“¿Ha llegado la hora de dimitir?”: Boris Johnson respondió ante Parlamento británico por sus fiestas

El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, insistió este miércoles en que no va a dimitir por el escándalo de las fiestas en Downing Street en el marco de la pandemia y ha pedido a los parlamentarios esperar los resultados de la investigación en curso. En una sesión de control al ‘premier’ en la Cámara de los Comunes, la diputada liberal demócrata Wendy Charmberlain le preguntó si “le ha llegado la hora de dimitir” y Johnson ha respondido un categórico “no”.

Así, ha indicado que ya se ha “disculpado sinceramente” por “cualquier error cometido” y ha pedido a los parlamentarios esperar a las conclusiones de la investigación que lleva a cabo Sue Gray, que llegarán la próxima semana, según ha trasladado. Gray, quien es la vicesecretaria permanente de la Oficina del Gabinete, debe concluir la investigación encomendada por el propio partido conservador. En esta, la vicesecretaria deberá analizar más de una docena de fiestas entre las que se incluye aquellas a las que asistió Johnson.

Johnson aprovechó la sesión en el parlamento para subrayar algunos de los logros de su Administración. “Estoy profundamente orgulloso de lo que ha hecho este Gobierno”, ha dicho, según ha recogido la cadena Sky News.

El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, ha preguntado al ‘premier’ que si no entendía las restricciones que él mismo impuso en el marco de la pandemia, destacando que las palabras del mandatario son “ridículas” y que “malgasta energía defendiendo lo indefendible”. El líder de la oposición británica dijo en su cuenta de Twitter “Gran Bretaña merece más que este Primer Ministro desconectado, fuera de control, sin ideas y, prontamente, fuera de la oficina”.

Miembros de su propio partido, como el conservador pro brexit David Davis, pidieron al primer ministro su renuncia en la sesión del día de hoy en la cámara de los comunes. El representante británico le dijo a Johnson en la sesión de hoy, según informa la cadena de noticias CNN, “en el nombre de Dios, váyase”. Davis también afirmó que lleva semanas defendiendo al primer ministro frente a un electorado en su mayoría molesto, informa también CNN. De hecho, al menos 20 diputados conservadores planean apoyar una moción de censura en su contra.

A esto se suman las declaraciones del exasesor de Johnson, Dominic Cummings, quien ha declarado en las ultimas semanas que el premier británico tenía conocimiento de los eventos sociales que se realizaban en Downing Street. Según Cummings, dos personas habrían sugerido que el evento debía cancelarse, mientras que el propio Johnson insistió en la realización de los eventos sociales.

Johnson lleva días bajo una intensa presión debido a las informaciones que apuntan a la celebración de varias fiestas en Downing Street durante los momentos más duros de la pandemia.

A este respecto, el presentador de noticias de la cadena Británica ITV News, publicó en diciembre del año pasado, mediante su cuenta de Twitter, una foto de Johnson violando la cuarentena, inicialmente publicada por el diario The Guardian. “Trabajadores de Downing Street y Boris Johnson fotografiados tomando vino el pasado mayo (2020), mientras el resto del país tenía las interacciones sociales a una persona”, dijo el presentador en la publicación.

La decisión de dimitir se encuentra directamente en manos de Johnson quien hoy ha afirmado su decisión de no hacerlo y, a pesar de las crecientes voces de disidencia, es necesario que el partido conservador británico llegue a un acuerdo para decidir si quiere al primer ministro fuera. Si este así lo decide, es necesario que primero se activen los mecanismos internos que permiten la censura, lo que supondría que por lo menos 15 % de ciertos diputados pidan que Johnson sea removido del cargo.

Una vez activado este mecanismo, sería necesario que 54 diputados conservadores declararan directamente, mediante cartas enviadas el primer ministro, que desean su renuncia. Estas cartas, que llegan de manera secreta al primer ministro, serían las que validarían el proceso de salida por perdida de confianza. Con los ánimos alterados en su partido, que parecía haber cerrado filas, y una oposición que lo ataca constantemente, la crisis de gobierno a la que se enfrenta el premier británico crece cada día.

Con información de EP.