Estados Unidos
Hablan los estudiantes judíos víctimas de discriminación en las universidades de EE.UU. “Después del 7 de octubre, todo cambió en los campus”
Protestas de estudiantes propalestinos en distintas universidades paralizan a Estados Unidos. Mientras las denuncias de represión hacen eco, otros ciudadanos piden más mano dura.
La guerra en Gaza entre Israel y el grupo terrorista Hamás ha dividido al mundo en dos. Entre aquellos que consideran que el Estado judío se ha sobrepasado en su respuesta contra la asociación islámica y los que creen que el Gobierno de Netanyahu tiene derecho a defenderse tras los ataques del 7 de octubre que dejaron más de 1.000 personas muertas entre personal de la fuerza pública y civiles inocentes.
Esta semana, Estados Unidos fue el epicentro de multitudinarias protestas en varias universidades del país, las cuales fueron protagonizadas por estudiantes que simpatizan con la causa palestina y que rechazan la guerra llevada a cabo por Israel. Más de un centenar de personas han formado parte de las manifestaciones que tuvieron origen en la Universidad de Columbia, pero que se empiezan a expandir a otros claustros. En total, más de 30 campus se han sumado a las manifestaciones.
A pesar de que las protestas se han extendido a la Universidad de Nueva York, la Universidad de Yale, el Emerson College, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la Universidad Tufts y la Universidad de Texas, el eje ha estado en la Universidad de Columbia, que desde el 17 de abril inició con las manifestaciones cuando más de 70 estudiantes acamparon en el campus, pero que ha llevado a una crisis en la institución.
La fuerza pública ha intervenido en la universidad luego de que los manifestantes se negaran a abandonar los campamentos que habían montado durante días y que habían obligado a suspender clases durante varios días. “Lo que pasó anoche en el campus no nos dejó otra opción”, escribió la rectora de Columbia, Minouche Shafik, en una carta pública en la que asegura que le pidió a la policía de Nueva York que interviniera en el campus.
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Durante las intervenciones de la fuerza pública, que han tenido lugar un par de veces, se han reportado varios episodios de supuesta opresión y brutalidad policial; 109 estudiantes fueron arrestados durante la operación en Columbia y otros 130 en el vecino City College del barrio de Harlem. Asimismo, han rodado videos en redes sociales en los que se ve cómo agentes de la ley agreden a los manifestantes, lo que ha provocado indignación en distintos usuarios.
Pero también hay otra cara de las protestas, ya que también han corrido denuncias de que estudiantes judíos han sido agredidos de varias formas durante la estancia de los manifestantes en los campus. Por ejemplo, en una de las entradas de los campamentos dice entre las reglas “no hablar con sionistas”. Además, se ha denunciado una serie de insultos contra miembros del judaísmo en los centros educativos, alegándoles que “vuelvan a Europa” o calificándolos de cómplices de la guerra.
“Tomo el mismo camino a clase todos los días, y cuando llegué allí, los estudiantes me bloquearon el camino, no un guardia de seguridad, sino estos estudiantes”, dijo Eli Tsives a Fox News, narrando cómo se le impidió el ingreso a clases en la Universidad de California en Los Ángeles. Así como también se ha denunciado un establecimiento dentro de los campamentos donde se enseña la lucha cuerpo a cuerpo, instruida por encapuchados.
“Estamos a favor de la paz y nunca irrumpiremos porque sabemos que somos mejores que ellos en ese sentido”, dijo Tsives, que también aseguró que no quiso abrirse paso entre los manifestantes propalestinos y solo grabar el hecho con un celular. “¿Podría haberlo hecho? Absolutamente, pero preferiría haber documentado eso, para que podamos mostrar al mundo exactamente lo que está sucediendo en las universidades de los Estados Unidos”.
Las alarmas llegaron hasta oídos del presidente Joe Biden, que en un discurso que dio en la Casa Blanca mostró su rechazo a las protestas universitarias. “Vandalismo, allanamiento de morada, rotura de ventanas, cierre del campus, obligar a cancelar las clases y las ceremonias de graduación…, nada de esto es una protesta pacífica”, manifestó el mandatario estadounidense, que podría ver un efecto negativo en caso de que no resuelva la crisis.
“De alguna manera, la actitud del presidente poco decidida a condenar las acciones de Israel e incluso vetar la entrada de Palestina como Estado de pleno derecho causa molestia en un segmento poblacional muy educado y progresista que ve esto como una afrenta a los derechos humanos, pero también a la forma en que Washington entiende el derecho internacional”, manifiesta a SEMANA Manuel Camilo González, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Javeriana.
Si bien la situación pareciera inédita, la verdad es que tiene un antecedente histórico. “La historia no se repite, pero rima: lo que sucede con la causa palestina en varios campus universitarios en Estados Unidos recuerdan las protestas contra la guerra de Vietnam. En cierta analogía, se asocia a Estados Unidos ayudando a Israel, como cuando lo hizo con el Gobierno de Vietnam del Sur en su lucha contrainsurgente contra los vietnamitas del norte que buscan reunificar su país”, dice el profesor González.
Por ahora, las protestas siguen y cada vez suman más adeptos y críticas. Los manifestantes se mantienen en sus peticiones de que las universidades corten sus lazos comerciales de inversión con Israel e instituciones aliadas del Estado judío y también piden amnistía para los protestantes de los campus que han sido detenidos por las autoridades o expulsados por las mismas universidades. La situación sigue y seguirá siendo muy tensa, no solo mientras no haya un acuerdo entre autoridades y manifestantes, sino hasta que la guerra en Oriente Medio llegue a su fin. Las divisiones y odio entre quienes apoyan a Israel y los seguidores de la causa palestina atraviesan fronteras y se meten en los salones de clase de los Estados Unidos.
“Después del 7 de octubre, todo cambió”
SEMANA: ¿Lo que hoy se está presentando en las universidades de Estados Unidos de manifestaciones propalestinas ya había ocurrido antes? ¿Cómo es la situación en las universidades ahora?
Adela Cojab Moadeb: En mi tiempo como representante estudiantil vimos mucho de lo que se está viendo ahora. Muchas manifestaciones contra los judíos de Israel, contra estudiantes judíos que apoyan a Israel, resoluciones en los comités en contra de Israel, pero llegó al punto que en unas fiestas judías que hicimos llegaron unos estudiantes propalestinos, atacaron a una niña judía y quemaron una bandera de Israel. Ahí se metió la policía. Yo lo venía advirtiendo, pero la escuela me decía que no estaba pasando nada, que estaba exagerando.
SEMANA: Usted dice que esto no es de ahora, que viene de antes, y es preocupante el nivel de antisemitismo que está creciendo, ¿cómo ha cambiado todo a partir del 7 de octubre con los ataques de Hamás?
A.C.: Después del 7 de octubre todo cambió en los campus, en especial aquí en Nueva York, porque siempre, siempre había estas cosas, siempre lo hemos tenido, y más en NYU y Columbia, que son las dos escuelas grandes aquí de Nueva York. Se volvió algo muy abierto. Por ejemplo, el 8 de octubre, el día después de los ataques, antes de que Israel hiciera cualquier cosa, había estudiantes festejando los ataques. Y eso dice mucho, porque no tiene que ver con el hecho de que ahora Israel se está defendiendo, tiene que ver con que ellos estaban felices y justificando los ataques.
SEMANA: Hemos visto que muchos judíos temen por su seguridad en las universidades, pues no los dejan entrar a clases, los insultan o hasta el punto de decirles a los propalestinos cómo agredirlos, ¿le preocupa su seguridad, da miedo mostrar la estrella de David que lleva en su cadena o decir que es judía?
A.C.: Cuando estaba en la universidad, esa fue la primera vez que escondí mi estrella de David, cuando estuve en NYU y pasé por el antisemitismo en la escuela. La segunda vez fue después del 7 de octubre, yo estaba en Dubái y luego en Turquía, y ahí me dio mucho miedo y la escondí. Aparte de esos episodios siempre la muestro. Caminando en Nueva York sí siento miedo, pero nunca me voy a esconder, porque si me escondo y tapo mi cadena estoy también dejando que eso se normalice.
SEMANA: ¿Por qué ahora sí deciden las universidades suspender a los estudiantes y tomar cartas en el asunto, cuando ellos veían que esto era una bola de nieve que estaba creciendo?
A.C.: Creo que también tiene que ver mucho con los profesores que las universidades llevan contratando, porque la universidad es muy progresista. Todas las universidades son muy progresistas y están a favor de los derechos a las mujeres, la comunidad gay, grupos de minorías. Cuando abrieron la puerta a manifestaciones, que son peligrosas y violentas, no se dieron cuenta de que le estaban abriendo la puerta a esto. Deberían haberse dado cuenta porque son universidades y deben ver que esta vez es diferente.