización, cuyo movimiento de izquierda Pachakutik forma la segunda fuerza legislativa con 24 curules, llamó a los asambleístas a “dar una salida democrática, legal, constitucional y destituir a Guillermo Lasso”.
El politólogo Santiago Cahuasqui, de la universidad SEK, manifestó a la AFP que, si el veredicto del Congreso “no se llega a encauzar en la manera que los actores quisieran, también se puede avizorar una movilización social” que reeditará el peor período de inestabilidad democrática que llevó a Ecuador a tener siete mandatarios entre 1996 y 2007, hasta la asunción de Correa.
Sangrientas manifestaciones contra el gobierno y fracasos en las urnas han debilitado la imagen de Lasso, cuya popularidad ronda un 15 %.
Bajo la manga, al mandatario le queda el mecanismo de la denominada “muerte cruzada”, que implica disolver el Congreso para dar paso a elecciones generales anticipadas.
La disolución fue implantada por el gobierno de Correa y sería la primera vez que se aplica.
De ser censurado, Lasso se convertiría en el segundo mandatario ecuatoriano en ser destituido en juicio político luego de que en 1933 fuera cesado Juan de Dios Martínez (1932-1933).
Sería subrogado por su vicepresidente Alfredo Borrero para completar el período de cuatro años.
*Con información de AFP.